Ciudad de México.- Una reforma al Artículo 123 Constitucional para elevar de 14 a 15 años la edad mínima de admisión al empleo, envió el presidente Enrique Peña Nieto a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
De esta manera queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de 15 años. Y los mayores de esta edad y menores de 16, tendrán como jornada máxima de la de 6 horas.
En la exposición de motivos, el Ejecutivo federal menciona que según datos del INEGI, en México existen 3 millones 136 mil niños que trabajan, que provienen sobre todo de hogares que tienen ingresos de hasta dos salarios mínimos y son hijos de padres cuyo nivel máximo de estudios es la primaria.
También se refiere a estudios de la UNICEF en América Latina que evidencian que pese al trabajo de niños y adolescentes, el poder adquisitivo de las familias aumenta como máximo entre 10 y 20 por ciento, pero no resuelve los problemas de la pobreza.
En México, a la par del mantenimiento de las tasas de ocupación infantil, experimenta un incremento en el porcentaje de los menores trabajadores que no asisten la escuela, que llega al 46%. Esto significa que de los 3 millones de niños ocupados 1.2 millones no asiste a la escuela.
Además, los niños y adolescentes que trabajan en nuestro país están expuestos a sufrir accidentes o enfermedades de trabajo, puesto que se emplean en sitios no apropiados o no permitidos como minas, lugares sin luz o ventilación, alturas, calles, avenidas, bares y cantinas.
En la reforma se dice que el trabajo infantil repercute significativamente en las posibilidades de contar con un trabajo digno y bien remunerado e impacta de manera negativa la productividad de las empresas, por falta de mano de obra especializada en el mercado laboral, lo que a su vez genera pérdida de competitividad de nuestro país con las consecuencias económicas y sociales que esto conlleva.
Y si bien México avanza en el reforzamiento de sus esquemas de protección de los derechos humanos y específicamente en los niños y adolescentes, no obstante por lo que hace a la prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido aún persiste un importante pendiente para la actualización del marco normativo aplicable en lo que se refiere a la edad mínima de admisión al empleo.
Ante este panorama, el Jefe del Ejecutivo considera que la iniciativa en cuestión representa una oportunidad para consolidar la tutela del desarrollo integral y armónico de la infancia en México y hacer que la legislación sea acorde con los estándares internacionales en la materia.
Esta iniciativa se turnó para su estudio y dictamen a la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
De esta manera queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de 15 años. Y los mayores de esta edad y menores de 16, tendrán como jornada máxima de la de 6 horas.
En la exposición de motivos, el Ejecutivo federal menciona que según datos del INEGI, en México existen 3 millones 136 mil niños que trabajan, que provienen sobre todo de hogares que tienen ingresos de hasta dos salarios mínimos y son hijos de padres cuyo nivel máximo de estudios es la primaria.
También se refiere a estudios de la UNICEF en América Latina que evidencian que pese al trabajo de niños y adolescentes, el poder adquisitivo de las familias aumenta como máximo entre 10 y 20 por ciento, pero no resuelve los problemas de la pobreza.
En México, a la par del mantenimiento de las tasas de ocupación infantil, experimenta un incremento en el porcentaje de los menores trabajadores que no asisten la escuela, que llega al 46%. Esto significa que de los 3 millones de niños ocupados 1.2 millones no asiste a la escuela.
Además, los niños y adolescentes que trabajan en nuestro país están expuestos a sufrir accidentes o enfermedades de trabajo, puesto que se emplean en sitios no apropiados o no permitidos como minas, lugares sin luz o ventilación, alturas, calles, avenidas, bares y cantinas.
En la reforma se dice que el trabajo infantil repercute significativamente en las posibilidades de contar con un trabajo digno y bien remunerado e impacta de manera negativa la productividad de las empresas, por falta de mano de obra especializada en el mercado laboral, lo que a su vez genera pérdida de competitividad de nuestro país con las consecuencias económicas y sociales que esto conlleva.
Y si bien México avanza en el reforzamiento de sus esquemas de protección de los derechos humanos y específicamente en los niños y adolescentes, no obstante por lo que hace a la prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido aún persiste un importante pendiente para la actualización del marco normativo aplicable en lo que se refiere a la edad mínima de admisión al empleo.
Ante este panorama, el Jefe del Ejecutivo considera que la iniciativa en cuestión representa una oportunidad para consolidar la tutela del desarrollo integral y armónico de la infancia en México y hacer que la legislación sea acorde con los estándares internacionales en la materia.
Esta iniciativa se turnó para su estudio y dictamen a la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
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