Ciudad de México.- A una semana de la toma de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por jóvenes encapuchados que se dicen ser alumnos, no hay avisos de solución por la vía del diálogo.
El viernes 19 de abril, un grupo pequeño de jóvenes se manifestaba porque fueran reinstalados cinco alumnos del CCH Naucalpan, que fueron expulsados por un enfrentamiento con trabajadores.
Al tomar la Rectoría, los manifestantes rompieron vidrios e ingresaron al edificio por lo que las autoridades de la UNAM presentaron una denuncia penal por los daños causados a la Torre, considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad, y enfatizaron que no cederían ante presiones basadas en el uso de la violencia.
Conforme pasaron los días, el número de estudiantes que tomaron el edificio fue en aumento, incluso, instalaron casas de campaña para pernoctar hasta que las autoridades garanticen sus demandas.
En su pliego petitorio también exigen que no haya represalías contra los que tienen tomada la Torre de Rectoría, diálogo público entre las autoridades y los estudiantes expulsados, que se dé marcha atrás a la reforma educativa… incluso han expresado su apoyo al Movimiento Magisterial de Guerrero.
Así, la explanada de la Torre de la máxima casa de estudios se ha convertido en una zona para acampar por una minoría de personas encapuchadas, a las que se han unido estudiantes ajenos a la UNAM, como lo es Naarubi Palacios y Uriel Sandoval, ambos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Los encapuchados exigen dialogar con el rector, José Narro, para que atienda sus demandas de reinstalar a cinco expulsados del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan.
Precisamente el rector de la UNAM, José Narro, ha manifestado que ahora está en las manos de la Procuraduría General de la República (PGR) para actuar y liberar las instalaciones de la UNAM, pues se trata de un delito federal.
Asimismo, el comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb ha manifestado que la Policía Federal está a la espera de que la PGR lo ordene y de esta forma actué para el desalojo o vigilancia de la Torre de Rectoría.
De este modo, en cualquier momento la PGR podría girar instrucciones para liberar las instalaciones de la UNAM que mantienen tomadas los jóvenes encapuchados.
El viernes 19 de abril, un grupo pequeño de jóvenes se manifestaba porque fueran reinstalados cinco alumnos del CCH Naucalpan, que fueron expulsados por un enfrentamiento con trabajadores.
Al tomar la Rectoría, los manifestantes rompieron vidrios e ingresaron al edificio por lo que las autoridades de la UNAM presentaron una denuncia penal por los daños causados a la Torre, considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad, y enfatizaron que no cederían ante presiones basadas en el uso de la violencia.
Conforme pasaron los días, el número de estudiantes que tomaron el edificio fue en aumento, incluso, instalaron casas de campaña para pernoctar hasta que las autoridades garanticen sus demandas.
En su pliego petitorio también exigen que no haya represalías contra los que tienen tomada la Torre de Rectoría, diálogo público entre las autoridades y los estudiantes expulsados, que se dé marcha atrás a la reforma educativa… incluso han expresado su apoyo al Movimiento Magisterial de Guerrero.
Así, la explanada de la Torre de la máxima casa de estudios se ha convertido en una zona para acampar por una minoría de personas encapuchadas, a las que se han unido estudiantes ajenos a la UNAM, como lo es Naarubi Palacios y Uriel Sandoval, ambos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
Los encapuchados exigen dialogar con el rector, José Narro, para que atienda sus demandas de reinstalar a cinco expulsados del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan.
Precisamente el rector de la UNAM, José Narro, ha manifestado que ahora está en las manos de la Procuraduría General de la República (PGR) para actuar y liberar las instalaciones de la UNAM, pues se trata de un delito federal.
Asimismo, el comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb ha manifestado que la Policía Federal está a la espera de que la PGR lo ordene y de esta forma actué para el desalojo o vigilancia de la Torre de Rectoría.
De este modo, en cualquier momento la PGR podría girar instrucciones para liberar las instalaciones de la UNAM que mantienen tomadas los jóvenes encapuchados.
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