viernes, 31 de julio de 2015

En el debate de panistas, sólo reclamos y acusaciones de su paso por el partido

Ciudad de México.- El debate entre los dos candidatos a la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) devino en acusaciones y reclamos entre el senador Javier Corral Jurado y el diputado Ricardo Anaya Cortés sobre sus trayectorias políticas en el blanquiazul, sus distintos frentes de lucha y las relaciones con personajes de otros partidos.
El tono que imprimieron osciló entre la cercanía que Anaya endilgó a Corral con la izquierda y su "parecido con (Andrés Manuel) López Obrador", y las críticas del senador por "el vergonzoso contubernio" del diputado y su grupo con el gobierno federal. "Mientras los jóvenes reclamaban justicia por Ayotzinapa, al joven Anaya se le hinchaban las manos de aplaudir a Peña Nieto", lanzó el senador por Chihuahua.
Concluido el ejercicio panista, ambos se declararon ganadores. Anaya Cortés justificó su inusual beligerancia con el argumento de que, si no lo hacía, habría salido "empequeñecido", actitud que sorprendió al otro aspirante.
"Pero no me calenté", le dijo Corral a Fernando Canales Clariond, ex gobernador de Nuevo León. Y luego a los reporteros: “Estoy contento de ver a Ricardo en ese plan. Indica que el movimiento –la rebelión de las bases– está calando”.
Desde el principio del encuentro, que se realizó en el auditorio de la sede nacional panista y fue moderado por Adriana Pérez Cañedo, Ricardo Anaya Cortés salió a confrontar a su contendiente en el proceso interno.
Según su opinión, "la rebelión de las bases" que proclama Corral Jurado es "un proyecto violento, rebelión viene de guerra, una guerra entre nosotros mismos. Aquí hay dos proyectos, uno que quiere la guerra hacia adentro y otro que sabe que nos debemos regenerar para luchar contra el enemigo, que está afuera".
En todo momento el diputado mantuvo una sonrisa ante las cámaras y, al mismo tiempo, lanzaba puyas al otro lado del salón:
“Tu discurso es de ángeles y demonios; de los malos y los buenos. A ver, Javier, el problema es que te opones a todo. No se nos olvida la oposición a nuestro buen presidente, Felipe Calderón, al que llamaste cobarde, colérico, fracasado.
"Hablas de consorcio, como López Obrador habla de la mafia del poder. Falta que al final, cuando pierdas la elección, decidas tomar Reforma."
Frente a la andanada, Corral sostuvo que así como criticó a Vicente Fox y a Felipe Calderón, también los defendió de la oposición y consideró que la postura del diputado se debe a que "el miedo cambió de bando; ya no están seguros de ganar".
El senador afirmó que Anaya acusó violencia, pero terminó por ser "el beligerante", en una posición "distinta a la del rostro, fresco, joven, articulado que el consorcio quiso presentar, pero que se ha puesto al servicio de los peores intereses" del ala que domina al partido.
Sostuvo que Anaya utilizó 20 millones del presupuesto de la Cámara de Diputados para financiar un modelo de encuestas, a través de tabletas, detectar simpatizantes de su candidatura y, al mismo tiempo, medir preferencias de Margarita Zavala como eventual candidata presidencial en 2018.
Ese era el as que parecía tener bajo la manga. Ante la audiencia panista que seguía el debate por Internet, dijo contar con actas notariales y una de las tabletas, pero al final no las exhibió.
En sus insistentes lances, Anaya presentó fotografías de Corral junto a Cuauhtémoc Cárdenas y el ex presidente de Cuba, Fidel Castro. Le exigió aclarar por qué la admiración a "un dictador que encarcela a sus opositores" y del que fue intermediario de una reunión con Carlos Salinas, en La Habana.
Javier Corral respondió que si en su momento se entrevistó con Fidel Castro fue cuando el PAN pugnó por empezar relaciones con Cuba.
"Si lo que este joven dice es cierto, entonces Carlos Castillo también fue admirador de un dictador y Felipe Calderón, José Ángel Conchello y Gabriel Jiménez Remus", justificó.
Acotó que incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha terminado por reconocer que la relación con Cuba no podía continuar igual.
"Estás un poco más atrasado que Obama en el caso de Cuba", ironizó. Anaya habló de unidad para regenerar al partido y le tendió la mano a su adversario, mientras éste le pidió firmar una solicitud para auditar el padrón panista antes de la elección porque, acusó, ha sido manipulado. "Vamos pidiendo que se depure. Lo podemos hacer ahorita, ¿a poco no?", dijo retomando la frase que usó el diputado en el promocional oficial del partido durante la campaña pasada.
Frente el discurso de renovación del diputado panista, Corral sostuvo que en el interinato de Anaya y la dirigencia de Gustavo Madero permeó la complacencia hacia el gobierno de Enrique Peña Nieto.
“¿Qué habría pasado si al presidente Calderón le hubieran descubierto una casa blanca? Se habría incendiado el Congreso y depuesto al presidente de la República. ¿Y qué hizo el PAN? ¿Y qué hizo el joven Anaya? Se le han hinchado las manos de aplaudir a Peña flanqueándolo en actos oficiales. Ese es el valor con el que ahora se quiere enfrentar el poder”, dijo.
El legislador de Chihuahua acusó a la cúpula blanquiazul de la debacle electoral de junio, cuando el partido obtuvo la votación más baja en un cuarto de siglo. Anaya le preguntó: “¿Y dónde estabas en esos 25 años? Instalado en la cúpula, como diputado pluri y senador de minoría”.
En el cierre, y mientras los simpatizantes de cada uno los proclamaba ganadores, Corral respondió: "Habla Anaya y me recuerda al PRI. Y ahora al PVEM. No hay regeneración montada en peculado. No has terminado ningún cargo. Sólo has sido peón del consorcio".

La Jornada

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