No se equivoca el semanario católico Desde la Fe cuando califica a México como “El país de las matanzas”, y advierte que Guerrero es otro foco encendido que las autoridades de la Federación no quisieron ver. Y es que la historia registra infinidad de acontecimientos que corrobora lo dicho por el editorial de la Arquidiócesis Primada de México, y bastaría recordar acontecimientos como la Masacre de San Miguel Canoa ocurrida la noche del 14 de septiembre de 1968, en el pueblo de San Miguel Canoa, junta auxiliar del municipio de Puebla de Zaragoza ubicado en las faldas del volcán de la Malinche en donde fueron linchados cinco trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que iban de excursión, y al ser sorprendidos por la noche y la lluvia tuvieron que quedarse a dormir en la casa de un habitante del pueblo que tenía problemas con sus vecinos y con el sacerdote del lugar. De acuerdo a versiones, los habitantes del pueblo instigados por el sacerdote acusaron a los jóvenes de comunistas y de intentar instalar una bandera rojinegra en la iglesia del lugar en el contexto del Movimiento estudiantil de 1968, dos semanas antes de que ocurriera la matanza de Tlatelolco. Los habitantes del pueblo fueron despertados y armados con machetes, palos y antorchas se dirigieron a la casa en donde estaban hospedados los jóvenes y asesinaron a tres de los cinco empleados así como al dueño de la casa. No hubo detenciones masivas ni se detuvo a los principales instigadores del linchamiento, los pocos que fueron encontrados culpables, salieron de la cárcel al no poder demostrarse su participación en los hechos. Este suceso fue contado en la película “Canoa” de Felipe Cazals en 1975. Tampoco se puede olvidar el movimiento estudiantil de 1968 en el que además de estudiantes de la UNAM, IPN, y diversas universidades, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México que fueron reprimidos el 2 de octubre de 1968 en lo que se conoce como la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco y finalmente disuelto en diciembre de ese año. El hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia, la DFS y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. De acuerdo con lo dicho por sí mismo en 1969 y por Luis Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz. Posteriormente fueron acusados Echeverría, Díaz Ordaz y otros altos funcionarios de haber trabajado para la CIA sin que se les procesara. Otro acontecimiento lamentable fue la Masacre del Jueves de Corpus, mejor conocida como El Halconazo por la participación de un grupo paramilitar identificado con el hombre "Halcones" -es como se le conoce a los hechos ocurridos en la Ciudad de México, el 10 de junio de 1971 (día de la festividad de Corpus Christi, de donde tiene origen el nombre coloquial de la matanza)-, cuando una manifestación estudiantil en apoyo a los estudiantes de Monterrey, fue violentamente reprimida por un grupo paramilitar al servicio del estado llamado "Los Halcones". El presidente, Luis Echeverría Álvarez, se desligó de los hechos; pero nunca aclaró la situación que fue siempre negada oficialmente. De los hechos sangrientos nadie se responsabilizó y mucho menos fue llevado ante la justicia. Un hecho reciente que aun bulle en la mente de los mexicanos es la segunda masacre de San Fernando, Tamaulipas, ya que fue un asesinato masivo de al menos 193 personas encontradas en fosas clandestinas, desde el 6 de abril del 2011. Cabe mencionar que la activista Isabel Miranda de Wallace afirma que la cifra de muertos rebasa los 500, pero que el gobierno del estado de Tamaulipas supuestamente ha impedido que esa información se difunda. Esta masacre representa el segundo asesinato en masa de este tipo en la entidad Tamaulipeca, habiéndose realizado anteriormente la primera masacre de San Fernando entre en 22 y 23 de agosto del 2010, en la que fueron asesinados 72 inmigrantes ilegales, imputados también a la delincuencia. A esas masacres no han escapado los periodistas, y aunque los ataques contra estos existían antes del inicio de la guerra del narcotráfico en México en el año 2006, han aumentado considerablemente desde entonces. Los cárteles de la droga en México han atacado con frecuencia a periódicos impresos tradicionales, lanzando granadas contra sus instalaciones o matando, amenazando, o secuestrando a sus periodistas, de tal suerte que algunos han dejado de cubrir la guerra contra las drogas, por completo, después de que sus compañeros han sido amenazados, secuestrados o asesinados, y Veracruz es campeón en esos crímenes. Por ello el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, advierte que en la actualidad “el país vive momentos difíciles”, estado que es reflejo del peligro latente de vivir en un país como México, con graves problemas internos de ingobernabilidad, inseguridad, corrupción y miedo en distintas regiones, donde nadie puede decir que está a salvo, ni siquiera los hombres promotores de la paz y justicia. Las matanzas en México son incontables, pero sólo se citan algunas como la ocurrida en Veracruz cuando 35 cadáveres fueron arrojados frente a Plaza Américas, a pocos metros de donde se reunirían procuradores de todo el País y ahora los alumnos de Ayotzinapa en Guerrero. Vaya que tiene razón el arzobispado... No se equivoca el semanario católico Desde la Fe cuando califica a México como “El país de las matanzas”, y advierte que Guerrero es otro foco encendido que las autoridades de la Federación no quisieron ver. Y es que la historia registra infinidad de acontecimientos que corrobora lo dicho por el editorial de la