Política en Movimiento

¿Colosistas con Anaya?

Por: Angélica Beltrán

Ciudad de México.-  Contraste político histórico se vivió este domingo cuando el candidato presidencial del tricolor José Antonio Meade  destacó en su discurso del 89 aniversario del PRI, la controversial frase: “México tiene sed y hambre de justicia” de Luis Donaldo Colosio; mientras que del otro lado, simultáneamente, a unos kilómetros de la sede priista, el hijo del político sonorense asesinado se sumaba a la campaña del candidato presidencial del Frente, Ricardo Anaya.

Así, la frase que, de acuerdo a muchos analistas fue el clavo que selló el féretro del sonorense de Magdalena de Kino: “México tiene sed y hambre de justicia”  se escuchó más fuerte en el evento del Frente que en del PRI; pese a que en el primer caso no se escuchó como tal, sino con la exigencia del queretano al gobierno federal para que cese el linchamiento político en su contra, y con la simbólica presencia de Luis Donaldo Colosio Riojas.

Este hecho, la adhesión al Frente por México del hijo del candidato del PRI asesinado en 1994, en lo que se ha concebido como un asesinato político maquinado desde las entrañas del gobierno federal, podría estimular la unión progresiva de colosistas a la campaña de Anaya, al menos de aquellos que mantienen la “sed y hambre de justicia”.

Y es que de ganar la presidencia de México, los frentistas bien podrían reabrir el Caso Colosio para desvelar los verdaderos asesinos de Luis Donaldo Colosio; cuya versión oficial de los hechos, y el asesino solitario, no satisface a ningún mexicano; del mismo modo que no satisface a nadie tampoco la “verdad histórica” en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa en este sexenio.

*PRIAN.- ¿Y qué hay del PRIAN, esa famosa fórmula de dos partidos PRI-PAN, supuestamente rivales, pero que en la práctica mantenían un amasiato? Parte de la  respuesta la podemos encontrar con la deserción de los panistas que hoy están en el equipo del candidato presidencial del PRI, entre los que destacan los calderonistas, que en esta  contienda electoral 2018 han operado como el PRIAN que siempre han sido. Ahí tenemos a Javier Lozano y Ernesto Cordero, por citar sólo a dos.

Aunque primordialmente tendríamos que hablar de la ex pareja presidencial Felipe Calderón-Margarita Zavala, como los del amasiato PRI-PAN. Los que tras haber renunciado al albiazul, donde que ya encontraban coincidencias, se han abocado a ganar la elección presidencial con una candidatura independiente, la cual no es otra cosa que la merma de votos para el candidato panista en beneficio del PRI.  

*Napito.- En la Cámara de Diputados los que no hallan cómo defender a ciertos candidatos recientemente elegidos por el presidente del partido Andrés Manuel López Obrador, son los diputados de la bancada que coordina Rocío Nahle. No saben cómo defender por ejemplo al dirigente sindical de mineros Napoléon Gómez Urrutia. Por lo que se han mantenido al margen de la prensa para evitar ser cuestionados. No obstante, les resultaría sencillo defender al llamado Napito si traen a colación que la gran mayoría de los mineros apoyan a su líder porque en realidad defendió el contrato colectivo de trabajo, mismo que fue violentado por el hoy cercano colaborador de Meade Kuribeñas, el ex secretario del trabajo en el gobierno de Felipe Calderón, el poblano Javier Lozano, quien atropelló los derechos laborales más allá de lo imaginable, al desconocer huelgas, desaparecer fuentes de empleo y reprimir a la clase trabajadora con la fuerza pública.

Así, en defensa de los trabajadores se ubica al líder minero Napoléon Gómez Urrutia, quien por no ceñirse a la política laboral del gobierno se convirtió en el perseguido político de tres presidentes: Vicente Fox, Felipe Calderón y Ernesto Zedillo; no así por disponer de fondos del sindicato para mantener la huelga minera a distancia considerable de esa mafia del poder en México.

*Candidaturas mafiosas.- En ningún partido político la militancia ha quedado conforme con la designación de candidaturas e este 2018. En el PAN ha habido bajas de peso en términos electorales, así como en el PRI; y el PRD no es la excepción. La militancia amarilla está descontenta porque en al menos dos delegaciones, la GAM e Iztacalco, la aristocracia en el poder se ha afianzado con dos familias: la de Víctor Hugo Lobo y su esposa Nora Arias en la GAM y Carlos Estrada y su esposa Elizabeth Mateos en Iztacalco. Las que buscan mantenerse en el trono con el aval de la dirigencia del PRD de la Ciudad de México que encabeza Raúl Flores, pese a que ya llevan varios gobiernos pasándose el poder entre marido y esposa, y no permiten las candidaturas que no sean dentro de estas familias aferradas al poder.