-Secretario General de la ONU visita Nagasaki a 73 años del bombardeo
-Desarme para salvar a la humanidad
"Little Boy" (niño pequeño), el nombre asignado a la bomba atómica lanzada en Hiroshima el seis de agosto de 1945, fue construida con uranio y detonó con una potencia de aproximadamente 15 kilotones de TNT.
Pero tres días después el 9 de agosto de ese año la bomba que cayó sobre Nagasaki era más potente.
La bomba con clave "Fat Man" (hombre gordo) que lanzada sobre Nagasaki hizo explosión con una energía de aproximadamente 20 kilotones de TNT.
Esta arma de destrucción masiva es capaz de arrebatar miles o millones de vidas en cuestión de segundos, y dejar inhabitada y desolada una ciudad entera, tal y como ocurrió con las bombas atómicas lanzadas el 6 y el 9 de agosto de 1945, la primera en Hiroshima, matando alrededor de 166.000 personas y la segunda en Nagasaki, matando a más de 80.000.
La explosión fue el equivalente a 13 Kilotones de TNT y se estima que la temperatura se elevó a más de 1.000.000°C, más caliente que la superficie del sol, lo que incendió el aire de repente una luz intensa que iluminó en el cielo, un destello tan intenso que todo el sitio quedo en blanco por el fuego de la explosión nuclear.
Arrasó la ciudad en segundos, y dejó convertida en una inmensa llanura, debido a tal acto, más de 100.000 personas mueren al momento y 70.000 son heridas, se trata de la mayor cifra de muertes jamás causada por una sola arma, después de la devastadora bomba. Horas después solo se podían ver personas carbonizadas, otras arrastrándose en el piso totalmente negras y quemadas, en el rio había miles de cadáveres y montículos de personas sin aliento. Quienes caminaban en medio de ese horror tenían un aspecto fantasmagórico, ya que no podían ver absolutamente nada, otras quedaron ciegas, prácticamente eran personas muertas caminando, las bombas fueron tan destructivas que muchos murieron después por los efectos de la radiación.
La cifra se eleva hasta 650 mil víctimas por los efectos de la explosión y la radiación.
Antonio Guterres Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas ONU visita este jueves la ciudad japonesa de Nagasaki, lo cual resulta importante ya que es la primera vez en la historia que el principal representante de la ONU asiste a la ceremonia que conmemora cada año el bombardeo atómico de la ciudad japonesa el 9 de agosto de 1945.
Nagasaki es hasta la fecha la última ciudad del mundo en haber experimentado un ataque nuclear: ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial y fue liderado por las fuerzas estadounidenses.
Con frecuencia Nagasaki es etiquetada como "la gran olvidada" ya que la colocan en segundo plano, eclipsada por el bombardeo lanzado sobre Hiroshima solo tres días antes.
El 14 de agosto de 1945, Japón aceptó los términos del Acta de Rendición. Los documentos se firmaron el 2 de septiembre y marcaron oficialmente el final de la guerra.
Sin embargo, frente al bombardeo de Hiroshima que la mayoría de gente recuerda (visible desde las visitas de los mandatarios hasta la cobertura de los medios de comunicación), Nagasaki ocupa un lugar de segundo nivel en la memoria colectiva de la guerra.
Como señala el autor estadounidense Greg Mitchell, nadie ha escrito un best-seller llamado "Nagasaki" ni ha hecho una película titulada Nagasaki, Mon Amour. El bombardeo de Hiroshima está más arraigado en la memoria colectiva.
Así ocurrió en la visita histórica de Barack Obama a Japón en 2016, cuando se convirtió en el primer presidente estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial en visitar Hiroshima, no incluyó a Nagasaki en el itinerario. Eso decepcionó a los sobrevivientes y familiares de las 50.000 personas víctimas del ataque atómico de Nagasaki hace 73 años.
Generación "Hibakusha"
"Hibakusha" es la palabra japonesa con la que se reconoce a las víctimas sobrevivientes de los bombardeos de 1945 en ambas ciudades.
Literalmente, significa "personas afectadas por explosiones" y se refiere a las personas que fueron expuestas a la radiación.
Para quienes lograron vivir respectivamente luego de cada ataque, uno pensaría lo afortunados que pueden ser, pero muchas de estas personas conocidas como los hibakusha (los bombardeados) se verían afectados con enfermedades y mutaciones genéticas relacionadas con la radiación, incluso mucho tiempo después.
Las consecuencias ambientales también se hicieron notar, el aire y el agua quedaron afectados (medio por el cual se presume aumento la presencia del cáncer en los hibakusha), al igual que la tierra, pues hubo pérdidas de cultivos.
Alrededor de 650.000 personas han sido reconocidas oficialmente como "hibakushas". Según las últimas estimaciones de marzo de 2018, 154.859 continúan con vida.
Visita Histórica de ONU en Nagasaki a 73 de memorial
El Secretario General de la ONU se encuentra en Japón para hacer parte de actos de conmemoración en el marco del aniversario de los ataques a Hiroshima y Nagasaki. Antonio Guterres en Tokio expresó estar totalmente comprometido con la aplicación de todas las resoluciones del Consejo de Seguridad pertinentes hacía la desnuclearización total.
"Estoy aquí para expresar mi profunda solidaridad con los japoneses que fueron víctimas de las dos únicas bombas atómicas que hasta ahora han explotado, para rendir homenaje a la capacidad de recuperación del pueblo japonés y especialmente de las víctimas, y para decir que la voz de los hibakusha es un mensaje fundamental para la paz”, dijo:
“Desarme para salvar a la humanidad, en el que, por supuesto, el objetivo central es tener un mundo totalmente libre de armas nucleares. Estamos completamente comprometidos a asegurarnos de que no se ponga en tela de juicio la no proliferación.
Agregó que para garantizar la no proliferación se necesita de medidas progresivas de desarme en la dimensión nuclear, así como de armas químicas y biológicas.
El titular de la ONU expresó además su profunda gratitud por el liderazgo nacional en estas cuestiones, pero también en relación en cambio climático, en la promoción de los derechos humanos y en todos los aspectos de las actividades de Naciones Unidas señaló.
Hiroshima y Nagasaki se convirtieron en una ciudades involucradas en los esfuerzos de paz. Por lo tanto, al igual que otras experiencias negativas en la historia de la humanidad, debemos aprender para no repetir la barbarie.
Es responsabilidad de los contemporáneos mantener vivo el recuerdo del bombardeo a Hiroshima y Nagasaki, hacer conciencia en nosotros y conducir a las generaciones futuras hacía un mundo de respeto a la vida.
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