Por Iván Calderón
Xalapa, inseguridad pública
La inseguridad pública mantiene aprisionada a la Atenas veracruzana.
Robos a mano armada, asesinatos, secuestros, extorsiones, y todo tipo de delitos en esta parte de Veracruz han ido en aumento.
Las redes sociales y los medios de comunicación dan cuenta de ello.
No pasa un solo día en la capital en el que los ciudadanos sean victimados por la delincuencia.
Los focos de alerta están encendidos, y contrario a una línea de acción correcta las autoridades maquillan su insuficiencia y tratan de tapar el sol con un dedo.
El secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita, así como las mismas autoridades municipales a cargo de Américo Zúñiga deben de reforzar inmediatamente las medidas para evitar más hechos violentos en la capital.
Este tema no es menor, y ya no se sabe que incidente supera al siguiente.
Penosamente Xalapa se encuentra bajo el manto del hampa.
Los responsables de la seguridad ciudadana tienen la obligación de ofrecer resultados reales, y no sólo simples placebos, como lo han estado haciendo.
Es necesario que desde el mismo Gobierno del Estado y desde la administración municipal se otorguen las garantías de seguridad a los xalapeños.
Xalapa es tierra de nadie.
Lamentablemente la confianza hacia sus autoridades va en decadencia.
El terror en el que viven los Xalapeños se observa a simple vista, y a pesar de los presumidos esfuerzos gubernamentales no se ha avanzado en esta problemática social.
Colonias, calles, centros comerciales, el mismo corazón de la capital han sido cubiertos por actos criminales, mientras que la indiferencia de sus autoridades es más que notoria.
Tal parece ser que al alcalde xalapeño Américo Zúñiga poco le importa la situación de su municipio.
El presidente municipal imputa este escenario al orden estatal, mientras que a través de su administración no establece una política pública que al menos plantee soluciones a los ciudadanos.
En fin, los xalapeños desean recuperar la tranquilidad de antaño.
Seguridad para sus familias y su patrimonio es el reclamo general.
Ojalá y pronto haya buenas noticias, ojalá se atienda esta realidad.
Hay que decirlo, las condiciones que se viven en la capital, es solo un triste reflejo de lo que pasa en todo Veracruz.
La inseguridad pública mantiene aprisionada a la Atenas veracruzana.
Robos a mano armada, asesinatos, secuestros, extorsiones, y todo tipo de delitos en esta parte de Veracruz han ido en aumento.
Las redes sociales y los medios de comunicación dan cuenta de ello.
No pasa un solo día en la capital en el que los ciudadanos sean victimados por la delincuencia.
Los focos de alerta están encendidos, y contrario a una línea de acción correcta las autoridades maquillan su insuficiencia y tratan de tapar el sol con un dedo.
El secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita, así como las mismas autoridades municipales a cargo de Américo Zúñiga deben de reforzar inmediatamente las medidas para evitar más hechos violentos en la capital.
Este tema no es menor, y ya no se sabe que incidente supera al siguiente.
Penosamente Xalapa se encuentra bajo el manto del hampa.
Los responsables de la seguridad ciudadana tienen la obligación de ofrecer resultados reales, y no sólo simples placebos, como lo han estado haciendo.
Es necesario que desde el mismo Gobierno del Estado y desde la administración municipal se otorguen las garantías de seguridad a los xalapeños.
Xalapa es tierra de nadie.
Lamentablemente la confianza hacia sus autoridades va en decadencia.
El terror en el que viven los Xalapeños se observa a simple vista, y a pesar de los presumidos esfuerzos gubernamentales no se ha avanzado en esta problemática social.
Colonias, calles, centros comerciales, el mismo corazón de la capital han sido cubiertos por actos criminales, mientras que la indiferencia de sus autoridades es más que notoria.
Tal parece ser que al alcalde xalapeño Américo Zúñiga poco le importa la situación de su municipio.
El presidente municipal imputa este escenario al orden estatal, mientras que a través de su administración no establece una política pública que al menos plantee soluciones a los ciudadanos.
En fin, los xalapeños desean recuperar la tranquilidad de antaño.
Seguridad para sus familias y su patrimonio es el reclamo general.
Ojalá y pronto haya buenas noticias, ojalá se atienda esta realidad.
Hay que decirlo, las condiciones que se viven en la capital, es solo un triste reflejo de lo que pasa en todo Veracruz.
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