Tula-Apaxco.- Integrantes de la Sociedad Ecologista Hidalguense (SEHI) pidieron a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y al Instituto Nacional de Salud Pública hacer una revisión del corredor Tula-Apaxco, ante posibles riesgos a la salud por la emisión de contaminantes por empresas cementeras y de cal.
En conferencia de prensa, Marco Antonio Moreno, presidente de la SEHI expresó que unas 750 mil familias que habitan en la zona, que comprende las colindancias entre Hidalgo y el Estado de México, están en riesgo de padecer enfermedades respiratorias y de la piel, debido a las emisiones de las seis empresas cementeras y de cal ubicadas en el corredor Tula-Apaxco.
“Si bien es cierto que en ciudades como la de México la calidad del aire está severamente comprometida por el uso del automóvil, también es cierto que hay regiones del país que se encuentran en condiciones de calidad del aire desastrosa, asociada a actividades productivas”, expresó Moreno.
Señaló que las autoridades de salud deben hacer un estudio sobre la situación que enfrenta la población de los municipios donde se asientan las empresas y dar a conocer los resultados.
También pidió al Instituto Nacional de Ecología (INE) y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) retirar a las cementeras la bitácora ambiental voluntaria y revisar de manera cotidiana la emisión de contaminantes.
“La producción de cemento y cal ha tenido consecuencias en las vías respiratorias de la gente que vive en la zona, y las autoridades no atienden el problema.
“En el caso concreto de los municipios de Apaxco, en el Estado de México, y de Atotonilco (de Tula, en Hidalgo), hemos visto que la producción de cemento y de cal ha representado un decremento peligroso en los niveles de calidad del aire que ha provocado enfermedades de las vías respiratorias y algunas enfermedades de la piel, pero que de alguna forma el gobierno federal y el local han buscado resolver, sin atender a las propias causas de estos problemas, que son las empresas cementeras”, expresó Moreno.
Por ello, dijo, es necesario modificar la forma en la que se hace la verificación de las empresas y la forma en que se hace la validación del cumplimiento de las normas oficiales.
“Sobre todo la NOM 040, que está directamente vinculada a la producción de cemento, y hemos dicho que esta norma necesita ser modificada urgentemente, de tal suerte que se pueda partir de una nueva realidad en cuanto a la verificación de estas empresas y garantizarle a las personas que viven cerca de ellas la posibilidad de acceder a un ambiente libre de contaminación, que no libre de devastación, porque las empresas cementeras están devastando cerros, están devastando enormes extensiones que implican cambiar ecosistemas”, expresó el ambientalista.
En conferencia de prensa, Marco Antonio Moreno, presidente de la SEHI expresó que unas 750 mil familias que habitan en la zona, que comprende las colindancias entre Hidalgo y el Estado de México, están en riesgo de padecer enfermedades respiratorias y de la piel, debido a las emisiones de las seis empresas cementeras y de cal ubicadas en el corredor Tula-Apaxco.
“Si bien es cierto que en ciudades como la de México la calidad del aire está severamente comprometida por el uso del automóvil, también es cierto que hay regiones del país que se encuentran en condiciones de calidad del aire desastrosa, asociada a actividades productivas”, expresó Moreno.
Señaló que las autoridades de salud deben hacer un estudio sobre la situación que enfrenta la población de los municipios donde se asientan las empresas y dar a conocer los resultados.
También pidió al Instituto Nacional de Ecología (INE) y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) retirar a las cementeras la bitácora ambiental voluntaria y revisar de manera cotidiana la emisión de contaminantes.
“La producción de cemento y cal ha tenido consecuencias en las vías respiratorias de la gente que vive en la zona, y las autoridades no atienden el problema.
“En el caso concreto de los municipios de Apaxco, en el Estado de México, y de Atotonilco (de Tula, en Hidalgo), hemos visto que la producción de cemento y de cal ha representado un decremento peligroso en los niveles de calidad del aire que ha provocado enfermedades de las vías respiratorias y algunas enfermedades de la piel, pero que de alguna forma el gobierno federal y el local han buscado resolver, sin atender a las propias causas de estos problemas, que son las empresas cementeras”, expresó Moreno.
Por ello, dijo, es necesario modificar la forma en la que se hace la verificación de las empresas y la forma en que se hace la validación del cumplimiento de las normas oficiales.
“Sobre todo la NOM 040, que está directamente vinculada a la producción de cemento, y hemos dicho que esta norma necesita ser modificada urgentemente, de tal suerte que se pueda partir de una nueva realidad en cuanto a la verificación de estas empresas y garantizarle a las personas que viven cerca de ellas la posibilidad de acceder a un ambiente libre de contaminación, que no libre de devastación, porque las empresas cementeras están devastando cerros, están devastando enormes extensiones que implican cambiar ecosistemas”, expresó el ambientalista.
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