Ciudad de México.- Se ha vuelto común –con el uso de la Internet- una práctica conocida como sexting, la cual consiste en el envío de contenidos sexuales, principalmente fotografías o videos caseros a otras personas a través de correo electrónico, teléfono celular o redes sociales, la mayoría de jóvenes que accedieron a peticiones de novios, novias o personas con las que mantenían relaciones a posar desnudas o en actos sexuales.
El contenido es subido a la red por venganzas, sobre todo cuando se termina la relación, y corre el riesgo de que este se distribuya de manera discrecional en el ciberespacio, razón por la cual algunos colectivos están demandando a los Gobiernos de los Estados analizar reformas para tipificar como delitos el ciberbullying y el sexting, contemplando el reconocimiento de daños morales y obligar a los victimarios a resarcir los perjuicios.
En el libro “La libertad de expresión y el derecho a la información” publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ernesto Ibarra Sánchez, académico de la Facultad de Derecho y especialista en el tema sostiene que, de acuerdo a la encuesta “El efecto Internet. Sexting”, que la Alianza para la Seguridad en Internet aplicó a 10 mil estudiantes, 36.7 por ciento admitió que conoce a personas que han enviado o renviado por Internet o celular imágenes suyas en las que aparecen desnudas o semidesnudas. El académico afirma que con la aparición de dispositivos electrónicos, como celulares con cámara y video, y la conexión a Internet surge el sexting, el cual, apunta, puede causar consecuencias emocionales a las víctimas, debido a las constantes humillaciones, burlas y desprecio de compañeros de escuela o trabajo, y que en ocasiones puede llevar al suicidio del o los involucrados.
Entre los riesgos para los practicantes del sexting destacan las amenazas a la privacidad de los menores, riesgos sicológicos, ciberbullying, sextorsión y grooming (conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el fin de ganarse la amistad de una menor de edad). Para el autor, esa práctica puede considerarse delito en algunos casos, como pornografía infantil. En México, la violencia en Internet ha crecido de forma acelerada en años recientes. Mujeres, niños y preadolescentes son más vulnerables a ser víctimas de conductas como el sexting, el cual consiste en el envío de contenidos sexuales, principalmente fotografías o videos, a otras personas a través de correo electrónico, teléfono celular o redes sociales.
De acuerdo con el estudio Hábitos de los usuarios de Internet en México 2014, realizado por la Asociación Mexicana de Internet, en el país existen alrededor de 51.2 millones de cibernautas, de los cuales 36 por ciento (18 millones 432 mil) tiene entre 6 y 18 años e invierte en promedio, diario, cinco horas 36 minutos frente a la computadora, 26 minutos más que en 2012.
El sexting también está relacionado con la violencia hacia las mujeres. Desafortunadamente, no hay campañas mediáticas adecuadas para concientizar el problema.
El contenido es subido a la red por venganzas, sobre todo cuando se termina la relación, y corre el riesgo de que este se distribuya de manera discrecional en el ciberespacio, razón por la cual algunos colectivos están demandando a los Gobiernos de los Estados analizar reformas para tipificar como delitos el ciberbullying y el sexting, contemplando el reconocimiento de daños morales y obligar a los victimarios a resarcir los perjuicios.
En el libro “La libertad de expresión y el derecho a la información” publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ernesto Ibarra Sánchez, académico de la Facultad de Derecho y especialista en el tema sostiene que, de acuerdo a la encuesta “El efecto Internet. Sexting”, que la Alianza para la Seguridad en Internet aplicó a 10 mil estudiantes, 36.7 por ciento admitió que conoce a personas que han enviado o renviado por Internet o celular imágenes suyas en las que aparecen desnudas o semidesnudas. El académico afirma que con la aparición de dispositivos electrónicos, como celulares con cámara y video, y la conexión a Internet surge el sexting, el cual, apunta, puede causar consecuencias emocionales a las víctimas, debido a las constantes humillaciones, burlas y desprecio de compañeros de escuela o trabajo, y que en ocasiones puede llevar al suicidio del o los involucrados.
Entre los riesgos para los practicantes del sexting destacan las amenazas a la privacidad de los menores, riesgos sicológicos, ciberbullying, sextorsión y grooming (conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el fin de ganarse la amistad de una menor de edad). Para el autor, esa práctica puede considerarse delito en algunos casos, como pornografía infantil. En México, la violencia en Internet ha crecido de forma acelerada en años recientes. Mujeres, niños y preadolescentes son más vulnerables a ser víctimas de conductas como el sexting, el cual consiste en el envío de contenidos sexuales, principalmente fotografías o videos, a otras personas a través de correo electrónico, teléfono celular o redes sociales.
De acuerdo con el estudio Hábitos de los usuarios de Internet en México 2014, realizado por la Asociación Mexicana de Internet, en el país existen alrededor de 51.2 millones de cibernautas, de los cuales 36 por ciento (18 millones 432 mil) tiene entre 6 y 18 años e invierte en promedio, diario, cinco horas 36 minutos frente a la computadora, 26 minutos más que en 2012.
El sexting también está relacionado con la violencia hacia las mujeres. Desafortunadamente, no hay campañas mediáticas adecuadas para concientizar el problema.
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