Es momento de reflexión. Resultados de la Cumbre G-20
Por: Javier Herrera Borunda
Por: Javier Herrera Borunda
Los pasados días 7 y 8 de julio se celebró en la ciudad de Hamburgo, República Federal de Alemania, la XII Cumbre Mundial del G-20, que en esta ocasión tuvo como lema: “Forjar un mundo interconectado”.
El G-20 está constituido por los países industrializados y emergentes con las economías más poderosas del mundo; en conjunto representan el 67% de la población del orbe, es decir, más de 5 mil millones de personas; son responsables del 85% de la producción mundial y del 80% de los bienes que se comercian en los mercados globales.
Las naciones que integran este organismo internacional son: Reino de Arabia Saudita, República Argentina, República Federativa de Brasil, Canadá, República Popular China, República de Corea, Estados Unidos de América, República Francesa, República de la India, República de Indonesia, República Italiana, Estado de Japón, Estados Unidos Mexicanos, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Federación Rusa, República de Sudáfrica, República de Turquía, Unión Europea como bloque económico, y la República Federal de Alemania, que en esta ocasión fue el país anfitrión y encargado de organizar las reuniones a nivel ministerial y de expertos.
En esta Cumbre del G-20 los Jefes de Estado y de gobierno que representaron a sus países se enfrentaron a un clima incierto, por decir lo menos, ante las medidas y acciones tomadas por el actual presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, especialmente en temas como el libre comercio y el respeto y responsabilidad del cuidado del medio ambiente que todos los ciudadanos del planeta esperamos de nuestros dirigentes.
A pesar de que el país que representa fue uno de los principales impulsores de los acuerdos suscritos por 198 países en el Acuerdo de París de diciembre de 2015, dentro del marco de Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Trump, ensoberbecido por la ignorancia, les da marcha atrás poniendo en peligro su viabilidad, generando un gran desconcierto internacional ante posturas previamente establecidas y consensuadas. Ejemplo de ello es que al término de la Cumbre, el presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, anunció que “[…] tras los pasos dados por Estados Unidos, la ratificación del Acuerdo de París en el Parlamento turco ha sido suspendida”. Sin duda, provocar un mundo multipolar, como lo está haciendo, sin acuerdos sobre los valores universalmente aceptados, enfrentará al mundo a una inestabilidad de consecuencias impredecibles.
La “gran aportación” del presidente Trump en el tema medio ambiental fue que procurará “[…] trabajar con otros países para ayudarles a tener mayor acceso al uso de combustibles fósiles de manera más limpia”, lo que es un claro indicador de que seguirá promoviendo en el mercado internacional el uso de carbón, petróleo y gas de esquisto, haciendo caso omiso de las bondades que significan para el planeta el empleo de energías limpias y renovables.
Afortunadamente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, al término de la Cumbre del G-20, anunció que el próximo 12 de diciembre organizará una nueva cumbre para adoptar nuevas medidas frente al cambio climático, dos años después del Acuerdo de París, principalmente en el ámbito financiero. No cabe duda, la geopolítica internacional se transforma y las hegemonías cambian de rumbo.
De acuerdo al Foro Económico Mundial el planeta ha perdido en lo que llevamos de este año 2’743,223 hectáreas por deforestación; 3’693,625 hectáreas por erosión de suelos; 6’329,910 hectáreas por desertificación; las industrias han liberado 5’165,423 toneladas de químicos tóxicos al aire, el suelo y el agua; y las emisiones de bióxido de carbono ascienden a 20,226’211,615. Lamentablemente estas cifras se modifican por segundos.
El G-20 ha clasificado el desarrollo sostenible como prioritario en su agenda; asegura que el cambio climático es el mayor reto que enfrentamos para la sostenibilidad ambiental en nuestros días, y exige a sus Estados miembros “[…] tomar acciones urgentes para combatir el cambio climático y su impacto en el planeta”, muy sencillo, porque son responsables del 75% de las emisiones globales de gases invernadero; y ha impulsado el consenso internacional, asentado en la Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura media global de nuestro planeta a muy por debajo de los dos grados centígrados.
El Grupo de Estudio de Finanzas Verdes del G-20 trabaja en el desarrollo de opciones para mejorar la capacidad del sistema financiero internacional para movilizar capital privado hacia las inversiones verdes como una cooperación al desarrollo sustentable, y sus actividades incluyen la cooperación multilateral en el intercambio de mejores prácticas sobre eficiencia energética y soluciones de energías renovables. También ha acordado acciones en diversas áreas para luchar contra la pobreza y asegurar una vida digna para todos los habitantes del mundo; y ha asumido su responsabilidad de contribuir de manera coherente a la implementación de la Agenda 2030 diseñada por la Organización de las Naciones Unidas. ¿Lo lograremos?
Mantenernos insensibles ante esta realidad es atentar contra nuestra propia supervivencia. Nos encontramos en un momento de reflexión que nos debe llevar a tomar acciones responsables. No podemos permitir que la falta de compromiso global de algunos líderes nos lleve a que el futuro nos alcance hoy.
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