Por Manuel CARVALLO
Fuertes y hasta ofensivas fueron las críticas del padre Alejandro Solalinde Guerra, director del albergue “Hermanos en el Camino”, al asegurar que el Gobierno de México, vende en partes a los migrantes, “vivos o muertos”…Sin embargo aunque nos pese esa es una de las tantas realidades de nuestro México.
No tiene ni una semana que este representante de la iglesia católica, acusó: “Nos hemos deshumanizado. México es un país servil hacia el norte, de ahí no lo mueve nadie, además malentendido y servil porque Estados Unidos no nos pide que atropellemos derechos humanos. Pero en cambio hacia abajo ‘somos ojetes’, es un Estado ojete con sus hermanos de Centroamérica”.
Estas declaraciones no sólo ofendieron a muchos políticos, sino que les movió el tapete al evidenciarlos ante el mundo, por practicar políticas de racismo, inhumanas y hasta retrogradas…Lo cierto es que tiene mucha razón en sus declaraciones, tanta que hasta ahora, a una semana de la entrevista radiofónica en “El Mañanero”, nadie absolutamente nadie le ha desmentido, respondido o contradicho, ni siquiera Gobernación a través del INM. Los gobiernos federal, estatales e incluso de la Ciudad de México no pueden permanecer sordos.
El sacerdote católico, texcocano, distinguido con el premio “Juan de Palafox y Mendoza”, otorgado por el estado de Puebla, ha dado muestra una y cientos de veces de su entrega absoluta hacia los migrantes, que no necesariamente son centro o sudamericanos, sino connacionales, de ahí que nadie tenga los argumentos necesarios y suficientes para desmentirlo públicamente. Sin embargo ello le ha valido ser blanco de amenazas, pero de nada han servido, porque su defensa y ayuda a los indocumentados se manifiesta día a día, sin medida.
Solalinde Guerra, considerado uno de los más grandes defensores de los derechos humanos, ha declarado en infinidad de ocasiones que los muros y la política persecutoria de México hacia los migrantes no es la solución, a tal grado que lo ha conminado a no fastidiar a sus hermanos y olvidarse de ellos, sobre todo que tiene que darse cuenta que si sus hermanos están bien en su país no se van a ir.
Además se atrevió a acusar que a los gobiernos de origen no les importa nada, “porque están contentos con las remesas, no les importa lo que sufran sus ciudadanos y lo peor es que ahora México los vende en partes, vivos o muertos”…Denunció que el 8 de noviembre fue encontrada una cantidad “escandalosa” de cuerpos sin órganos, aparentemente de migrantes, en fosas clandestinas. Ese hallazgo podría corroborar que existen organizaciones que utilizan ilegales para el tráfico de órganos lo que demuestra que existe el tráfico de órganos existe”.
Remarcó su preocupación porque sí hay tráfico de niños, hay tráfico de órganos. Y sí lo hay, reafirmó, pero advirtió que por ahora no puede revelar el sitio exacto donde se localizó la sepultura clandestina, pero habló incluso de yacimientos de cuerpos sin órganos. Ante tales señalamientos los gobernantes están obligados a responder, a dar una explicación. ¿O esperarán a que el escándalo sea imparable cuando el Padre Solalinde acuda a los tribunales internacionales, como lo ha manifestado?
Lo más irónico es que México, mejor dicho sus gobernantes, se escandalizan del trato que reciben los “braceros” mexicanos en los Estados Unidos y finge demencia en cuanto a los abusos, crímenes, desapariciones, secuestros y un sinfín de atropellos de que son víctimas, a manos no sólo del crimen organizado (zetas, templarios, etc.), sino de “servidores públicos” mexicanos –una ojeadita al Instituto Nacional de Migración--, que aprovechan su cargo para enriquecerse e incluso satisfacer sus instintos…Y es que el INM es CANDIL DE LA CALLE Y OBSCURIDAD DE SU CASA.
