Ciudad de México.- Según el más reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre la incidencia del suicidio en México, tan solo en 2011 ocurrieron 5 mil 718 eventos mortales por esa causa, sin embargo, las cifras negras indican que ese número puede ser muy superior.
En ese sentido, la diputada Federal, Rocío Villa Oñate, integrante de la Comisión de Derechos de la Niñez de la Cámara Baja, demanda a la Secretaría de Salud que instrumente acciones de prevención y atención al suicidio, ya que, esa tendencia, dice, es el resultado de las transiciones demográficas, sociales y económicas de las últimas décadas, que han provocado en México un incremento en el número de jóvenes fallecidos por esa causa.
Y es que el suicidio de mujeres y hombres de 15 a 24 años ocupa el segundo lugar de causa de muerte en ese grupo de edad, por lo que urge poner en práctica estrategias para reducir el número de casos que año con año aumentan, sostiene la mencionada Comisión.
En el País los principales motivos para cometer actos suicidas son el disgusto familiar, las decepciones amorosas y en tercer lugar la detección de una enfermedad grave o incurable. No obstante, no es posible conocer la razón de seis de cada 10 casos consumados.
Y es que el comportamiento suicida se presenta en todos los grupos sociales, independientemente de niveles económicos, educativos y de creencias filosóficas, por lo que la representante panista consideró que las cifras sobre el suicidio pueden ser frías, poco precisas y hasta lejanas de la realidad, pero constituyen la base para hacer conciencia, de la que surgirán propuestas que guíen el trabajo legislativo.
Denuncia que a la fecha no hay campañas de prevención ni programas a escala nacional o estatal que atiendan el fenómeno, ya que ni los maestros y profesionales de la salud están preparados para evitar las conductas suicidas.
La Organización Mundial de la Salud ha emitido guías para los gobiernos, en las que propone tratar clínicamente a quienes padezcan trastornos mentales, en particular depresión, alcoholismo o esquizofrenia, y capacitar a los médicos sobre esa conducta, no obstante, la realidad marca que por cada muerte atribuible a una decisión de suicidio se producen entre 10 y 20 intentos fallidos.
En ese sentido, la diputada Federal, Rocío Villa Oñate, integrante de la Comisión de Derechos de la Niñez de la Cámara Baja, demanda a la Secretaría de Salud que instrumente acciones de prevención y atención al suicidio, ya que, esa tendencia, dice, es el resultado de las transiciones demográficas, sociales y económicas de las últimas décadas, que han provocado en México un incremento en el número de jóvenes fallecidos por esa causa.
Y es que el suicidio de mujeres y hombres de 15 a 24 años ocupa el segundo lugar de causa de muerte en ese grupo de edad, por lo que urge poner en práctica estrategias para reducir el número de casos que año con año aumentan, sostiene la mencionada Comisión.
En el País los principales motivos para cometer actos suicidas son el disgusto familiar, las decepciones amorosas y en tercer lugar la detección de una enfermedad grave o incurable. No obstante, no es posible conocer la razón de seis de cada 10 casos consumados.
Y es que el comportamiento suicida se presenta en todos los grupos sociales, independientemente de niveles económicos, educativos y de creencias filosóficas, por lo que la representante panista consideró que las cifras sobre el suicidio pueden ser frías, poco precisas y hasta lejanas de la realidad, pero constituyen la base para hacer conciencia, de la que surgirán propuestas que guíen el trabajo legislativo.
Denuncia que a la fecha no hay campañas de prevención ni programas a escala nacional o estatal que atiendan el fenómeno, ya que ni los maestros y profesionales de la salud están preparados para evitar las conductas suicidas.
La Organización Mundial de la Salud ha emitido guías para los gobiernos, en las que propone tratar clínicamente a quienes padezcan trastornos mentales, en particular depresión, alcoholismo o esquizofrenia, y capacitar a los médicos sobre esa conducta, no obstante, la realidad marca que por cada muerte atribuible a una decisión de suicidio se producen entre 10 y 20 intentos fallidos.
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