Ciudad de México.- La secretaria de la Comisión de Salud, diputada Teresa de Jesús Lizárraga Figueroa (PAN), se pronunció por ampliar la cobertura del Fondo de Gastos Catastróficos del Seguro Popular para atender pacientes con Sarcoma de Tejidos Blandos (STB), pues sólo cubre a niños y adolescentes menores de edad, y existe una gran prevalencia del padecimiento en personas de entre 18 y 39 años.
Destacó la importancia de crear conciencia sobre este tipo de cáncer y garantizar el acceso a la salud, sin discriminación, de los pacientes con STB. Esta es una enfermedad rara, “no es muy conocida; la población en general sabe poco y desafortunadamente no hay acciones específicas de concientización y diagnóstico temprano, que son clave para el éxito del tratamiento”.
Durante el Foro “Sarcomas: el enemigo de los adultos jóvenes de México”, indicó que esta legislatura, a través de la Comisión de Salud, ha mantenido la mejor disposición para trabajar en equipo y abordar otros tipos de cáncer y “se han logrado acuerdos importantes que han permitido mejorar condiciones para la atención de la salud”.
Al participar, Jaime de la Garza Salazar, investigador del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), señaló que en México existe un gran desconocimiento respecto al sarcoma, no sólo entre la población, sino entre los médicos no especializados, que muchas veces es donde se pierde el diagnóstico temprano”. Por ello, se pronunció por impulsar mayor educación, información y campañas de concientización sobre su importancia.
Añadió que los sarcomas son raros, por lo que el impacto económico de su atención no debe ser como el de tumores más frecuentes que atiende el Seguro Popular, como el cáncer de cuello uterino, de mama, de próstata y ovario.
Dijo que en el país se presentan entre cinco mil y siete mil casos de cáncer al año en niños y adolescentes, de los cuales 52 por ciento son de leucemias; 10 por ciento, lo constituyen linfomas y 10 por ciento en el Sistema Nervioso Central (SNC), y el Seguro Popular cubre más de 15 tipos de neoplasias malignas, entre ellos el osteosarcoma.
La jefa del servicio de Oncología del Instituto Nacional de Pediatría, Rocío Cárdenas Cardós, afirmó que se debe fortalecer la capacitación de medios y promover información para evitar factores de riesgo, pues no hay campañas de detección oportuna de cáncer infantil, y la mayoría de los programas están dirigidos a población adulta.
Lamentó que los pacientes lleguen en estadios avanzados de la enfermedad, con un diagnóstico tardío, lo cual repercute en los niveles de supervivencia de los pacientes a cinco años, que actualmente es de 36.7 por ciento. “Si hubiera oportunidad de atenderlos en etapas más tempranas las expectativas de curación mejorarían de manera impactante”, subrayó.
El doctor Jorge Luis Martínez Tlahuel, del INCan, afirmó que ésta es una enfermedad muy agresiva que ataca a niñas, niños, adolescentes y adultos jóvenes y mundialmente representa 15 por ciento de las neoplasias malignas en niños. Refirió que 60 por ciento de los STB se presentan en extremidades, y de los cuales “por lo menos la mitad termina en una amputación”.
Señaló que su incidencia y mortalidad aumentó en países con ingresos bajos y medios, donde se observan 5.5 de los 8 millones de muertes anuales por cáncer. En esas naciones los avances se obstaculizan por las bajas condiciones socioeconómicas que provocan diagnósticos tardíos y el abandono del tratamiento médico. Indicó que en el INCan, 50 por ciento de los pacientes dejan el proceso por falta de dinero.
Las condiciones geopolíticas no influyen en la supervivencia global, pues los factores de pronóstico y comportamiento tumoral son similares a los de países desarrollados, donde la sobrevida al cáncer infantil alcanza 70 por ciento de los casos de sarcoma. “La diferencia es el presupuesto de las instituciones para el tratamiento de la enfermedad”.
Adalberto González Cruz, integrante del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, explicó que el principal problema es la limitación de recursos, pues 89 por ciento del dinero se asigna al Sistema de Protección Social en Salud y se transfiere a los estados para las enfermedades que requieren atención de primero y segundo nivel, que “no son de alto costo, pero representan un porcentaje muy alto”.
El resto se va al Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el SIDA (CENSIDA), y a las otras enfermedades incorporadas al fondo.
A su vez, la directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer (AMLCC) Mayra Galindo Leal, destacó que se debe concientizar sobre la importancia de hacer diagnósticos tempranos de una enfermedad de la que se conoce poco.
Existen muchos retos a vencer, entre ellos la inclusión del STB como gasto catastrófico que causa un gran impacto y crear un registro nacional de cáncer. Mencionó que facilitar el acceso a los servicios de salud favorecerá el diagnóstico y tratamiento oportunos; incrementará la sobrevida y disminuirá la mortalidad, y mejorará la calidad de vida de pacientes y sus familias.
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