Ciudad de México.- Herbert Diess, fabricante alemán de vehículos Volkswagen (VW) ha dicho, pese a la amenaza del Presidente Electo de los Estados Unidos, Donald Trump de aplicar sanciones e impuestos espectaculares a las empresas automovilísticas que se instalen en el País, que mantendrá sus plantas en México, aunque prometió producir autos eléctricos en Estados Unidos.
En ese sentido, cuando se le preguntó si mantendrá sus fábricas en Puebla indicó: “creo que Trump no querría que nosotros fabriquemos autos solo para exportarlos a México. México es para nosotros un mercado muy grande también”, y señaló que VW no ha entrado en contacto con el presidente electo de Estados Unidos.
Por lo pronto, los gobiernos de México y Japón rechazaron que las operaciones productivas de sus empresas establecidas en México afecten el empleo en Estados Unidos como lo ha reiterado el presidente electo estadounidense.
Así, el gobierno nipón respondió que las compañías de su País contribuyen al empleo de Estados Unidos, mientras el gobierno mexicano replicó que las inversiones que se hacen en México, Estados Unidos y Canadá benefician a los tres países, en virtud de la integración de las cadenas productivas.
Y es que Trump amenazó a Toyota de instaurar un impuesto a las importaciones estadounidenses de autos Corolla que serán producidos por la empresa japonesa en México, si ésta construye una planta en Guanajuato para armar esas unidades.
Tras impedir la construcción de una nueva planta automotriz de Ford en San Luis Potosí, Trump lanzó además una advertencia general en un tuit: “Gracias a Ford por desechar una nueva planta en México. Esto es sólo el comienzo, hay mucho más por venir”. Trump ha criticado también a General Motors por importar de México versiones del Chevrolet Cruze, un modelo compacto.
En un tuit dijo que la compañía debería pagar un “gran impuesto fronterizo” sobre esos vehículos, el primer ataque que ha lanzado contra la automotriz. El secretario del Gabinete de Japón, Yoshihide Suga, dijo que Toyota es un “ciudadano corporativo importante”, en tanto que el ministro de Comercio, Hiroshige Seko, destacó la contribución de las empresas japonesas al empleo en Estados Unidos.
Paralelamente, la Secretaría de Economía rechazó “categóricamente” cualquier intento de influir en las decisiones de inversión de las empresas “con base en el miedo o la amenaza.
La complementariedad de los procesos productivos en las cadenas regionales de valor no implica afectaciones en disminución de la producción o pérdida de empleos para ninguno de los países participantes”, indicó la dependencia en un comunicado de prensa.
En ese sentido, cuando se le preguntó si mantendrá sus fábricas en Puebla indicó: “creo que Trump no querría que nosotros fabriquemos autos solo para exportarlos a México. México es para nosotros un mercado muy grande también”, y señaló que VW no ha entrado en contacto con el presidente electo de Estados Unidos.
Por lo pronto, los gobiernos de México y Japón rechazaron que las operaciones productivas de sus empresas establecidas en México afecten el empleo en Estados Unidos como lo ha reiterado el presidente electo estadounidense.
Así, el gobierno nipón respondió que las compañías de su País contribuyen al empleo de Estados Unidos, mientras el gobierno mexicano replicó que las inversiones que se hacen en México, Estados Unidos y Canadá benefician a los tres países, en virtud de la integración de las cadenas productivas.
Y es que Trump amenazó a Toyota de instaurar un impuesto a las importaciones estadounidenses de autos Corolla que serán producidos por la empresa japonesa en México, si ésta construye una planta en Guanajuato para armar esas unidades.
Tras impedir la construcción de una nueva planta automotriz de Ford en San Luis Potosí, Trump lanzó además una advertencia general en un tuit: “Gracias a Ford por desechar una nueva planta en México. Esto es sólo el comienzo, hay mucho más por venir”. Trump ha criticado también a General Motors por importar de México versiones del Chevrolet Cruze, un modelo compacto.
En un tuit dijo que la compañía debería pagar un “gran impuesto fronterizo” sobre esos vehículos, el primer ataque que ha lanzado contra la automotriz. El secretario del Gabinete de Japón, Yoshihide Suga, dijo que Toyota es un “ciudadano corporativo importante”, en tanto que el ministro de Comercio, Hiroshige Seko, destacó la contribución de las empresas japonesas al empleo en Estados Unidos.
Paralelamente, la Secretaría de Economía rechazó “categóricamente” cualquier intento de influir en las decisiones de inversión de las empresas “con base en el miedo o la amenaza.
La complementariedad de los procesos productivos en las cadenas regionales de valor no implica afectaciones en disminución de la producción o pérdida de empleos para ninguno de los países participantes”, indicó la dependencia en un comunicado de prensa.
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