jueves, 12 de marzo de 2015

ELECCIONES 2015

Por: Rodrigo Domínguez Vergara

Han llegado nuevamente las elecciones y, este tiempo se convierte, como el inicio de cada año, sólo en buenos deseos.
Sólo que las fantasías políticas sí le resultan demasiado caras a la población.
Ante la desolada realidad mexicana, matizada de pobreza extrema, resultado de los gobiernos de los últimos treinta años; más que respuestas, surgen preguntas: ¿Son realmente democráticas las elecciones? ¿Vale la pena gastar tantos miles de millones de pesos para tener a los gobernantes que tenemos? ¿A qué partido pertenecen quienes más han hecho negocios personales, y saqueado al país?
-¿Realmente nos representan en la gestión de las aspiraciones de la población en la búsqueda de un mejor bienestar?-
Hemos visto como los últimos sexenios han dejado un país lleno de muertos y desaparecidos, con una gran inseguridad por todo el territorio nacional.
Nos han dejado un panorama sombrío en la economía, desarrollo social, salud, trabajo, educación y en todas las áreas donde meten las manos los políticos.
Y, la pregunta monumental es: ¿Por quién votar si todos son iguales?
¿Qué hacer y a quién elegir; quién es el mejor candidato?
En estos tiempos de propaganda politiquera, todos los partidos políticos y sus  candidatos, se erigen como las mejores personas del mundo; como salvadores de México, señalando, sí, corruptos y saqueadores por doquier, pero siempre en el corral de su vecino.
Frente a nosotros, describen una realidad tan distinta a la que percibimos todos, como si al describirla ellos, la realidad se volviera distinta.
Si hay alguna habilidad que tiene la mayoría de los políticos, es la de engañar de manera insistente, hasta lograr que su mentira, repetida mil veces, se convierta en realidad (Para sus propósitos).
Ya es tiempo de que termine esta trágica época, en la que vienen a engañarnos con sus falsas promesas, con retóricas desgastadas. Es tiempo de que seamos nosotros quienes frente a ellos, tomemos la palabra para que realmente hagan lo que la ciudadanía necesita.
Son ellos, quienes tienen que escuchar el clamor de la ciudadanía y,  no ellos quienes nos digan lo que necesitamos.
Es la gente quien tiene que decir el cómo necesitamos que nos gobiernen: con leyes justas y aplicadas con equidad.
Es hora de hacernos presentes a la hora en que nos visiten. Nosotros somos los anfitriones del evento político. Ellos son los que nos están pidiendo el voto. Nosotros somos los que decidiremos quien irá. Ellos esperarán nuestra decisión.
Hagamos que sus promesas, surjan de nuestras exigencias. Hagamos que su compromiso de fiscalización lo hagan frente nosotros, como lo hicieron cuando nos pidieron el voto. Que nos rindan cuentas, de manera mensual. Es lo menos que podrían hacer; ellos cobrarán por mes y, por mes deben informarnos en actos públicos.
Que siga gobernando quien lo haga bien e informe y, quien solo se vaya a dormir a su curul, mejor que lo haga en su casa y no a cuenta de nuestro apoyo y de los recursos del pueblo; porque, tradicionalmente,  parece que después, nos volvemos invisibles para ellos.
Al ser electos, se vuelven de un mundo que está fuera de este sistema solar y la gente y, sus necesidades, se vuelven extraños para ellos: es cuando empiezan a actuar, para resolver problemas que nosotros nunca les dijimos que resolvieran. Empiezan a resolver problemas de los empresarios que los encumbraron, aprobando leyes que no les pedimos y gastando el presupuesto en obras que jamás nos mencionaron.
Es tiempo de que el ciudadano, sea el protagonista en las campañas. Que seamos nosotros quienes ahora seamos escuchados por ellos.
Es tiempo de que como ciudadanos, en sus giras electoreras, les impongamos normas de ética, de seguimiento y rendición de cuentas, de manera permanente. Que se sometan a evaluaciones acerca de lo que prometieron, pero frente a quien los eligió.
Debe haber consultas ciudadanas que permitan revocar el mandato de aquellos bribones que pervierten su mandato, de los que sabemos muy bien, que solo arriban al puesto para beneficiarse de él, beneficiar a sus compinches de partido, a los que ya han empobrecido a México favorecidos por éste tipo de “políticos títeres” y corruptos.
Es tiempo de que el ciudadano cuestione y haga que el político mercenario se someta a la verdadera soberanía del pueblo, que a fin de cuentas, es quien debe decidir: quién debe gobernarlo y quien debe dejar de hacerlo.
Llegó el momento de escribir nuestra propia historia y, no que sean otros quienes la escriban por nosotros. Nezahualcóyotl, como todo México ha abierto los ojos, ha despertado y está enfrentando ya, muchas ofensas que le han hecho los políticos a lo largo de su historia reciente, hay estados de la República donde están diciendo: ¡Ya basta!
El país vive una gran metamorfosis social. Por doquier hay marchas, mítines, plantones, cercos, huelgas, tomas simbólicas, mensajes y voces que exigen cambios verdaderos y duraderos, avances irreversibles, transformaciones deseadas; Un Nezahualcóyotl y un México seguro donde impere la ley para todos. Donde el bienestar se vea cristalizado por la participación de todos y que el progreso sea un esfuerzo comprometido y corresponsable entre todos los actores de la vida Nacional. Esa es la verdadera revolución esperada, no la de las armas.
No permitamos que las “Alianzas” en lo oscurito, de aquellos que se elegimos, se perviertan y solo nos traigan más pobreza, inseguridad, corrupción e impunidad.
Es hora de que el ciudadano hable.

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