Xalapa, Veracruz.- "Adiós a la pobreza" es el nombre del programa que diseñamos desde el inicio del sexenio, en el 2010, para combatir la pobreza extrema en Veracruz.
En los salones de clases a los que asistíamos Javier y yo en Madrid al atender el doctorado en economía en la Universidad Complutense y bajo la guía de profesores de Berkely, de la London School of Economics, del Instituto Ortega y Gasset y de la misma Complu, recorríamos las distintas teorías y conceptos económicos. Pero fue en el pequeñísimo departamento que alquilábamos con nuestras becas estudiantiles en donde se cocinaron las bases del programa.
No fueron pocas las pláticas que tuvimos en la mesita de la cocina alrededor de la pregunta ¿tú qué harías por Veracruz? Aprovechando la libertad que da la lluvia de ideas, nuestras respuestas iban desde sembrar palmeras enanas en los malecones pues son muy resistentes a los nortes, hasta impactar en cifras macroeconómicas. Y en esa diversidad de temas siempre hubo una respuesta constante: disminuir la pobreza.
Si de algo podemos presumir Javier y yo es que hacemos buen equipo. Se nos da bien. Por decir un ejemplo: él tiene una visión muy clara de estratega para resolver problemas y yo tengo una disciplina férrea que es importante para ir consiguiendo las metas trazadas.
Esta buena combinación se dio nuevamente al implementar "Adiós a la pobreza". Cuando le comenté a Javier, en una de nuestras tantas pláticas estudiantiles, la idea de ajustar los programas asistenciales del DIF a los indicadores que mide CONEVAL, él añadió que las políticas de desarrollo social deberían ir acompañadas de crecimiento económico sostenido, sólo así, me dijo, vamos a poder realmente activar el círculo virtuoso de la economía. Y ahí comenzaron nuestras respectivas tesis doctorales.
En el 2010 al ser electo Gobernador aplicó la fórmula diseñada. A dos años y medio de gobierno, Veracruz reporta un crecimiento por encima de la media nacional, con la mayor apertura de empresas en los últimos 10 años y la mayor inversión extranjera directa en la historia, en un ambiente de estabilidad financiera y tranquilidad, alineando los programas sociales a los indicadores de pobreza multidimensional que mide CONEVAL. No suena sencillo y no es sencillo aplicarlo, pero funciona.
En los salones de clases a los que asistíamos Javier y yo en Madrid al atender el doctorado en economía en la Universidad Complutense y bajo la guía de profesores de Berkely, de la London School of Economics, del Instituto Ortega y Gasset y de la misma Complu, recorríamos las distintas teorías y conceptos económicos. Pero fue en el pequeñísimo departamento que alquilábamos con nuestras becas estudiantiles en donde se cocinaron las bases del programa.
No fueron pocas las pláticas que tuvimos en la mesita de la cocina alrededor de la pregunta ¿tú qué harías por Veracruz? Aprovechando la libertad que da la lluvia de ideas, nuestras respuestas iban desde sembrar palmeras enanas en los malecones pues son muy resistentes a los nortes, hasta impactar en cifras macroeconómicas. Y en esa diversidad de temas siempre hubo una respuesta constante: disminuir la pobreza.
Si de algo podemos presumir Javier y yo es que hacemos buen equipo. Se nos da bien. Por decir un ejemplo: él tiene una visión muy clara de estratega para resolver problemas y yo tengo una disciplina férrea que es importante para ir consiguiendo las metas trazadas.
Esta buena combinación se dio nuevamente al implementar "Adiós a la pobreza". Cuando le comenté a Javier, en una de nuestras tantas pláticas estudiantiles, la idea de ajustar los programas asistenciales del DIF a los indicadores que mide CONEVAL, él añadió que las políticas de desarrollo social deberían ir acompañadas de crecimiento económico sostenido, sólo así, me dijo, vamos a poder realmente activar el círculo virtuoso de la economía. Y ahí comenzaron nuestras respectivas tesis doctorales.
En el 2010 al ser electo Gobernador aplicó la fórmula diseñada. A dos años y medio de gobierno, Veracruz reporta un crecimiento por encima de la media nacional, con la mayor apertura de empresas en los últimos 10 años y la mayor inversión extranjera directa en la historia, en un ambiente de estabilidad financiera y tranquilidad, alineando los programas sociales a los indicadores de pobreza multidimensional que mide CONEVAL. No suena sencillo y no es sencillo aplicarlo, pero funciona.
El Dictamen
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