Ciudad de México.- No todos los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa desaparecidos habrían sido secuestrados, asesinados e incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero.
Un sicario del cártel Guerreros Unidos reveló que 17 normalistas fueron llevados a un rancho ubicado en Loma del Coyote, municipio de Iguala, donde los ejecutaron e inhumaron, algunos “enteritos”.
La declaración de este sicario, a quien la PGR identificó como Martín Alejandro Macedo Barrera, está inscrita en la página 822, tomo 81, del expediente del caso Iguala que la PGR hizo público hace unos días.
Según Macedo Barrera, la noche del 26 de septiembre de 2014 los normalistas llegaron al centro de Iguala, justo cuando había una verbena tras el informe que como presidenta del DIF dio María de los Ángeles Pineda, esposa de Abarca.
Cuando los autobuses de los normalistas arribaron fueron recibidos a tiros. En la plaza se hizo el caos. Los estudiantes bajaron de los camiones y comenzaron a correr.
“Logramos agarrar a 17 ayotzinapos a los cuales subimos a las camionetas y los llevamos a la casa de seguridad de Loma del Coyote, donde los matamos inmediatamente. Como no se querían someter y eran más que nosotros, Choky dio la orden de que les diéramos piso.
“A unos los mataron con tiro de gracia en la cabeza y a otros a golpes, ya que se pusieron muy violentos cuando estaban secuestrados y para que no estuvieran chingando se decidió matarlos; creo que utilizaron la excavadora para enterrarlos en el mismo rancho que tenemos, a siete de éstos los quemamos por instrucciones de Choky.
“Yo participe matando a dos de los ayotzinapos, dándoles un tiro en la cabeza y no son de los que quemamos, están enteritos; la forma de matarlos fue hincados y les disparamos por un lado de la cabeza”, narró Macedo Barrera.
Las declaraciones de otros detenidos son contradictorias e inconsistentes en cuanto al número de personas que fueron “levantadas”, cuántas de ellas fueron llevadas al basurero y cuántas a otros sitios.
Patricio Torres Landa, El Pato, uno de los que dijo haber participado en la incineración de los estudiantes en el basurero de Cocula, aseguró que a ese lugar llevaron a más 40 personas, apiladas en una camioneta, una sobre otra.
Marco Antonio Ríos Beber, otro sicario de Guerreros Unidos, dijo que él vio que los policías se llevaron a unos 20 normalistas a la comandancia. Explicó que El Choky (líder de Guerreros Unidos aún prófugo) le dijo que habían levantado a tres ayotzinapos:
“Eran como las 12 de la noche, El Choky me dijo que se iba a jalar para el cerro, arriba de la colonia Pueblo Viejo, a donde luego llegó una camioneta Tacoma con 10 personas más, de las cuales seis fueron asesinadas, las cuatro restantes fueron torturadas”.
Felipe Rodríguez Salgado, El Terco o El Cepillo, quien coordinó la incineración de los cuerpos en el basurero de Cocula, aseguró que él pudo “apreciar entre 38 y 41 detenidos, sin saber cuántos eran, ya que no los conté”.
Del resto de los normalistas desaparecidos no se tiene ninguna evidencia, testimonial o pericial sobre su presencia en el basurero de Cocula. Las autoridades de la PGR han sido cuidadosas de no mencionar nunca el número exacto.
Un sicario del cártel Guerreros Unidos reveló que 17 normalistas fueron llevados a un rancho ubicado en Loma del Coyote, municipio de Iguala, donde los ejecutaron e inhumaron, algunos “enteritos”.
La declaración de este sicario, a quien la PGR identificó como Martín Alejandro Macedo Barrera, está inscrita en la página 822, tomo 81, del expediente del caso Iguala que la PGR hizo público hace unos días.
Según Macedo Barrera, la noche del 26 de septiembre de 2014 los normalistas llegaron al centro de Iguala, justo cuando había una verbena tras el informe que como presidenta del DIF dio María de los Ángeles Pineda, esposa de Abarca.
Cuando los autobuses de los normalistas arribaron fueron recibidos a tiros. En la plaza se hizo el caos. Los estudiantes bajaron de los camiones y comenzaron a correr.
“Logramos agarrar a 17 ayotzinapos a los cuales subimos a las camionetas y los llevamos a la casa de seguridad de Loma del Coyote, donde los matamos inmediatamente. Como no se querían someter y eran más que nosotros, Choky dio la orden de que les diéramos piso.
“A unos los mataron con tiro de gracia en la cabeza y a otros a golpes, ya que se pusieron muy violentos cuando estaban secuestrados y para que no estuvieran chingando se decidió matarlos; creo que utilizaron la excavadora para enterrarlos en el mismo rancho que tenemos, a siete de éstos los quemamos por instrucciones de Choky.
“Yo participe matando a dos de los ayotzinapos, dándoles un tiro en la cabeza y no son de los que quemamos, están enteritos; la forma de matarlos fue hincados y les disparamos por un lado de la cabeza”, narró Macedo Barrera.
Las declaraciones de otros detenidos son contradictorias e inconsistentes en cuanto al número de personas que fueron “levantadas”, cuántas de ellas fueron llevadas al basurero y cuántas a otros sitios.
Patricio Torres Landa, El Pato, uno de los que dijo haber participado en la incineración de los estudiantes en el basurero de Cocula, aseguró que a ese lugar llevaron a más 40 personas, apiladas en una camioneta, una sobre otra.
Marco Antonio Ríos Beber, otro sicario de Guerreros Unidos, dijo que él vio que los policías se llevaron a unos 20 normalistas a la comandancia. Explicó que El Choky (líder de Guerreros Unidos aún prófugo) le dijo que habían levantado a tres ayotzinapos:
“Eran como las 12 de la noche, El Choky me dijo que se iba a jalar para el cerro, arriba de la colonia Pueblo Viejo, a donde luego llegó una camioneta Tacoma con 10 personas más, de las cuales seis fueron asesinadas, las cuatro restantes fueron torturadas”.
Felipe Rodríguez Salgado, El Terco o El Cepillo, quien coordinó la incineración de los cuerpos en el basurero de Cocula, aseguró que él pudo “apreciar entre 38 y 41 detenidos, sin saber cuántos eran, ya que no los conté”.
Del resto de los normalistas desaparecidos no se tiene ninguna evidencia, testimonial o pericial sobre su presencia en el basurero de Cocula. Las autoridades de la PGR han sido cuidadosas de no mencionar nunca el número exacto.
El Fianciero
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