Ciudad de México.- De cara al 78 aniversario de la expropiación petrolera, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) alertó que sacar adelante a Petróleos Mexicanos (Pemex), del desequilibrio estructural que enfrenta es un asunto de “seguridad nacional”, debido a la aportación que genera para las finanzas públicas y proveeduría de insumos básicos para la población e industria.
Ante ello, el presidente del organismo, Juan Pablo Castañón, afirmó que más allá de un recorte presupuestal de 100 mil millones de pesos para este año, la empresa del Estado requiere de un plan de fondo y largo plazo, que incluya soluciones efectivas en materia de pensiones, de productividad laboral, de incorporación de tecnología así como de ajustes administrativos para lograr una efectiva autonomía financiera y gobierno corporativo
Y lo que sucede, argumentó el empresario, es que resulta tener muy claro que el problema de supervivencia por el que atraviesa Pemex no derivó de la caída que registran los precios internacionales del petróleo, sino “de décadas y décadas” de una falta de visión, una carencia gestión, negligencia y abusos y en muchos casos, apuntó, de corrupción”.
Lo cierto es que no podemos permitirnos dejar caer a Pemex, que persista la tendencia de descomposición, sin una reacción contundente; las implicaciones de no responder adecuadamente al reto serían de amplio alcance y de graves problemas; Pemex no solo financia cerca del 30 por ciento del presupuesto público, es eje central del abasto de insumos básicos para la población y la planta productiva; hay Estados y ciudades enteras que dependen de manera irremplazable de sus operaciones; sacar adelante a Pemex es un asunto de seguridad nacional, no solo energética y fiscal, es del Estado Mexicano”, aseguró. A través de un videomensaje, el presidente del CCE afirmó que la empresa petrolera no solo tiene dificultades temporales de liquidez de corto plazo, sino un deterioro y desajustes estructurales que comprometen su viabilidad y supervivencia.
“La presión en el flujo de caja es la punta del iceberg de todos los problemas acumulados, que hay que justamente reconocer y resolver; hay que reconocer que estos problemas los tenemos y los tenemos que solucionar, recordando, que aun con los precios elevados que tuvimos por varios años, de más de 100 dólares por barril, Pemex ha tenido un balance deficitario casi año con año; acumula 11 años consecutivos de contracción en la producción”, comentó.
En ese sentido, refirió que Pemex registra un pasivo laboral que creció más de 100 por ciento en cinco años, y que aún con avances que se han logrado para reducirlo, supera los 1.2 billones de pesos, y el cual representa casi el siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), del país y el cual solo podría amortizarse, estimó el empresario, hasta dentro de 40 años.
dijo que si bien la reforma energética abrió oportunidades y caminos para transformar a Pemex, lo cierto es que la empresa petrolera no puede por sí sola resolver todos los problemas que tiene, ni suplir las decisiones estratégicas que deben tomarse, con todos los cambios que se requieren en la gestión y en la administración, para hacerla una empresa competitiva globalmente.
“Lo más importante es que el plan de rescate vaya al fondo de los problemas, estos problemas que hemos descrito, que son de generación tras generación, no solo son de la coyuntura de los años pasados”, consideró.
El Sol de México
Ante ello, el presidente del organismo, Juan Pablo Castañón, afirmó que más allá de un recorte presupuestal de 100 mil millones de pesos para este año, la empresa del Estado requiere de un plan de fondo y largo plazo, que incluya soluciones efectivas en materia de pensiones, de productividad laboral, de incorporación de tecnología así como de ajustes administrativos para lograr una efectiva autonomía financiera y gobierno corporativo
Y lo que sucede, argumentó el empresario, es que resulta tener muy claro que el problema de supervivencia por el que atraviesa Pemex no derivó de la caída que registran los precios internacionales del petróleo, sino “de décadas y décadas” de una falta de visión, una carencia gestión, negligencia y abusos y en muchos casos, apuntó, de corrupción”.
Lo cierto es que no podemos permitirnos dejar caer a Pemex, que persista la tendencia de descomposición, sin una reacción contundente; las implicaciones de no responder adecuadamente al reto serían de amplio alcance y de graves problemas; Pemex no solo financia cerca del 30 por ciento del presupuesto público, es eje central del abasto de insumos básicos para la población y la planta productiva; hay Estados y ciudades enteras que dependen de manera irremplazable de sus operaciones; sacar adelante a Pemex es un asunto de seguridad nacional, no solo energética y fiscal, es del Estado Mexicano”, aseguró. A través de un videomensaje, el presidente del CCE afirmó que la empresa petrolera no solo tiene dificultades temporales de liquidez de corto plazo, sino un deterioro y desajustes estructurales que comprometen su viabilidad y supervivencia.
“La presión en el flujo de caja es la punta del iceberg de todos los problemas acumulados, que hay que justamente reconocer y resolver; hay que reconocer que estos problemas los tenemos y los tenemos que solucionar, recordando, que aun con los precios elevados que tuvimos por varios años, de más de 100 dólares por barril, Pemex ha tenido un balance deficitario casi año con año; acumula 11 años consecutivos de contracción en la producción”, comentó.
En ese sentido, refirió que Pemex registra un pasivo laboral que creció más de 100 por ciento en cinco años, y que aún con avances que se han logrado para reducirlo, supera los 1.2 billones de pesos, y el cual representa casi el siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), del país y el cual solo podría amortizarse, estimó el empresario, hasta dentro de 40 años.
dijo que si bien la reforma energética abrió oportunidades y caminos para transformar a Pemex, lo cierto es que la empresa petrolera no puede por sí sola resolver todos los problemas que tiene, ni suplir las decisiones estratégicas que deben tomarse, con todos los cambios que se requieren en la gestión y en la administración, para hacerla una empresa competitiva globalmente.
“Lo más importante es que el plan de rescate vaya al fondo de los problemas, estos problemas que hemos descrito, que son de generación tras generación, no solo son de la coyuntura de los años pasados”, consideró.
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