Fuertes y hasta ofensivas fueron las críticas del padre Alejandro Solalinde Guerra, director del albergue “Hermanos en el Camino”, al asegurar que el Gobierno de México, vende en partes a los migrantes, “vivos o muertos”…Sin embargo aunque nos pese esa es una de las tantas realidades de nuestro México.
No tiene ni una semana que este representante de la iglesia católica, acusó: “Nos hemos deshumanizado. México es un país servil hacia el norte, de ahí no lo mueve nadie, además malentendido y servil porque Estados Unidos no nos pide que atropellemos derechos humanos. Pero en cambio hacia abajo ‘somos ojetes’, es un Estado ojete con sus hermanos de Centroamérica”.
Estas declaraciones no sólo ofendieron a muchos políticos, sino que les movió el tapete al evidenciarlos ante el mundo, por practicar políticas de racismo, inhumanas y hasta retrogradas…Lo cierto es que tiene mucha razón en sus declaraciones, tanta que hasta ahora, a una semana de la entrevista radiofónica en “El Mañanero”, nadie absolutamente nadie le ha desmentido, respondido o contradicho, ni siquiera Gobernación a través del INM. Los gobiernos federal, estatales e incluso de la Ciudad de México no pueden permanecer sordos.
El sacerdote católico, texcocano, distinguido con el premio “Juan de Palafox y Mendoza”, otorgado por el estado de Puebla, ha dado muestra una y cientos de veces de su entrega absoluta hacia los migrantes, que no necesariamente son centro o sudamericanos, sino connacionales, de ahí que nadie tenga los argumentos necesarios y suficientes para desmentirlo públicamente. Sin embargo ello le ha valido ser blanco de amenazas, pero de nada han servido, porque su defensa y ayuda a los indocumentados se manifiesta día a día, sin medida.
Solalinde Guerra, considerado uno de los más grandes defensores de los derechos humanos, ha declarado en infinidad de ocasiones que los muros y la política persecutoria de México hacia los migrantes no es la solución, a tal grado que lo ha conminado a no fastidiar a sus hermanos y olvidarse de ellos, sobre todo que tiene que darse cuenta que si sus hermanos están bien en su país no se van a ir.
Además se atrevió a acusar que a los gobiernos de origen no les importa nada, “porque están contentos con las remesas, no les importa lo que sufran sus ciudadanos y lo peor es que ahora México los vende en partes, vivos o muertos”…Denunció que el 8 de noviembre fue encontrada una cantidad “escandalosa” de cuerpos sin órganos, aparentemente de migrantes, en fosas clandestinas. Ese hallazgo podría corroborar que existen organizaciones que utilizan ilegales para el tráfico de órganos lo que demuestra que existe el tráfico de órganos existe”.
Remarcó su preocupación porque sí hay tráfico de niños, hay tráfico de órganos. Y sí lo hay, reafirmó, pero advirtió que por ahora no puede revelar el sitio exacto donde se localizó la sepultura clandestina, pero habló incluso de yacimientos de cuerpos sin órganos. Ante tales señalamientos los gobernantes están obligados a responder, a dar una explicación. ¿O esperarán a que el escándalo sea imparable cuando el Padre Solalinde acuda a los tribunales internacionales, como lo ha manifestado?
Lo más irónico es que México, mejor dicho sus gobernantes, se escandalizan del trato que reciben los “braceros” mexicanos en los Estados Unidos y finge demencia en cuanto a los abusos, crímenes, desapariciones, secuestros y un sinfín de atropellos de que son víctimas, a manos no sólo del crimen organizado (zetas, templarios, etc.), sino de “servidores públicos” mexicanos –una ojeadita al Instituto Nacional de Migración--, que aprovechan su cargo para enriquecerse e incluso satisfacer sus instintos…Y es que el INM es CANDIL DE LA CALLE Y OBSCURIDAD DE SU CASA.
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