Ciudad de México.- Al comparecer ante diputados, el titular de la Secretaría de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, dibujó un panorama sombrío, pero realista de la situación del agro en México.
Al subrayar la tendencia decreciente de la participación del sector agroalimentario en el Producto Interno Bruto, que pasó del 16.5 por ciento en sus mejores épocas, a tan sólo el 3.7 en 2011, el funcionario refirió que esto se ha visto reflejado en un preocupante déficit en la producción de alimentos.
“Seguimos dependiendo del comercio con Estados Unidos, dependiendo de importaciones, cuando tenemos nosotros la capacidad, sobre todo en el campo, de producir los alimentos que demanda la población mexicana”, sostuvo.
Cuestionó el modelo económico que se ha venido aplicando mediante prácticas asistencialistas.
“Es un modelo que ha privilegiado la improductividad; paradójicamente los estímulos, entre comillas, que hay, se dan a quienes tienen mayor problema en pobreza, en inseguridad; si ustedes analizan, los programas que tenemos son más asistenciales, son más de privilegiar la ineficiencia”, destacó.
Apoyó esta postura con datos duros al referir que estamos importando el 42-43 por ciento de lo que consumimos para luego puntualizar que importamos el 93 por ciento de soya y el 80 por ciento de arroz, mientras que en materia de avicultura México perdió casi 23 millones de aves el año pasado, con las obvias repercusiones en los precios de los derivados.
En contraste, señaló, algunos productos en los que el país ha destacado, como en el caso de la papaya, el mango, café orgánico, el tomate o el aguacate, en los que México produce uno de los 2 millones que anualmente se producen en el mundo.
Por su parte, legisladores en San Lázaro se pronunciaron por la implementación de políticas públicas que saquen del rezago al agro mexicano, ya que argumentaron que actualmente el panorama que ofrece este sector es desastroso.
Al fijar el posicionamiento de su bancada, el perredista José Antonio de León Mendívil demandó mayores recursos para aliviar la preocupante situación del campo.
“Necesitamos reorientar el presupuesto público, apostar a más de 3 millones de pequeños y medianos productores del campo, pues en ellos y en sus tierras tenemos un gran potencial”, enfatizó.
Por su parte, el panista Juan Bueno Torio, pidió revisar las acciones del Procampo, con un enfoque de carácter integral para que el habitante del medio rural produzca más y viva mejor.
“Debemos rediseñar la política pública que va orientada, por un lado, a apoyar y desarrollar las capacidades del sector productivo, que tiene la posibilidad de crecer y mejorar su desempeño, y por el otro lado, desarrollar esquemas de políticas públicas orientadas a combatir la pobreza y el hambre que se vive en el campo mexicano, pero esto como un programa de desarrollo social.”
En su oportunidad, el priista José Rubén Escajeda se pronunció por que el Legislativo y el Ejecutivo trabajen de manera coordinada a favor del medio rural.
“El campo no tiene colores, no los debe de tener, no los debe de tener; tenemos que hacer esfuerzos extraordinarios para que este reto que tenemos todos, que lo tiene el propio Presidente Enrique peña Nieto, de darle una verdadera sacudida y una reingeniería programática a las políticas del campo en este país, podamos juntos, secretario, construirlas y realizarlas”, concluyó.
Al subrayar la tendencia decreciente de la participación del sector agroalimentario en el Producto Interno Bruto, que pasó del 16.5 por ciento en sus mejores épocas, a tan sólo el 3.7 en 2011, el funcionario refirió que esto se ha visto reflejado en un preocupante déficit en la producción de alimentos.
“Seguimos dependiendo del comercio con Estados Unidos, dependiendo de importaciones, cuando tenemos nosotros la capacidad, sobre todo en el campo, de producir los alimentos que demanda la población mexicana”, sostuvo.
Cuestionó el modelo económico que se ha venido aplicando mediante prácticas asistencialistas.
“Es un modelo que ha privilegiado la improductividad; paradójicamente los estímulos, entre comillas, que hay, se dan a quienes tienen mayor problema en pobreza, en inseguridad; si ustedes analizan, los programas que tenemos son más asistenciales, son más de privilegiar la ineficiencia”, destacó.
Apoyó esta postura con datos duros al referir que estamos importando el 42-43 por ciento de lo que consumimos para luego puntualizar que importamos el 93 por ciento de soya y el 80 por ciento de arroz, mientras que en materia de avicultura México perdió casi 23 millones de aves el año pasado, con las obvias repercusiones en los precios de los derivados.
En contraste, señaló, algunos productos en los que el país ha destacado, como en el caso de la papaya, el mango, café orgánico, el tomate o el aguacate, en los que México produce uno de los 2 millones que anualmente se producen en el mundo.
Por su parte, legisladores en San Lázaro se pronunciaron por la implementación de políticas públicas que saquen del rezago al agro mexicano, ya que argumentaron que actualmente el panorama que ofrece este sector es desastroso.
Al fijar el posicionamiento de su bancada, el perredista José Antonio de León Mendívil demandó mayores recursos para aliviar la preocupante situación del campo.
“Necesitamos reorientar el presupuesto público, apostar a más de 3 millones de pequeños y medianos productores del campo, pues en ellos y en sus tierras tenemos un gran potencial”, enfatizó.
Por su parte, el panista Juan Bueno Torio, pidió revisar las acciones del Procampo, con un enfoque de carácter integral para que el habitante del medio rural produzca más y viva mejor.
“Debemos rediseñar la política pública que va orientada, por un lado, a apoyar y desarrollar las capacidades del sector productivo, que tiene la posibilidad de crecer y mejorar su desempeño, y por el otro lado, desarrollar esquemas de políticas públicas orientadas a combatir la pobreza y el hambre que se vive en el campo mexicano, pero esto como un programa de desarrollo social.”
En su oportunidad, el priista José Rubén Escajeda se pronunció por que el Legislativo y el Ejecutivo trabajen de manera coordinada a favor del medio rural.
“El campo no tiene colores, no los debe de tener, no los debe de tener; tenemos que hacer esfuerzos extraordinarios para que este reto que tenemos todos, que lo tiene el propio Presidente Enrique peña Nieto, de darle una verdadera sacudida y una reingeniería programática a las políticas del campo en este país, podamos juntos, secretario, construirlas y realizarlas”, concluyó.
Excelsior
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