Arquidiócesis Primada de México, y bastaría recordar acontecimientos como la Masacre de San Miguel Canoa ocurrida la noche del 14 de septiembre de 1968, en el pueblo de San Miguel Canoa, junta auxiliar del municipio de Puebla de Zaragoza ubicado en las faldas del volcán de la Malinche en donde fueron linchados cinco trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que iban de excursión, y al ser sorprendidos por la noche y la lluvia tuvieron que quedarse a dormir en la casa de un habitante del pueblo que tenía problemas con sus vecinos y con el sacerdote del lugar. De acuerdo a versiones, los habitantes del pueblo instigados por el sacerdote acusaron a los jóvenes de comunistas y de intentar instalar una bandera rojinegra en la iglesia del lugar en el contexto del Movimiento estudiantil de 1968, dos semanas antes de que ocurriera la matanza de Tlatelolco. Los habitantes del pueblo fueron despertados y armados con machetes, palos y antorchas se dirigieron a la casa en donde estaban hospedados los jóvenes y asesinaron a tres de los cinco empleados así como al dueño de la casa. No hubo detenciones masivas ni se detuvo a los principales instigadores del linchamiento, los pocos que fueron encontrados culpables, salieron de la cárcel al no poder demostrarse su participación en los hechos. Este suceso fue contado en la película “Canoa” de Felipe Cazals en 1975. Tampoco se puede olvidar el movimiento estudiantil de 1968 en el que además de estudiantes de la UNAM, IPN, y diversas universidades, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México que fueron reprimidos el 2 de octubre de 1968 en lo que se conoce como la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco y finalmente disuelto en diciembre de ese año. El hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia, la DFS y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. De acuerdo con lo dicho por sí mismo en 1969 y por Luis Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz. Posteriormente fueron acusados Echeverría, Díaz Ordaz y otros altos funcionarios de haber trabajado para la CIA sin que se les procesara. Otro acontecimiento lamentable fue la Masacre del Jueves de Corpus, mejor conocida como El Halconazo por la participación de un grupo paramilitar identificado con el hombre "Halcones" -es como se le conoce a los hechos ocurridos en la Ciudad de México, el 10 de junio de 1971 (día de la festividad de Corpus Christi, de donde tiene origen el nombre coloquial de la matanza)-, cuando una manifestación estudiantil en apoyo a los estudiantes de Monterrey, fue violentamente reprimida por un grupo paramilitar al servicio del estado llamado "Los Halcones". El presidente, Luis Echeverría Álvarez, se desligó de los hechos; pero nunca aclaró la situación que fue siempre negada oficialmente. De los hechos sangrientos nadie se responsabilizó y mucho menos fue llevado ante la justicia. Un hecho reciente que aun bulle en la mente de los mexicanos es la segunda masacre de San Fernando, Tamaulipas, ya que fue un asesinato masivo de al menos 193 personas encontradas en fosas clandestinas, desde el 6 de abril del 2011. Cabe mencionar que la activista Isabel Miranda de Wallace afirma que la cifra de muertos rebasa los 500, pero que el gobierno del estado de Tamaulipas supuestamente ha impedido que esa información se difunda. Esta masacre representa el segundo asesinato en masa de este tipo en la entidad Tamaulipeca, habiéndose realizado anteriormente la primera masacre de San Fernando entre en 22 y 23 de agosto del 2010, en la que fueron asesinados 72 inmigrantes ilegales, imputados también a la delincuencia. A esas masacres no han escapado los periodistas, y aunque los ataques contra estos existían antes del inicio de la guerra del narcotráfico en México en el año 2006, han aumentado considerablemente desde entonces. Los cárteles de la droga en México han atacado con frecuencia a periódicos impresos tradicionales, lanzando granadas contra sus instalaciones o matando, amenazando, o secuestrando a sus periodistas, de tal suerte que algunos han dejado de cubrir la guerra contra las drogas, por completo, después de que sus compañeros han sido amenazados, secuestrados o asesinados, y Veracruz es campeón en esos crímenes. Por ello el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, advierte que en la actualidad “el país vive momentos difíciles”, estado que es reflejo del peligro latente de vivir en un país como México, con graves problemas internos de ingobernabilidad, inseguridad, corrupción y miedo en distintas regiones, donde nadie puede decir que está a salvo, ni siquiera los hombres promotores de la paz y justicia. Las matanzas en México son incontables, pero sólo se citan algunas como la ocurrida en Veracruz cuando 35 cadáveres fueron arrojados frente a Plaza Américas, a pocos metros de donde se reunirían procuradores de todo el País y ahora los alumnos de Ayotzinapa en Guerrero. Vaya que tiene razón el arzobispado...
martes, 14 de octubre de 2014
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Entrada destacada
Xóchitl Gálvez se dice dispuesta a cooperar con EE.UU. en temas de seguridad
Xóchitl Gálvez dijo en el estado de Jalisco que la cooperación con Estados Unidos formaría parte de su estrategia de seguridad La candida...
-
Por Jorge Santiago Xalapa, Veracruz.- Seguramente porque las encuestas no favorecen a Nelson Cano Ramos, ex dirigente cañero de Tres vall...
-
México, D.F.- Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) protestan frente a las instalaciones de la P...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario