Ciudad de México.- El presidente de Grupo MVS, Joaquín Vargas, respondió a las declaraciones y al artículo de Carmen Aristegui titulado “La Casa Blanca”, al insistir que la relación entre la empresa y la periodista “no acabó por intrigas ni ‘maquinaciones’”, sino porque “abusó de la confianza depositada en ella”.
En carta de réplica publicada este lunes 25 en el periódico Reforma, Vargas afirma que el abuso de confianza se generó porque comprometió a MVS “en alianzas con terceros, sin siquiera consultarlo con la administración de la empresa”.
“Este es el motivo del rompimiento, no el contenido de sus investigaciones”, sentenció el concesionario.
Según Vargas, la demanda mercantil contra Aristegui, interpuesta en abril de 2015, “se refiere a ese abuso de confianza”.
El presidente de MVS admitió que interpuso las demandas por daño moral, pero precisó que respecto de la Editorial Grijalbo, perteneciente al grupo Penguin Random House, “simplemente solicité al Poder Judicial que, en caso de que la sentencia me sea favorable, las próximas ediciones del libro se publiquen sin el prólogo injurioso a mi persona”.
“El resto del contenido del libro no es motivo de mi demanda, sino producto de una extraordinaria investigación periodística”, afirmó Vargas.
Según el presidente de MVS, Aristegui “ha llegado al extremo de alimentar con mentiras sus fantasiosas tesis sobre las razones que motivaron su salida, es por esas mentiras que procedí hace dos meses a presentar la demanda por daño moral, de la que hoy se duele”.
“Sé que tengo la verdad, por ello promoví la demanda que en su parte esencial invita a la conductora a probar sus afirmaciones o a que se retracte públicamente. Si a ella lo que le preocupa es el dinero, a mí lo que me preocupa es el prestigio. Estoy consciente de que la buena fama es uno de los pocos bienes que puedo llevarme a la tumba”, remató Vargas.
La respuesta del presidente de Grupo MVS abunda sobre la respuesta que dio el vicepresidente de Relaciones Institucionales, Felipe Chao, a la conferencia de prensa que llevó a cabo Carmen Aristegui, junto con los directivos de Penguin Random House y los autores del libro La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, cuyo prólogo de 43 páginas es motivo de la demanda por daño moral.
En la misma rueda de prensa Aristegui consideró que su salida de MVS fue el resultado de que “construyeron artificialmente una crisis con Mexicoleaks”, en referencia al argumento inicial que dio la empresa para despedir a dos de los trabajadores del equipo de Aristegui.
Posteriormente, MVS dio a conocer unos “lineamientos editoriales” que contravinieron el contrato firmado entre la empresa y la conductora. El relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, una vez que conoció el contenido de esos lineamientos declaró a Proceso que “esto huele a censura”.
En carta de réplica publicada este lunes 25 en el periódico Reforma, Vargas afirma que el abuso de confianza se generó porque comprometió a MVS “en alianzas con terceros, sin siquiera consultarlo con la administración de la empresa”.
“Este es el motivo del rompimiento, no el contenido de sus investigaciones”, sentenció el concesionario.
Según Vargas, la demanda mercantil contra Aristegui, interpuesta en abril de 2015, “se refiere a ese abuso de confianza”.
El presidente de MVS admitió que interpuso las demandas por daño moral, pero precisó que respecto de la Editorial Grijalbo, perteneciente al grupo Penguin Random House, “simplemente solicité al Poder Judicial que, en caso de que la sentencia me sea favorable, las próximas ediciones del libro se publiquen sin el prólogo injurioso a mi persona”.
“El resto del contenido del libro no es motivo de mi demanda, sino producto de una extraordinaria investigación periodística”, afirmó Vargas.
Según el presidente de MVS, Aristegui “ha llegado al extremo de alimentar con mentiras sus fantasiosas tesis sobre las razones que motivaron su salida, es por esas mentiras que procedí hace dos meses a presentar la demanda por daño moral, de la que hoy se duele”.
“Sé que tengo la verdad, por ello promoví la demanda que en su parte esencial invita a la conductora a probar sus afirmaciones o a que se retracte públicamente. Si a ella lo que le preocupa es el dinero, a mí lo que me preocupa es el prestigio. Estoy consciente de que la buena fama es uno de los pocos bienes que puedo llevarme a la tumba”, remató Vargas.
La respuesta del presidente de Grupo MVS abunda sobre la respuesta que dio el vicepresidente de Relaciones Institucionales, Felipe Chao, a la conferencia de prensa que llevó a cabo Carmen Aristegui, junto con los directivos de Penguin Random House y los autores del libro La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, cuyo prólogo de 43 páginas es motivo de la demanda por daño moral.
En la misma rueda de prensa Aristegui consideró que su salida de MVS fue el resultado de que “construyeron artificialmente una crisis con Mexicoleaks”, en referencia al argumento inicial que dio la empresa para despedir a dos de los trabajadores del equipo de Aristegui.
Posteriormente, MVS dio a conocer unos “lineamientos editoriales” que contravinieron el contrato firmado entre la empresa y la conductora. El relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, una vez que conoció el contenido de esos lineamientos declaró a Proceso que “esto huele a censura”.
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