martes, 19 de agosto de 2014

Mancera, la negación y el camino a la derrota

Ciudad de México.- Mes con mes, en poco más de año y medio de su gestión, Miguel Ángel Mancera Espinosa ha visto derrumbarse el enorme bono político que los ciudadanos de la Ciudad de México le entregaron en las elecciones federales de julio de 2012, unos comicios donde obtuvo el Gobierno del Distrito Federal con una votación histórica: 3 millones 028 mil 704 votos, lo que representó el 63.56 por ciento del total. Como titular de la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJDF), del entonces gobierno presidido por Marcelo Ebrard Casaubón, Mancera Espinosa hizo un trabajo sobresaliente y con esos sufragios le fue reconocido por los habitantes de la Ciudad de México. Sin embargo, apenas tomó posesión del GDF el 5 de diciembre de 2012, una serie de acontecimientos han evidenciado la inoperancia y la falta de habilidad política de su administración. Como muestra recordamos, entre otros hechos, la represión de la policía capitalina contra las diversas manifestaciones contra las reformas propuestas por el Presidente Enrique Peña Nieto; crímenes de alto impacto como el secuestro y la ejecución de 13 jóvenes en un bar de la Zona Rosa; el alza de la tarifa al Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM), tras una encuesta que levantó polémica y dejó amplias dudas sobre la validez de su aplicación; campañas de difusión mal enfocadas, como la de prolactancia “No le des la espalda, dale pecho”, que debió tras un alud de críticas por su carácter “sexista”, “machista” y “de mal gusto”, y decisiones como la extensión del Hoy no Circula al sábado, que fue también rechazada por ciudadanos y por empresarios de diversos ramos.
Mancera Espinosa se ha negado a reconocer que en su gobierno los delitos de alto impacto, como el secuestro y las ejecuciones, se han intensificado y se reportan ya no sólo en los barrios de mayor peligro como en las zonas de la capital que se presumía eran las más seguras. La realidad el alza de la violencia en la Ciudad de México no sólo se refleja en las cifras dadas a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), sino en la percepción de los habitantes que, cada vez en mayor número, resienten en carne propia o tienen un familiar o amigo cercano que ha sido víctima de algún delito. Pero el titular del GDF y sus altos funcionarios en la materia insisten en negar esa situación y mucho menos en reconocer la presencia y operación en el DF de bandas del crimen organizado e incluso de los cárteles más grandes del país. Mal hace Miguel Ángel Mancera, con ese ritmo de desconfianza que evidencia su gobierno en las encuestas, en no reconocer lo que padecen cientos de miles de habitantes de la ciudad, pues no sólo se refuerza la mala imagen de un gobierno sino, por primera vez en dos décadas, la viabilidad de los gobiernos de izquierda está siendo cuestionada duramente por los capitalinos.

Sin Embargo

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