Pablo Jair Ortega
NADA CUESTA ESCUCHAR
Dos noticias relevantes se dieron este fin de semana: la cancelación del Honoris Causa al periodista Jacobo Zabludovsky y la reapertura del Velódromo de Xalapa, ambos originados por la presión de la opinión pública y las comunidades académicas, estudiantiles y deportivas que dan vida a Xalapa.
El Honoris Causa fue tema de la semana, pues la Universidad Veracruzana ya daba como un hecho que el máximo reconocimiento sería entregado al otro periodista más influyente del siglo pasado y quien encabezara las noticias por televisión durante más de 30 años con el noticiero propagandístico “24 Horas”, el de mayor audiencia nacional en el canal de mayor rating hasta el día de hoy, en la televisora que fue catalogada por su propietario como “soldados del PRI”.
Zabludovsky así mismo se convirtió en un ícono de la censura y de la manera en que se ocultaban sucesos relevantes en la época de los 70 años del priato: los hechos de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 fueron bautizados por Jacobo con una frase lacónica: “Hoy fue un día soleado”, como si no hubiese ocurrido nada.
Otro de los hechos por lo que su noticiero quedó marcado fue por la salida de Julio Scherer del periódico Excélsior, a quien le atribuyeron tener armamento y hasta nexos con guerrilla centroamericana. De sus últimos atrevimientos para querer cambiar el entorno político nacional fue el pedir sutilmente la renuncia de Cuauhtemoc Cárdenas, entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, por el asesinato del animador y locutor Paco Stanley.
Y así durante muchos años, hasta llegar el 2000, Jacobo Zabludobsky llegó a reivindicarse y hasta pedir perdón cuando le fue entregada la medalla “Eduardo Neri” en la Cámara de Diputados por 70 años de actividad periodística: “Esta mañana no vengo a otra cosa más que a pedir perdón. Quiero pedir perdón a todos los que ofendí, lastimé o desacredité durante mi larga carrera periodística. Perdón por haberme sometido a las exigencias de la empresa en la que trabajaba, del gobierno al que servía, de los políticos a los que me rendí. Perdón por torcer la realidad. Perdón por no haber contribuido en aquellos desafortunados años a la libertad de expresión que ahora pretendo ejercer con profundo arrepentimiento. A eso he venido esta mañana: a pedir perdón”.
A muchos no les pareció que a Jacobo se le haya entregado dicha medalla, precisamente por lo que representa en la historia oscura del periodismo.
Pero lo que verdaderamente es de destacarse es que la sociedad veracruzana, académicos y estudiantes promovieron que no se le entregara el Honoris Causa al periodista de origen judío polaco. Con esto, toma más mérito, pues no debe ser el capricho de los titulares o consejeros de una universidad quienes decidan a quién otorgarle un reconocimiento público, sino su comunidad.
El ejemplo más cercano que tenemos es lo que pasó con Adela Micha, a quien pese al ambiente tenso y polarizado que había por las recientes elecciones presidenciales del 2012, la Universidad Popular Autónoma Veracruzana decidió otorgarle un Honoris Causa sin tener mérito para recibirlo. Lo anterior también causó un conflicto con la Universidad Veracruzana porque fueron dos estudiantes de la UV quienes la recibieron a huevazos.
Entre quién debe recibir un Honoris Causa o no, el chiste es que se hizo bien al echar para atrás la iniciativa de dárselo a Jacobo Zabludovsky, porque la Rectoría hizo bien en escuchar a su comunidad.
Otra buena noticia que tardaron un poco en decidir fue la reapertura del Velódromo de Xalapa como espacio deportivo y no de espectáculos o convenciones como se pensaba en un principio.
Desde este espacio fuimos enfáticos en que era incongruente que un espacio que costó la millonada fuese sólo a usarse una semana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2014; que se mantuviera cerrado desde noviembre que terminaron los juegos con el riesgo de que se echaran a perder las instalaciones.
En contraparte, se veían a muchos ciclistas en la carretera Xalapa-Coatepec entrenando, a riesgo de ser atropellados por los vehículos que usan la cinta asfáltica como pista de carreras. El riesgo es tal, que tuvieron que colocar anuncios para indicar que había ciclistas en la zona, habiendo un velódromo cerrado.
Luego la idea era convertirlo en un centro de convenciones para Xalapa, pero en lo que los empresarios se preparaban y el gobierno se decidía, pasaron más de 6 meses para que finalmente se reabriera el espacio deportivo, según lo anunciado a través de un comunicado del Gobierno de Veracruz.
Y es que Xalapa tiene que volver a retomar sus raíces como la Atenas Veracruzana, y esto incluye al deporte como parte de una formación de mente sana y cuerpo sano.
Bien por la decisión, ojalá no se revoque y se convierta en vil centro chunchaquero.
NADA CUESTA ESCUCHAR
Dos noticias relevantes se dieron este fin de semana: la cancelación del Honoris Causa al periodista Jacobo Zabludovsky y la reapertura del Velódromo de Xalapa, ambos originados por la presión de la opinión pública y las comunidades académicas, estudiantiles y deportivas que dan vida a Xalapa.
El Honoris Causa fue tema de la semana, pues la Universidad Veracruzana ya daba como un hecho que el máximo reconocimiento sería entregado al otro periodista más influyente del siglo pasado y quien encabezara las noticias por televisión durante más de 30 años con el noticiero propagandístico “24 Horas”, el de mayor audiencia nacional en el canal de mayor rating hasta el día de hoy, en la televisora que fue catalogada por su propietario como “soldados del PRI”.
Zabludovsky así mismo se convirtió en un ícono de la censura y de la manera en que se ocultaban sucesos relevantes en la época de los 70 años del priato: los hechos de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 fueron bautizados por Jacobo con una frase lacónica: “Hoy fue un día soleado”, como si no hubiese ocurrido nada.
Otro de los hechos por lo que su noticiero quedó marcado fue por la salida de Julio Scherer del periódico Excélsior, a quien le atribuyeron tener armamento y hasta nexos con guerrilla centroamericana. De sus últimos atrevimientos para querer cambiar el entorno político nacional fue el pedir sutilmente la renuncia de Cuauhtemoc Cárdenas, entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, por el asesinato del animador y locutor Paco Stanley.
Y así durante muchos años, hasta llegar el 2000, Jacobo Zabludobsky llegó a reivindicarse y hasta pedir perdón cuando le fue entregada la medalla “Eduardo Neri” en la Cámara de Diputados por 70 años de actividad periodística: “Esta mañana no vengo a otra cosa más que a pedir perdón. Quiero pedir perdón a todos los que ofendí, lastimé o desacredité durante mi larga carrera periodística. Perdón por haberme sometido a las exigencias de la empresa en la que trabajaba, del gobierno al que servía, de los políticos a los que me rendí. Perdón por torcer la realidad. Perdón por no haber contribuido en aquellos desafortunados años a la libertad de expresión que ahora pretendo ejercer con profundo arrepentimiento. A eso he venido esta mañana: a pedir perdón”.
A muchos no les pareció que a Jacobo se le haya entregado dicha medalla, precisamente por lo que representa en la historia oscura del periodismo.
Pero lo que verdaderamente es de destacarse es que la sociedad veracruzana, académicos y estudiantes promovieron que no se le entregara el Honoris Causa al periodista de origen judío polaco. Con esto, toma más mérito, pues no debe ser el capricho de los titulares o consejeros de una universidad quienes decidan a quién otorgarle un reconocimiento público, sino su comunidad.
El ejemplo más cercano que tenemos es lo que pasó con Adela Micha, a quien pese al ambiente tenso y polarizado que había por las recientes elecciones presidenciales del 2012, la Universidad Popular Autónoma Veracruzana decidió otorgarle un Honoris Causa sin tener mérito para recibirlo. Lo anterior también causó un conflicto con la Universidad Veracruzana porque fueron dos estudiantes de la UV quienes la recibieron a huevazos.
Entre quién debe recibir un Honoris Causa o no, el chiste es que se hizo bien al echar para atrás la iniciativa de dárselo a Jacobo Zabludovsky, porque la Rectoría hizo bien en escuchar a su comunidad.
Otra buena noticia que tardaron un poco en decidir fue la reapertura del Velódromo de Xalapa como espacio deportivo y no de espectáculos o convenciones como se pensaba en un principio.
Desde este espacio fuimos enfáticos en que era incongruente que un espacio que costó la millonada fuese sólo a usarse una semana en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2014; que se mantuviera cerrado desde noviembre que terminaron los juegos con el riesgo de que se echaran a perder las instalaciones.
En contraparte, se veían a muchos ciclistas en la carretera Xalapa-Coatepec entrenando, a riesgo de ser atropellados por los vehículos que usan la cinta asfáltica como pista de carreras. El riesgo es tal, que tuvieron que colocar anuncios para indicar que había ciclistas en la zona, habiendo un velódromo cerrado.
Luego la idea era convertirlo en un centro de convenciones para Xalapa, pero en lo que los empresarios se preparaban y el gobierno se decidía, pasaron más de 6 meses para que finalmente se reabriera el espacio deportivo, según lo anunciado a través de un comunicado del Gobierno de Veracruz.
Y es que Xalapa tiene que volver a retomar sus raíces como la Atenas Veracruzana, y esto incluye al deporte como parte de una formación de mente sana y cuerpo sano.
Bien por la decisión, ojalá no se revoque y se convierta en vil centro chunchaquero.
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