México, D.F.- Mario Antonio Solaya Villalba, de 22 años, uno de los tres detenidos por el asesinato del catedrático Alejandro Chao y su esposa Sara Rebolledo, describe en un video como los esperaron en su casa, los asesinaron e intentaron robar.
En el video de la declaración de Solaya Villalba, el detenido describe cómo esperaron en el jardín de la casa, él vio llegar a la pareja y alertó a sus cómplices. Uno de ellos le ordenó agarrar una piedra.
“Yo estaba atrás de él. Él ya tenía el palo, encontró unos lentes negros y se puso una franela roja”, dice el detenido.
“Y en eso que oigo que gritó la señora. No gritó auxilio ni nada de eso y yo oí el trancazo”.
Mario Antonio dice que en un momento Chao intentó correr y él lo tumbó al suelo. “El señor estaba boca abajo y estaba vomitando, haciendo un ruido muy fuerte, por lo que le puso un trapo en la boca para que no se escuchara”.
Con un desarmador, asegura, su cómplice lo picó hasta que Chao perdió la vida.
Solaya lo quiso amarrar, pero Juan Carlos lo paró. “Ya pa qué lo amarras, ya está muerto”, dice que le dijo.
Después buscaron las llaves de la casa para entrar a robar. Cuando las encontraron no pudieron abrir, Solaya quitó una ventana pero la alarma de la casa los sorprendió. Los tres huyeron.
En el video de la declaración de Solaya Villalba, el detenido describe cómo esperaron en el jardín de la casa, él vio llegar a la pareja y alertó a sus cómplices. Uno de ellos le ordenó agarrar una piedra.
“Yo estaba atrás de él. Él ya tenía el palo, encontró unos lentes negros y se puso una franela roja”, dice el detenido.
“Y en eso que oigo que gritó la señora. No gritó auxilio ni nada de eso y yo oí el trancazo”.
Mario Antonio dice que en un momento Chao intentó correr y él lo tumbó al suelo. “El señor estaba boca abajo y estaba vomitando, haciendo un ruido muy fuerte, por lo que le puso un trapo en la boca para que no se escuchara”.
Con un desarmador, asegura, su cómplice lo picó hasta que Chao perdió la vida.
Solaya lo quiso amarrar, pero Juan Carlos lo paró. “Ya pa qué lo amarras, ya está muerto”, dice que le dijo.
Después buscaron las llaves de la casa para entrar a robar. Cuando las encontraron no pudieron abrir, Solaya quitó una ventana pero la alarma de la casa los sorprendió. Los tres huyeron.
Milenio
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