México, D.F.- Las bancadas de PRI, PRD, PT y PVEM en el Senado presentaron como suya la iniciativa de reformas a la ley de víctimas propuesta por Javier Sicilia, y a la que de última hora se sumaron Alejandro Martí y María Elena Morera, al destacar los activistas que el proyecto satisface los reclamos de modificaciones hechas a su contenido y que le darán viabilidad.
Mientras el poeta Javier Sicilia demandó dejar a un lado sospechosismos de que es la ley de Calderón o la ley de Peña o “de la chingada”, Alejandro Martí y Morera rechazaron los titularismos y protagonismos, al subrayar que el proyecto presentado no tiene ni patronos ni creadores, porque todos están colaborando por un México mejor.
Mientras estaba la conferencia de prensa con los activistas y los coordinadores Emilio Gamboa, del PRI; Miguel Barbosa, del PRD; Manuel Bartlett, del PT, y en representación del PVEM, Pablo Escudero, la Mesa Directiva del Senado informó al pleno que se daba curso a las comisiones de esta iniciativa que contiene 144 modificaciones a la ley de víctimas aprobada el año pasado.
Aunque estaba previsto que solo el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad suscribiera esta reforma, Alejandro Martí y Morera se apersonaron temprano y se sumaron al proyecto, tras impugnar la ley recién promulgada por el presidente Enrique Peña.
Martí dijo que la iniciativa es resultado del consenso entre una gran variedad de organizaciones y contempla los puntos que más preocupaban a las víctimas, que hoy están más unidas que nunca, nutriéndose de sus diferencias.
“Esta ley no tiene patronos, titulares, creadores. Es una ley de todas las víctimas en este país. La unión de ciudadanos y activistas y rechazamos completamente el titularismos y los protagonismos”.
El presidente de la organización México SOS dijo que la señora Isabel Miranda de Wallace, quien no ha estado de acuerdo con el proyecto de Sicilia, no estuvo presente por motivos de salud, pero “esta ley es precisamente para las víctimas, que también es el anhelo de Isabel”.
En su turno, Morera enumeró los cambios que se proponen, como la redefinición de víctimas de violaciones de sus derechos humanos para poder resarcirles el daño, al indicar que lo importante de ello es que el Estado colabore a cerrar el círculo del dolor y que puedan rehacer su vida.
Antes de hacer uso de la palabra, el poeta Sicilia se quitó el sombrero, inclinó la cabeza y pidió un minuto de silencio por los ausentes, “porque este es el día de ellos”.
Después repasó el proceso de negociaciones que ha implicado esta reforma, desde los Diálogos de Chapultepec, hasta que el ex presidente Felipe Calderón la vetó. Sostuvo que las reformas se hubiesen presentado antes, si el panista la hubiera promulgado.
Dijo que contra el sospechosísimo, la mala fe y el desprecio por el dolor que muestran quienes insinúan que son las reformas de Peña Nieto, del PRI, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, de Sicilia, de Calderón o del Senado, no son más que la ley de las víctimas.
“No. No son tampoco las reformas, perdónenme la expresión, ¡de una chingada! Son la ley y las reformas de las víctimas de una nación desgarrada, de la dignidad frente al agravio y profunda tragedia humanitaria que vive la nación, la ley y las reformas de la responsabilidad de un Estado que no ha sabido cumplir con su vocación fundamental, la de salvaguardar y garantizar la justicia, son la ley y las reformas de un Estado que a través de ellas se compromete a repararlas”.
Milenio
Mientras el poeta Javier Sicilia demandó dejar a un lado sospechosismos de que es la ley de Calderón o la ley de Peña o “de la chingada”, Alejandro Martí y Morera rechazaron los titularismos y protagonismos, al subrayar que el proyecto presentado no tiene ni patronos ni creadores, porque todos están colaborando por un México mejor.
Mientras estaba la conferencia de prensa con los activistas y los coordinadores Emilio Gamboa, del PRI; Miguel Barbosa, del PRD; Manuel Bartlett, del PT, y en representación del PVEM, Pablo Escudero, la Mesa Directiva del Senado informó al pleno que se daba curso a las comisiones de esta iniciativa que contiene 144 modificaciones a la ley de víctimas aprobada el año pasado.
Aunque estaba previsto que solo el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad suscribiera esta reforma, Alejandro Martí y Morera se apersonaron temprano y se sumaron al proyecto, tras impugnar la ley recién promulgada por el presidente Enrique Peña.
Martí dijo que la iniciativa es resultado del consenso entre una gran variedad de organizaciones y contempla los puntos que más preocupaban a las víctimas, que hoy están más unidas que nunca, nutriéndose de sus diferencias.
“Esta ley no tiene patronos, titulares, creadores. Es una ley de todas las víctimas en este país. La unión de ciudadanos y activistas y rechazamos completamente el titularismos y los protagonismos”.
El presidente de la organización México SOS dijo que la señora Isabel Miranda de Wallace, quien no ha estado de acuerdo con el proyecto de Sicilia, no estuvo presente por motivos de salud, pero “esta ley es precisamente para las víctimas, que también es el anhelo de Isabel”.
En su turno, Morera enumeró los cambios que se proponen, como la redefinición de víctimas de violaciones de sus derechos humanos para poder resarcirles el daño, al indicar que lo importante de ello es que el Estado colabore a cerrar el círculo del dolor y que puedan rehacer su vida.
Antes de hacer uso de la palabra, el poeta Sicilia se quitó el sombrero, inclinó la cabeza y pidió un minuto de silencio por los ausentes, “porque este es el día de ellos”.
Después repasó el proceso de negociaciones que ha implicado esta reforma, desde los Diálogos de Chapultepec, hasta que el ex presidente Felipe Calderón la vetó. Sostuvo que las reformas se hubiesen presentado antes, si el panista la hubiera promulgado.
Dijo que contra el sospechosísimo, la mala fe y el desprecio por el dolor que muestran quienes insinúan que son las reformas de Peña Nieto, del PRI, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, de Sicilia, de Calderón o del Senado, no son más que la ley de las víctimas.
“No. No son tampoco las reformas, perdónenme la expresión, ¡de una chingada! Son la ley y las reformas de las víctimas de una nación desgarrada, de la dignidad frente al agravio y profunda tragedia humanitaria que vive la nación, la ley y las reformas de la responsabilidad de un Estado que no ha sabido cumplir con su vocación fundamental, la de salvaguardar y garantizar la justicia, son la ley y las reformas de un Estado que a través de ellas se compromete a repararlas”.
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