lunes, 2 de septiembre de 2024

 

Pasa estafeta de la transformación; López Obrador rinde su último informe

En su último informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que deja el cargo con la conciencia tranquila y muy contento, ya que está seguro que Claudia Sheinbaum, próxima mandataria, le dará continuidad al proceso de transformación en el país y contribuirá a reducir, aún más, la brecha de desigualdad generada por los gobiernos neoliberales.

Durante su mensaje, de más de dos horas de duración, el Presidente consultó el sentir de la ciudadanía respecto a la elección de jueces, magistrados y ministros por la vía del voto popular, uno de los ejes de la reforma al Poder Judicial, que ayer abrió su proceso legislativo en el Congreso. 

Desde el Zócalo capitalino, frente a miles de personas que acudieron a escuchar su mensaje y que gritaron consignas contra la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el primer mandatario preguntó si querían que el Presidente o los legisladores designaran a los juzgadores federales o si preferían que éstos fueran electos en las urnas, planteamiento que los asistentes a la Plaza de la Constitución respaldaron.

Asimismo, enumeró los logros de su administración, entre los que destacó el combate a la inseguridad y la baja en delitos como homicidios dolosos, pues “ya no existe un narcoestado” como lo hubo en tiempos del gobierno de Felipe Calderón; un sistema de salud “mejor que el de Dinamarca”, y un aumento histórico en el salario mínimo, entre otros rubros.

El mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador con  motivo de su Sexto Informe de Gobierno estuvo marcado por la reforma al Poder Judicial.

Casi a la mitad de su discurso en el Zócalo, que duró más de dos horas, realizó una consulta a mano alzada sobre la elección de jueces, magistrados y ministros, justo cuando hablaba sobre corrupción e impunidad.

Luego, preguntó a los asistentes: “¿Ustedes qué prefieren, que a los ministros los elija el Presidente y los senadores o que los elija el pueblo?”. La mayoría levantó la mano en la segunda opción, entre gritos de “Fuera Piña, fuera Piña” en alusión a la ministra presidenta de la Corte.

Con el resultado a favor, López Obrador mandó un mensaje ante las críticas que el embajador Ken Salazar hizo a la reforma judicial. “Para que lo internalicen nuestros vecinos, amigos y vecinos de Estados Unidos, lo digo con todo respeto, que no olviden que la democracia en América, en Estados Unidos, comenzó eligiendo a los jueces”, agregó.

En el balance de resultados en seguridad, destacó que en el país ya no existe un narcoestado y que la percepción ciudadana sobre la inseguridad mejoró. Además, se incrementó el uso del trabajo de inteligencia por parte de los cuerpos de seguridad y, en consecuencia, disminuyó el índice de letalidad. 

Al abordar el combate a las drogas, aseveró que el consumo en México es bajo a diferencia de Estados Unidos, donde al año mueren 100 mil personas por sobredosis. Aprovechó para volver a criticar al gobierno de ese país al considerar que ni lucha contra el consumo de drogas ni atiende las causas de ese problema.

Como en otras ocasiones, reconoció el papel de las Fuerzas Armadas para llevar a cabo las obras insignia de su administración. 

Al recordar que el IMSS-Bienestar ya es una realidad en 23 estados, el titular del Ejecutivo afirmó que este sistema de salud universal supera a cualquier otro.

En la parte final de su discurso, el político tabasqueño aseguró que se va contento y con la conciencia tranquila, ya que con Claudia Sheinbaum se reducirá aún más la brecha de desigualdad que durante 36 años generaron “los gobiernos neoliberales”.

La Presidenta electa, quien asistió como invitada de honor, fue arropada con porras y gritos de “¡Presidenta, Presidenta!” al menos en tres ocasiones. El titular del Ejecutivo federal se refirió a ella como “una mujer extraordinaria y preparada”.

López Obrador llamó a los simpatizantes de su movimiento a seguir luchando para fortalecer lo alcanzado.

El fin se acerca y es tiempo de rendir cuentas. Los sentimientos encontrados fueron la norma en la Plaza de la Constitución, en el que pudo ser el último mitin encabezado por Andrés Manuel López Obrador en su vida pública.

El Presidente dio lectura a su sexto informe ante miles de personas reunidas en el Zócalo, donde, de forma inusual, se instalaron sillas para que los asistentes pudieran escuchar durante dos horas y tres minutos el discurso.

No todos sus informes los leyó en el Zócalo, como era su intención, pues durante la pandemia el acto se realizó en diversos puntos de Palacio Nacional.

Ahora, ante la plaza llena, pero sin el estruendo de las tardes de desafuero o de los cierres de campaña, López Obrador encabezó un mitin en el que, si bien dio cifras, habló de obras y de un cambio en la forma de gobernar, en realidad fue una mañana de melancolía a un mes del fin de su sexenio.

También hubo agradecimiento por parte de gobernadores en cuyas entidades se edificaron proyectos de infraestructura.

“Ha invertido como nunca nadie, ha cortado las brechas de desigualdad, un trabajo impresionante que veremos ahora que realice su gira en este mes”, expuso Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo, una de las entidades que más recursos recibió a través de obras.

Otros entienden que lo hecho por López Obrador es el inicio de un proyecto de país que aún debe consolidarse.

Estuvieron también los que saben que apenas es el arranque de un proyecto social que requiere seguir el rumbo marcado por López Obrador.

Dentro de un mes, en el mismo Zócalo, Claudia Sheinbaum dará un mensaje con motivo de su toma de protesta como Presidenta de México.

-Arturo Páramo

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