San Antonio.- Los investigadores creen que el chofer acusado por la muerte de 10 personas dentro de un sofocante remolque en Texas es solo un miembro de una organización de tráfico de personas a la que tratan de identificar y desmantelar, dijo el martes un agente federal de inmigración.
Algunos de los 29 sobrevivientes identificados le han dicho a las autoridades que contrataron a traficantes que los llevaron a Estados Unidos, subieron a algunos de ellos a camiones que los condujeron hasta el camión con remolque, y los marcaron con cintas adhesivas de distintos colores con el fin de identificarlos para los distintos traficantes que los recogerían una vez que el vehículo llegara a su destino.
“Sin duda no nos detendremos con la pesquisa al conductor. Estamos intentando investigar e identificar las distintas piezas, las casas de paso, los otros miembros, de dónde provino el dinero”, dijo a The Associated Press Shane Folden, agente especial a cargo de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en San Antonio.
El conductor, James Matthew Bradley Jr., de 60 años y residente de Clearwater, Florida, enfrenta cargos por transportar ilegalmente a inmigrantes para obtener un beneficio económico, lo que derivó en muertes. Bradley podría enfrentar la pena de muerte.
Las autoridades afirman que condujo un camión con remolque repleto de inmigrantes desde el sur de Texas que fue descubierto el domingo en la mañana en el estacionamiento de un Walmart de San Antonio.
Folden dijo que los cargos contra Bradley son tan solo el primer paso en el caso mientras los investigadores trabajan por encontrar a otros involucrados en la operación, incluidos a los responsables de facilitar las transferencias monetarias y del paso de inmigrantes a través de la frontera.
“El objetivo final es desmantelar a toda la organización. No se consigue si solo te enfocas en un aspecto. Debes analizar los objetivos potenciales y los posibles sitios relacionados, tanto al norte como al sur”, destacó.
Henry Cuellar, representante federal de Texas, dijo que agencias policiales le informaron que el camión de carga había pasado un punto de inspección de la Patrulla Fronteriza ubicado 46 kilómetros (29 millas) al norte de la frontera sobre la carretera interestatal 35, cerca de Laredo. Cuellar dijo que no sabía si los inmigrantes habían sido colocados en el remolque antes o después de cruzar el punto de inspección.
Las autoridades federales aún intentan determinar el número exacto de personas que había dentro del remolque, ya que algunas de ellas huyeron antes de que llegara la policía, dijo Folden.
Trece personas que estuvieron en el remolque permanecían hospitalizadas el martes en San Antonio, dijo Greg Palmore, portavoz del ICE. Se negó a comentar cuántas permanecen en estado crítico o con heridas que ponen en riesgo su vida. Las autoridades informaron que al menos 29 personas sobrevivieron al incidente.
Delmín Darío López Colomo, un sobreviviente guatemalteco de 23 años que permanece hospitalizado, dijo que los inmigrantes dentro del remolque fueron entregados por varios traficantes distintos, según Cristy Andrino, cónsul de Guatemala en McAllen, Texas.
Adán Lara Vega, un migrante mexicano de 27 años que sobrevivió al incidente, dijo el lunes a la AP que abordaron el vehículo el sábado en la noche en una calle de Laredo para realizar el viaje de dos horas a San Antonio. Dijo que el remolque ya se encontraba lleno, pero estaba tan oscuro que no pudo determinar una cifra exacta.
Es posible que al menos algunos de los sobrevivientes se conviertan en testigos y se les permita permanecer en Estados Unidos para rendir testimonio, comentó Folden.
Jacob Monty, abogado migratorio con sede en Houston, dijo que la ayuda que los sobrevivientes proporcionen a las autoridades “podría brindarles residencia permanente”.
El conductor, Bradley, permanece encarcelado el martes. Hace tres meses las autoridades de Florida le suspendieron sus privilegios para operar un camión comercial, señalaron las autoridades.
Brian Pyle, dueño de Pyle Transportation, la compañía propietaria del vehículo, dijo que el camión había sido vendido el 10 de mayo a un individuo en México y que Bradley trabajaba como contratista independiente para llevar el vehículo a Brownsville, Texas, y completar la venta.
No quedó claro lo qué sucederá con uno de los migrantes que falleció, y que fue identificado como Frank Guisseppe Fuentes, de 19 años.
Sus padres, que viven en Maryland, están ilegalmente en el país y no le han dicho a las autoridades guatemaltecas lo que quieren hacer con el cadáver de su hijo, aparentemente por temor de que agentes del ICE puedan ir tras ellos si intentan reclamar el cuerpo, detalló Andrino.
La Jornada
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