lunes, 19 de junio de 2017

Tras balacera echan a Hipólito Rojas y seguidores del edificio de la CTM

Por: Hiram Moreno

Salina Cruz, Oaxaca.- La tarde de ayer Hipólito Rojas y seguidores entre ellos, Rodolfo Ortega y Jesús Avendaño, más conocido como la Chafaldrana, fueron echados del edificio de la CTM del puerto de Salina Cruz, tras una balacera y quema parcial del edificio de la organización obrera.
Hipólito Rojas, salió escoltado por elementos de la policía del estado y municipal tras insistir que lo hiciera y cubierto con un chaleco antibalas, junto con once personas más, fue subido a una patrulla de la policía municipal y a alta velocidad se alejaron del lugar en medio de una lluvia de piedras.
Por varios años, el depuesto dirigente cetemista, utilizó a obreros para agredir a sus mismos compañeros, solo por estar o pertenecer a otro sindicato de la misma CTM, quienes no estaban afiliados a la CTM que él representa, si buscaban trabajo en otra organización obrera, eran agredidos con piedras, con palos y con armas de fuego.
Pasada la contingencia de las lluvias ocasionadas por la tormenta tropical Calvin, petróleos mexicanos (PEMEX), contratará personal para realizar la limpieza de arroyos, ríos y playas, pero la tarde y noche del sábado 17 de junio, un grupo de trabajadores que pertenecen a otro sindicato fueron agredidos por la gente de Hipólito Rojas, que utiliza para agredir a la ciudadanía también a los mototortilleros.
La mañana de este domingo, la agresión a trabajadores que no pertenecen al sindicato que representa Hipólito Rojas, fueron agredidos nuevamente en la portada principal de la refinería “ingeniero Antonio Dovali Jaime”.
Esto último hizo que se organizaran representantes de diversos sindicatos de la CTM como los taxistas registro 208 que representa Javier Córdova Quevedo, el grupo de Gloria Newman con su nuevo sindicato, los materialistas, camiones de volteos y juntos llegaron a buscar a Hipólito a conocido restaurante del centro de la ciudad.
Al enterarse que un grupo de más de cien personas lo buscaban, Hipólito Rojas se refugió en el edificio de la CTM con un grupo de seguidores hasta donde llegaron a buscarlos desatándose una balacera en las calles cercanas al edificio sindical que ocasiono temor entre los habitantes del puerto que estaban cerca del lugar.
Piedras y palos fueron utilizados por ambos bandos y disparaba con armas largas desde adentro del edificio e igualmente les respondían desde la calle.
Uno de los que estaban en la parte alta del edificio  enseñó un arma larga y retó a que le entraran y después siguió la balacera por ambos bandos que hacían disparos en pleno centro de la ciudad y a plena luz del día sin que arribara la policía municipal.
La balacera se prolongó por más de media hora y al final, elementos de la secretaria de marina, policía del estado y municipales arribaron al lugar.
Los balazos cesaron desde adentro y afuera, después solo piedras se aventaban ambos bandos y el edificio empezó a arder en una de sus oficinas y en la escalera donde habían colocado sillas y tablas como barricadas. Alguien de adentro grito pidiendo auxilio y por respuesta le dijeron que así gritaba la gente que ellos golpeaban para impedirles trabajar en cualquier compañía que no se arregle con Hipólito Rojas y su gente, que así gritó la gente que han agredido los motortortilleros.
Marinos y policías estatales y municipales miraban de lejos y después de más de una hora de iniciado el enfrentamiento donde de ambos bandos utilizaron armas de fuego, los policías del estado se acercaron al edificio y pedían calma a los trabajadores que afuera seguían aventando piedras al edificio de la CTM y pedían la salida de Hipólito Rojas.
Los trabajadores celebraron con gritos y porras el arribo del líder de los taxistas de la CTM, Javier Córdova Quevedo, quien dialogo con los uniformados y les ofreció replegarse con su gente, pero que solo le darían diez minutos a Hipólito Rojas y su gente para salir del edificio sindical.
El constructor Ruben Rosete Garibay se acercó al edificio de la CTM y tras ser identificado como uno de los aliados de Hipolito Rojas, fue agredido por la turba con palos y golpes en distintas partes del cuerpo.
Hipólito y su gente estaban encerrados en las oficinas de la CTM, atrincherados se negaban a salir por temor a ser agredidos, hasta que le dijeron del ultimátum y accedió a salir con un chaleco antibalas y rodeado de policías del estado.
 La salida fue por las escaleras del edificio de la CTM, desechando el plan B que habían pensado colocando una escalera que daba al patio de la oficialía del registro civil en el palacio federal.
El rostro desencajado, el miedo en sus ojos igual que en los de Rodolfo Ortega, director de atención a la zona económica especial del ayuntamiento de Salina Cruz y asesor y operador principal de Hipólito Rojas que salió casi corriendo para subirse en la cabina de la patrulla de la policía que los sacó del lugar.
Jesús Avendaño, la chafaldrana, quien también es recordado por salir en imágenes de diversos medios con garrote en mano tras agredir a obreros y ciudadanos, salió casi al último y al no haber espacio ya en la cabina de la patrulla, se recostó en la batea de la camioneta oficial y encima de él, un joven que lo cubrió con su cuerpo y así abandonaron el lugar, en medio de gritos y burla de los obreros que tomaron inmediatamente el edificio sindical.
De las armas utilizadas por quienes disparaban desde adentro y afuera delante de la vista de policías y marinos, nada se sabe, lo cual es otra situación grave más que ojala las autoridades responsables puedan responder.

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