México.- Si se hiciera un concurso para saber qué candidatos a diputados federales han hecho la propaganda más deleznable, seguramente que gente como Tarek Abdalá Saad, que aspira a ser diputado federal en Cosamaloapan, se llevaría un buen premio. Y es que utilizar la canción "Happy" del compositor norteamericano Pharrell Williams, ganador de un Grammy por la misma, es una muestra de su falta de seriedad para ofrecer algo más tangible que una simple canción.
Pero Tarek no es el único con mal gusto y nada de propuestas, también hay otros que en aras de atraer el voto, rayan en lo ridículo en la actual campaña electoral, dice el politólogo Ricardo Espinoza Toledo, que agrega que "han transformado el proceso de las elecciones del 7 de junio en un reality show", y asegura que "para llamar la atención de los electores, las fuerzas políticas, además de postular a figuras del espectáculo –como Carmen Salinas, famosa por su papel de una alcohólica alburera y procaz: "La corcholata"–, privilegian la descalificación del adversario y, como ha sucedido en años recientes, algunos de esos candidatos recurren a modificar la letra de canciones populares, adaptados para sus eslogans de campaña".
Los hay que recurren a la llamada "música grupera" e implícitamente promueven a estos grupos que, por lo general, son identificados con grupos fuera de la ley, los hay que recurren a la "salsa", la "chunchaca", y además, como hace Alberto Silva Ramos, buscan promover el desprestigio de sus adversarios -"El Cisne" dice que se va a comer al pan" mientras muerde una "bomba" o "concha"- con retruécanos y expresiones de mal gusto.
Y ningún candidato, sea del partido que sea, se salva de la chabacanería. Un candidato a alcalde por Querétaro, utiliza la canción “We will rock you”, emblemática del grupo Queen, para promoverse, y el candidato a diputado por el Estado de México, Raúl Domínguez Rex, prefiere usar a Marc Anthony.
Pero aguas "genios", un candidato en una entidad norteña ya fue advertido por The Walt Disney Company que retire de sus promocionales a La Rana René (Kermit the frog, en inglés) personaje de Los Muppets, o se enfrentará a una demanda millonaria.
Imagínese a Tarek siendo demandado por Pharell Williams por destrozar su canción. No le alcanzaría todo el recurso que ha "movido misteriosamente" en Sefiplan ni siquiera para pagar la portada de los discos que anda regalando con la canción para que le "conozcan".
Pero Tarek no es el único con mal gusto y nada de propuestas, también hay otros que en aras de atraer el voto, rayan en lo ridículo en la actual campaña electoral, dice el politólogo Ricardo Espinoza Toledo, que agrega que "han transformado el proceso de las elecciones del 7 de junio en un reality show", y asegura que "para llamar la atención de los electores, las fuerzas políticas, además de postular a figuras del espectáculo –como Carmen Salinas, famosa por su papel de una alcohólica alburera y procaz: "La corcholata"–, privilegian la descalificación del adversario y, como ha sucedido en años recientes, algunos de esos candidatos recurren a modificar la letra de canciones populares, adaptados para sus eslogans de campaña".
Los hay que recurren a la llamada "música grupera" e implícitamente promueven a estos grupos que, por lo general, son identificados con grupos fuera de la ley, los hay que recurren a la "salsa", la "chunchaca", y además, como hace Alberto Silva Ramos, buscan promover el desprestigio de sus adversarios -"El Cisne" dice que se va a comer al pan" mientras muerde una "bomba" o "concha"- con retruécanos y expresiones de mal gusto.
Y ningún candidato, sea del partido que sea, se salva de la chabacanería. Un candidato a alcalde por Querétaro, utiliza la canción “We will rock you”, emblemática del grupo Queen, para promoverse, y el candidato a diputado por el Estado de México, Raúl Domínguez Rex, prefiere usar a Marc Anthony.
Pero aguas "genios", un candidato en una entidad norteña ya fue advertido por The Walt Disney Company que retire de sus promocionales a La Rana René (Kermit the frog, en inglés) personaje de Los Muppets, o se enfrentará a una demanda millonaria.
Imagínese a Tarek siendo demandado por Pharell Williams por destrozar su canción. No le alcanzaría todo el recurso que ha "movido misteriosamente" en Sefiplan ni siquiera para pagar la portada de los discos que anda regalando con la canción para que le "conozcan".
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