Ciudad de México.- Hoy la industria automotriz en México rueda por caminos empedrados y de terracería; a falta de un escenario claro y transparente, existe incertidumbre de los rumbos por los que irá el sector.
El Presidente Electo de EEUU ha manifestado vía Twitter que va a imponer un 35% de aranceles a los vehículos y autopartes fabricados en México y comercializados. Aunque de esos mensajes escritos en la red social a lo que es una decisión de gobierno puede haber distancia, no se tiene precisión acerca de las políticas y acciones que va a poner en operación.
"Es muy claro que la dinámica es compleja. El diseño y funcionamiento de enormes clústeres que abarcan los dos países ha requerido años de intenso trabajo para construirlos y hacerlos competitivos. Autos y partes requieren un tiempo razonable de planeación para diseñarlos y manufacturarlos, entre cuatro y siete años; fabricar un auto o una refacción requiere a veces hasta nueve viajes de ida y vuelta entre los dos países para quedar como producto totalmente manufacturado", consideró el Presidente de la Comisión Especial de la Industria Automotriz, Ricardo Sheffield.
La falta de certidumbre sobre lo que va a ocurrir genera tensión, pero: “Elevar el arancel como lo plantea en twitter el Presidente Electo de EEUU no es viable para nadie. Aumenta el precio de los vehículos, disminuyen las ventas, baja la producción y como consecuencia, mucha gente se va al desempleo. Situación que nadie desea”, estableció el legislador.
En el contexto que se dan los acontecimientos, alienta saber que Mary Barra, CEO y directora general de General Motors, y miembro de un grupo de empresarios que asesora al próximo presidente de EEUU, Donald Trump en materia económica, haya manifestado que: “No tiene planes para cambiar la producción como respuesta a Trump.” Ella espera ser parte de la solución que permita a EEUU fortalecerse junto con su capacidad de manufactura.
Existen elementos concretos que seguramente se van a imponer: fabricar un automóvil en México es 20% más barato que en Estados Unidos; aquí hay mano de obra altamente calificada; existen preferencias arancelarias que contribuyen de manera positiva; y hay un marco legal que permite mucha movilidad comercial.
Existe también un mercado interno robusto, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles (AMDA), en 2016 se comercializaron en el mercado interno mexicano, 1, 603, 672 vehículos ligeros. Cifra, por demás significativa que refleja el potencial, capacidad y solidez del mercado doméstico.
La red de Tratados de Libre Comercio con más de 40 países, y las inversiones de BMW, Mercedes Benz, Toyota, Audi y Volkswagen, y también de la extensa red de fabricación de autopartes, seguro van a hacer que el sector automotriz alcance con éxito sus metas de producción y exportación programadas.
“Es importante no perder de vista que la participación del poder legislativo en EEUU es crucial. El Congreso norteamericano seguro que va a orientar a Donald Trump correctamente, para que las decisiones de su gobierno sean sensatas y de beneficio para su país; de ser así, con eso contribuye a que lo sea para toda la región", concluyó Ricardo Sheffield.
El Presidente Electo de EEUU ha manifestado vía Twitter que va a imponer un 35% de aranceles a los vehículos y autopartes fabricados en México y comercializados. Aunque de esos mensajes escritos en la red social a lo que es una decisión de gobierno puede haber distancia, no se tiene precisión acerca de las políticas y acciones que va a poner en operación.
"Es muy claro que la dinámica es compleja. El diseño y funcionamiento de enormes clústeres que abarcan los dos países ha requerido años de intenso trabajo para construirlos y hacerlos competitivos. Autos y partes requieren un tiempo razonable de planeación para diseñarlos y manufacturarlos, entre cuatro y siete años; fabricar un auto o una refacción requiere a veces hasta nueve viajes de ida y vuelta entre los dos países para quedar como producto totalmente manufacturado", consideró el Presidente de la Comisión Especial de la Industria Automotriz, Ricardo Sheffield.
La falta de certidumbre sobre lo que va a ocurrir genera tensión, pero: “Elevar el arancel como lo plantea en twitter el Presidente Electo de EEUU no es viable para nadie. Aumenta el precio de los vehículos, disminuyen las ventas, baja la producción y como consecuencia, mucha gente se va al desempleo. Situación que nadie desea”, estableció el legislador.
En el contexto que se dan los acontecimientos, alienta saber que Mary Barra, CEO y directora general de General Motors, y miembro de un grupo de empresarios que asesora al próximo presidente de EEUU, Donald Trump en materia económica, haya manifestado que: “No tiene planes para cambiar la producción como respuesta a Trump.” Ella espera ser parte de la solución que permita a EEUU fortalecerse junto con su capacidad de manufactura.
Existen elementos concretos que seguramente se van a imponer: fabricar un automóvil en México es 20% más barato que en Estados Unidos; aquí hay mano de obra altamente calificada; existen preferencias arancelarias que contribuyen de manera positiva; y hay un marco legal que permite mucha movilidad comercial.
Existe también un mercado interno robusto, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles (AMDA), en 2016 se comercializaron en el mercado interno mexicano, 1, 603, 672 vehículos ligeros. Cifra, por demás significativa que refleja el potencial, capacidad y solidez del mercado doméstico.
La red de Tratados de Libre Comercio con más de 40 países, y las inversiones de BMW, Mercedes Benz, Toyota, Audi y Volkswagen, y también de la extensa red de fabricación de autopartes, seguro van a hacer que el sector automotriz alcance con éxito sus metas de producción y exportación programadas.
“Es importante no perder de vista que la participación del poder legislativo en EEUU es crucial. El Congreso norteamericano seguro que va a orientar a Donald Trump correctamente, para que las decisiones de su gobierno sean sensatas y de beneficio para su país; de ser así, con eso contribuye a que lo sea para toda la región", concluyó Ricardo Sheffield.
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