México, DF.- El hasta ex presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, reiteró ante la justicia que no participó en la red de defraudación aduanera conocida como “La Línea”, y en su defensa argumentó que en 1993 rechazó una suma “diez o quince veces más de lo que ahorita me están señalando a mí” por facilitar la liberación del capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Lo hubiera podido hacer, y no lo hice porque no va con mis principios”, justificó Pérez Molina, acusado por el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), dependiente de la ONU, de haber recibido 800 mil dólares de los más de 3.7 millones de dólares que hubiera exprimido “La Línea” en sobornos a empresarios.
Luego de una noche en la cárcel, el defenestrado político, quien tuvo que presentar su renuncia a la Presidencia a raíz del movimiento de repudio ciudadano que sacudió al país centroamericano entre abril y agosto pasados y del abandono de los legisladores, se negó a responder a las preguntas que le hizo la fiscalía “Por recomendación de mi abogado”.
En cambio, Pérez Molina recordó su pasado como general del Ejército –firmante de los acuerdos de paz de 1996–, y puso por delante su papel en la detención de “El Chapo” hace 22 años en Guatemala, de acuerdo con medios locales.
Durante una primera sesión que se llevó a cabo, la fiscalía reprodujo los audios de intercepciones telefónicas en los que se hacen referencia a “El Uno” –Pérez Molina— y “La Dos” –su ex vicepresidenta Roxana Baldetti–, y presentó evidencias documentales que determinan que ambos ex funcionarios se repartían la mitad de los sobornos.
Pérez Molina afirmó que se hubiera podido escapar del país o hubiera podido no renovar el mandato de la CICIG hasta el 2017, pero no lo hizo.
Su abogado añadió que todas las evidencias señalan a Juan Carlos Monzón –ex secretario privado de Baldetti y ahora desaparecido– como cabeza de “La Línea”, y no a Pérez Molina.
Gobernantes
“Lo hubiera podido hacer, y no lo hice porque no va con mis principios”, justificó Pérez Molina, acusado por el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), dependiente de la ONU, de haber recibido 800 mil dólares de los más de 3.7 millones de dólares que hubiera exprimido “La Línea” en sobornos a empresarios.
Luego de una noche en la cárcel, el defenestrado político, quien tuvo que presentar su renuncia a la Presidencia a raíz del movimiento de repudio ciudadano que sacudió al país centroamericano entre abril y agosto pasados y del abandono de los legisladores, se negó a responder a las preguntas que le hizo la fiscalía “Por recomendación de mi abogado”.
En cambio, Pérez Molina recordó su pasado como general del Ejército –firmante de los acuerdos de paz de 1996–, y puso por delante su papel en la detención de “El Chapo” hace 22 años en Guatemala, de acuerdo con medios locales.
Durante una primera sesión que se llevó a cabo, la fiscalía reprodujo los audios de intercepciones telefónicas en los que se hacen referencia a “El Uno” –Pérez Molina— y “La Dos” –su ex vicepresidenta Roxana Baldetti–, y presentó evidencias documentales que determinan que ambos ex funcionarios se repartían la mitad de los sobornos.
Pérez Molina afirmó que se hubiera podido escapar del país o hubiera podido no renovar el mandato de la CICIG hasta el 2017, pero no lo hizo.
Su abogado añadió que todas las evidencias señalan a Juan Carlos Monzón –ex secretario privado de Baldetti y ahora desaparecido– como cabeza de “La Línea”, y no a Pérez Molina.
Gobernantes
No hay comentarios.:
Publicar un comentario