Pablo Jair Ortega
PARANOIAS FÍLMICAS
En la película “Goodfellas” (traducida como “Buenos Muchachos” en Latinoamérica) hay una escena donde el jefe mafioso Jimmy Conway toma café con su protegido Henry Hill hasta las primeras horas de la mañana. Posteriormente se despiden y Conway se acerca a un auto donde duermen dos agentes federales. A manera de chacota, les toca la ventana y les dice que es hora de irse, en clara referencia a que lo sigan porque si no perderían su trabajo de vigilancia.
La película --inspirada en eventos reales-- habla también que dentro de las organizaciones delictivas existen los famosos “wise guys” o “tipos listos”… “Muy vivos”, diríamos en Veracruz, con cualidades muy sencillas que también aplican al periodismo: discreción y bajo perfil.
En la vieja escuela del periodismo, por ejemplo, enseñaban que el reportero no debía ser la noticia. El protagonismo no tenía cabida. Eso ha cambiado en los tiempos modernos y todos queremos nuestros 15 minutos de fama, como decía el artesano del pop, Andy Warhol.
Antes también era común ver “orejas” como una parte muy rudimentaria del sistema de inteligencia de cualquier gobierno; muchos periodistas convivían con ellos y hasta compartían datos.
Hace poco, parte de la “nueva” generación de comunicadores descubrió el hilo negro: ¡HAY ESPÍAS EN VERACRUZ!
A ver si con las cámaras que acaba de anunciar Bermúdez en cascos y patrullas de policías, no se desata (¿más?) la paranoia. Ojalá que no… Bueno, nomás tantito… Para deleite de algunos cinéfilos.
En la película “Goodfellas” (traducida como “Buenos Muchachos” en Latinoamérica) hay una escena donde el jefe mafioso Jimmy Conway toma café con su protegido Henry Hill hasta las primeras horas de la mañana. Posteriormente se despiden y Conway se acerca a un auto donde duermen dos agentes federales. A manera de chacota, les toca la ventana y les dice que es hora de irse, en clara referencia a que lo sigan porque si no perderían su trabajo de vigilancia.
La película --inspirada en eventos reales-- habla también que dentro de las organizaciones delictivas existen los famosos “wise guys” o “tipos listos”… “Muy vivos”, diríamos en Veracruz, con cualidades muy sencillas que también aplican al periodismo: discreción y bajo perfil.
En la vieja escuela del periodismo, por ejemplo, enseñaban que el reportero no debía ser la noticia. El protagonismo no tenía cabida. Eso ha cambiado en los tiempos modernos y todos queremos nuestros 15 minutos de fama, como decía el artesano del pop, Andy Warhol.
Antes también era común ver “orejas” como una parte muy rudimentaria del sistema de inteligencia de cualquier gobierno; muchos periodistas convivían con ellos y hasta compartían datos.
Hace poco, parte de la “nueva” generación de comunicadores descubrió el hilo negro: ¡HAY ESPÍAS EN VERACRUZ!
A ver si con las cámaras que acaba de anunciar Bermúdez en cascos y patrullas de policías, no se desata (¿más?) la paranoia. Ojalá que no… Bueno, nomás tantito… Para deleite de algunos cinéfilos.
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