Retos del OPLE en Veracruz
Por Iván Calderón
Por Iván Calderón
Además de combatir al fantasma del abstencionismo, de reducir los índices del voto nulo, de implementar la reforma electoral en un proceso local, así como de garantizar a la ciudadanía procesos electorales pacíficos y apegados a la realidad, el OPLE de Veracruz tiene un reto aun más grande, el de la credibilidad.
El Organismo Público Local Electoral Veracruzano, cuenta con muy poco tiempo para enfrentar el gran desafío de borrar la supuesta estela priista y gubernamental que lo envuelve.
El OPLE se encuentra obligado en legitimar cada una de sus acciones.
De lo contrario, las próximas elecciones serán tan cuestionadas, como la llegada de algunos de los nuevos consejeros a esta institución.
Tal es el caso de la polémica baja de Roberto Alejandro Pérez, otro personaje sumamente ligado a la parte oficial.
El Consejero Presidente, José Alejandro Bonilla Bonilla cuenta con la magnífica oportunidad de asumir a su encargo una mayor creatividad para lograr mejores resultados.
Bonilla, deberá de encausar este barco para dejar atrás la triste historia de este instituto electoral.
Sin titubeos, el OPLE para los veracruzanos, aunque cambió de nombre, sigue siendo la misma felina, nada más que un poco más indecente y arañada.
La mera verdad.
Es cierto, la llegada de José Alejandro como presidente continúa generando mucho recelo entre la población, pero su designación, estuvo avalada por su experiencia y trayectoria.
El INE le ofreció el respaldo total.
Con todo y las dudas, este cuerpo colegiado será el encargado de organizar las elecciones del 2016.
No hay vuelta atrás.
Hay que decirlo, si los consejeros, así como su presidente desean generar confianza entre los veracruzanos, será necesario un trabajo quirúrgico de acercamiento social, y no seguir en la nube como es la tradición.
Los integrantes del OPLE, encabezados por José Alejandro Bonilla cuentan con la coyuntura histórica de lograr que los veracruzanos crean en este cuerpo electoral.
Además, de enfocarse pudieran lograr que los próximos comicios sean ejemplos a nivel nacional, con la tan anhelada transparencia y la búsqueda utópica de la democracia.
En fin, el trabajo de Alejandro Bonilla es arduo.
Esperemos que tanto él, como sus compañeros no se duerman en sus laureles.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina.
La credibilidad a kilómetros de distancia.
Habrá de esperar, que es lo que pasa.
El Organismo Público Local Electoral Veracruzano, cuenta con muy poco tiempo para enfrentar el gran desafío de borrar la supuesta estela priista y gubernamental que lo envuelve.
El OPLE se encuentra obligado en legitimar cada una de sus acciones.
De lo contrario, las próximas elecciones serán tan cuestionadas, como la llegada de algunos de los nuevos consejeros a esta institución.
Tal es el caso de la polémica baja de Roberto Alejandro Pérez, otro personaje sumamente ligado a la parte oficial.
El Consejero Presidente, José Alejandro Bonilla Bonilla cuenta con la magnífica oportunidad de asumir a su encargo una mayor creatividad para lograr mejores resultados.
Bonilla, deberá de encausar este barco para dejar atrás la triste historia de este instituto electoral.
Sin titubeos, el OPLE para los veracruzanos, aunque cambió de nombre, sigue siendo la misma felina, nada más que un poco más indecente y arañada.
La mera verdad.
Es cierto, la llegada de José Alejandro como presidente continúa generando mucho recelo entre la población, pero su designación, estuvo avalada por su experiencia y trayectoria.
El INE le ofreció el respaldo total.
Con todo y las dudas, este cuerpo colegiado será el encargado de organizar las elecciones del 2016.
No hay vuelta atrás.
Hay que decirlo, si los consejeros, así como su presidente desean generar confianza entre los veracruzanos, será necesario un trabajo quirúrgico de acercamiento social, y no seguir en la nube como es la tradición.
Los integrantes del OPLE, encabezados por José Alejandro Bonilla cuentan con la coyuntura histórica de lograr que los veracruzanos crean en este cuerpo electoral.
Además, de enfocarse pudieran lograr que los próximos comicios sean ejemplos a nivel nacional, con la tan anhelada transparencia y la búsqueda utópica de la democracia.
En fin, el trabajo de Alejandro Bonilla es arduo.
Esperemos que tanto él, como sus compañeros no se duerman en sus laureles.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina.
La credibilidad a kilómetros de distancia.
Habrá de esperar, que es lo que pasa.
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