Estado de México.- De acuerdo con investigadores y académicos de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), México no requiere incrementar su dependencia tecnológica con semilla transgénica de los corporativos internacionales Monsanto y/o Bayer.
Asimismo dieron a conocer que existe material genético disponible, un total de 68 razas originarias de maíz para el cultivo, de tal manera que la nueva semilla que pretenden introducir por dicha trasnacional a Sinaloa, es innecesaria.
Ante esta situación, la Universidad Autónoma de Chapingo puso en marcha soluciones y técnicas, que aportarán resultados importantes para la producción de cultivos, en particular para el grano de maíz.
“En nuestro país con el material genético disponible, no son necesarios materiales transgénicos para alcanzar el alto rendimiento, el asunto es reconocer que hoy se manifiesta en la agricultura un escenario de suelos degradados con baja productividad”, precisaron.
Ante ello, son impulsadas acciones para alcanzar la ecointensificación agrícola, es decir, el rescate del conocimiento campesino combinado con las aportaciones de la sociedad del conocimiento; diagnóstico de la fertilidad del suelo y aprovechamiento intensivo del potencial genético del maíz. Además de que también se garantizada la remineralización del suelo; restauración de la materia orgánica, entre otros.
Ciertamente en México existen 139 millones 997 mil 632 hectáreas, equivalentes al 70% de las tierras mexicanas que poseen niveles de muy bajos a medios de materia orgánica; 62 millones 150 mil 189 hectáreas, 31% del territorio mexicano, son suelos degradados por la acidificación, lo que significa que 146 millones 798 mil 064 hectáreas, que se asocian al 73% de los suelos nacionales no poseen capacidad de intercambio catiónico suficiente, lo que explica la poca eficiencia de la absorción de los fertilizantes de síntesis química.
Ante esta situación, los investigadores sugieren que la reducción de la fertilidad obliga a la búsqueda de alternativas para restaurar y mantener la productividad, por lo que prácticas sustentables que comprenden la propuesta tecnológica que ha sido desarrollada, pueden atender la nutrición de los cultivos, restaurar los ciclos biogeoquímicos y mantener la productividad.
Explicaron que la propuesta es una contribución a la solución de la problemática y de las repercusiones de la sustentabilidad ambiental y productiva, donde el planteamiento universitario se orienta a elevar los rendimientos y disminuir costos de producción, partiendo de un aprovechamiento sustentable de los recursos naturales de cada predio.
Cabe destacar, de acuerdo con los investigadores, que el maíz que lanza Monsanto y/o Bayer, no es el remedio tecnológico ya que es una semilla de baja altura, de 1.5 metros, que produce plantas de tallo corto y hojas erectas, su mazorca es de baja altura resistente al acame y a otras enfermedades, pero no es la solución para la problemática en la producción de este alimento, señalaron.
Asimismo dieron a conocer que existe material genético disponible, un total de 68 razas originarias de maíz para el cultivo, de tal manera que la nueva semilla que pretenden introducir por dicha trasnacional a Sinaloa, es innecesaria.
Ante esta situación, la Universidad Autónoma de Chapingo puso en marcha soluciones y técnicas, que aportarán resultados importantes para la producción de cultivos, en particular para el grano de maíz.
“En nuestro país con el material genético disponible, no son necesarios materiales transgénicos para alcanzar el alto rendimiento, el asunto es reconocer que hoy se manifiesta en la agricultura un escenario de suelos degradados con baja productividad”, precisaron.
Ante ello, son impulsadas acciones para alcanzar la ecointensificación agrícola, es decir, el rescate del conocimiento campesino combinado con las aportaciones de la sociedad del conocimiento; diagnóstico de la fertilidad del suelo y aprovechamiento intensivo del potencial genético del maíz. Además de que también se garantizada la remineralización del suelo; restauración de la materia orgánica, entre otros.
Ciertamente en México existen 139 millones 997 mil 632 hectáreas, equivalentes al 70% de las tierras mexicanas que poseen niveles de muy bajos a medios de materia orgánica; 62 millones 150 mil 189 hectáreas, 31% del territorio mexicano, son suelos degradados por la acidificación, lo que significa que 146 millones 798 mil 064 hectáreas, que se asocian al 73% de los suelos nacionales no poseen capacidad de intercambio catiónico suficiente, lo que explica la poca eficiencia de la absorción de los fertilizantes de síntesis química.
Ante esta situación, los investigadores sugieren que la reducción de la fertilidad obliga a la búsqueda de alternativas para restaurar y mantener la productividad, por lo que prácticas sustentables que comprenden la propuesta tecnológica que ha sido desarrollada, pueden atender la nutrición de los cultivos, restaurar los ciclos biogeoquímicos y mantener la productividad.
Explicaron que la propuesta es una contribución a la solución de la problemática y de las repercusiones de la sustentabilidad ambiental y productiva, donde el planteamiento universitario se orienta a elevar los rendimientos y disminuir costos de producción, partiendo de un aprovechamiento sustentable de los recursos naturales de cada predio.
Cabe destacar, de acuerdo con los investigadores, que el maíz que lanza Monsanto y/o Bayer, no es el remedio tecnológico ya que es una semilla de baja altura, de 1.5 metros, que produce plantas de tallo corto y hojas erectas, su mazorca es de baja altura resistente al acame y a otras enfermedades, pero no es la solución para la problemática en la producción de este alimento, señalaron.
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