Ciudad de México.- La Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) lanzó ayer la campaña “Una Navidad sin diabetes”, donde solicitó a la población evitar el consumo de bebidas azucaradas, además de exigir un etiquetado que advierta sobre los riesgos de su ingesta, así como regular la publicidad de estos productos e impedir mensajes dirigidos a niños.
Tras recordar que en México se estima la muerte de 24 mil personas al año debido a enfermedades asociadas a estas bebidas –de acuerdo con el estudio “Carga global de enfermedades”, realizado en EU—, en un acto público en la plancha del Zócalo, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, organización miembro de ASA, enfatizó que estas bebidas deben de contener un etiquetado que informe a la población sobre los riesgos que representa su consumo y la alta probabilidad de contraer diabetes. “También se debe prohibir la publicidad de estos productos para niños y familias: tenemos una campaña de Coca-Cola que ha invadido a todo el país”.
En el acto, donde se instaló una lata inflable de refresco de cinco metros de altura y con la leyenda “diabetes”, también se presentó un Santa Claus “diabético”, que denunció haber sido convertido por la refresquera en un personaje gordo, vistiendo el color de sus productos, que ahora ha contraído la enfermedad crónica.
“Yo no era así, no tenía obesidad y era conocido como Papá Noel, cuando aún vestía de color verde. Pero todo cambió, cuando en 1931 Coca-Cola me secuestró, me volvió obeso y de color rojo, y comenzó a utilizar mi imagen alrededor de todo el mundo para vender sus productos”, refirió Santa Claus, quien caminaba dificultosamente en andadera debido a los estragos de su “pie diabético”.
“México es el mayor consumidor de refrescos en el mundo y la publicidad que he hecho para Coca-Cola ha causado estragos”, refirió el intérprete. Por lo tanto, pidió disculpas, principalmente a los niños por promover estas bebidas y formar parte de campañas engañosas y manipuladoras de la refresquera. Momentos antes de iniciar la acción pública, uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal trataron de impedir la instalación de la lata inflable y de la manifestación, a lo cual Alejandro Calvillo sentenció:
“Quieren evitar una manifestación pacífica dirigida a proteger la salud de la población mexicana, afectada por el consumo de bebidas azucaradas; pero en este mismo lugar sí se permite instalar un árbol de Navidad de Coca-Cola. Después de todo, México es un país cocacolonizado —como dijo Olivier de Schutter, relator de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, en su visita a México—, algo que han permitido las autoridades”.
Tras recordar que en México se estima la muerte de 24 mil personas al año debido a enfermedades asociadas a estas bebidas –de acuerdo con el estudio “Carga global de enfermedades”, realizado en EU—, en un acto público en la plancha del Zócalo, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, organización miembro de ASA, enfatizó que estas bebidas deben de contener un etiquetado que informe a la población sobre los riesgos que representa su consumo y la alta probabilidad de contraer diabetes. “También se debe prohibir la publicidad de estos productos para niños y familias: tenemos una campaña de Coca-Cola que ha invadido a todo el país”.
En el acto, donde se instaló una lata inflable de refresco de cinco metros de altura y con la leyenda “diabetes”, también se presentó un Santa Claus “diabético”, que denunció haber sido convertido por la refresquera en un personaje gordo, vistiendo el color de sus productos, que ahora ha contraído la enfermedad crónica.
“Yo no era así, no tenía obesidad y era conocido como Papá Noel, cuando aún vestía de color verde. Pero todo cambió, cuando en 1931 Coca-Cola me secuestró, me volvió obeso y de color rojo, y comenzó a utilizar mi imagen alrededor de todo el mundo para vender sus productos”, refirió Santa Claus, quien caminaba dificultosamente en andadera debido a los estragos de su “pie diabético”.
“México es el mayor consumidor de refrescos en el mundo y la publicidad que he hecho para Coca-Cola ha causado estragos”, refirió el intérprete. Por lo tanto, pidió disculpas, principalmente a los niños por promover estas bebidas y formar parte de campañas engañosas y manipuladoras de la refresquera. Momentos antes de iniciar la acción pública, uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal trataron de impedir la instalación de la lata inflable y de la manifestación, a lo cual Alejandro Calvillo sentenció:
“Quieren evitar una manifestación pacífica dirigida a proteger la salud de la población mexicana, afectada por el consumo de bebidas azucaradas; pero en este mismo lugar sí se permite instalar un árbol de Navidad de Coca-Cola. Después de todo, México es un país cocacolonizado —como dijo Olivier de Schutter, relator de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, en su visita a México—, algo que han permitido las autoridades”.
La Crónica
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