Ciudad de México.- Con semana de crisis a cuestas, la Cámara de Diputados eligió a la mesa directiva, una vez que el PRI entregó una iniciativa de reforma constitucional que suprime el ‘‘pase automático’’ del procurador Raúl Cervantes a fiscal general; pero no todo fue tersura. Obtenidos los votos azules, los priístas echaron del salón de sesiones a gritos al coordinador panista, Marko Cortés, y a su compañera Guadalupe Murguía, quien perdió la compostura mientras salía y espetó: ‘‘¡Les ardió el culo!’’
El panismo había reclamado como su victoria el compromiso del tricolor, y una vez que la mesa, con Jorge Carlos Ramírez Marín como presidente, fue avalada con 388 votos –40 diputados de Morena se abstuvieron a pesar de que el martes pasado votaron en contra–, Murguía, todavía como presidenta, le permitió a Marko Cortés usar el micrófono en su curul.
La panista dio prioridad a su coordinador antes que cumplir el trámite de la rendición de protesta de Ramírez Marín, y ahí terminó por descomponerse la sesión, que se había iniciado el martes y de la que se decretó un receso hasta hoy para evitar el vacío constitucional.
Los priístas habían acumulado desde el jueves pasado la molestia con el PAN, por lo que definieron el secuestro de la cámara. ‘‘Fue peor que el plantón en Reforma’’, describió César Camacho Quiroz.
El abucheo, los silbidos y los gritos de ‘‘¡fuera, fuera, fuera!’’ contra el panista no le permitieron hablar. ‘‘Quiero empezar por reconocer… –avanzó, pero las exclamaciones en su contra continuaron– la capacidad de diálogo…’’ Murguía trató de intervenir para que su jefe de bancada pudiera hablar, pero la inconformidad fue in crescendo y ahora se dirigió a ella: ‘‘¡fuera, fuera, fuera!’’
Desde el Bronx priísta, diputadas se organizaron en el coro que ya ha sido sancionado por la FIFA contra México. Levantaron los brazos y clamaron: ‘‘¡eeeeh… puto!’’
Cortés optó por ‘‘declinar’’ su intervención y a zancadas subió por Murguía hasta la mesa directiva para abandonar el salón por la zona conocida como Tras Banderas. En el tropel, Murguía se descompuso y lanzó el improperio ya citado.
Un grupo de panistas rodeó a su coordinador y a Murguía. ‘‘Se van a salir PRD y MC. ¡Están encabronadísimos!’’, exclamó Cortés a sus compañeros, como consta en el audio.
A lo lejos, desde el lado izquierdo del salón, ni un solo diputado de esas bancadas se movió. El PRD había logrado su objetivo de cambiar a Alejandro Ojeda, ahora en Morena, por Arturo Santana, en la cuarta vicepresidencia, y para Movimiento Ciudadano su propia victoria estaba arreglada: cerrarle el paso a Raúl Cervantes.
El sitio de Murguía lo ocupó Himelda Félix (PRI) y Ramírez Marín protestó como presidente. Martha Sofía Tamayo, también del tricolor, acusó a la panista de ‘‘ceder a la presión del remedo de dirigente de su partido. Debe agradecerle a Anaya que, al seguirlo, arrastra a su partido a la división y al desprestigio. Se acabó la cortina de humo’’.
Tras Banderas, el panismo tomó como otra victoria el repudio tricolor a Marko Cortés, quien se ufanó: ‘‘¡Esto demuestra que les dolió en el fondo, ¿del qué?’’ En el mismo tono que Murguía, hombres y mujeres panistas respondieron: “¡Del fund… amento!’’
Durante la mañana, el presidente del partido blanquiazul, Ricardo Anaya Cortés, se presentó a la plenaria de su bancada y al salir dijo que la enmienda propuesta por el PRI no es una medalla para él.
El coordinador priísta, César Camacho Quiroz, expuso que el secuestro de la cámara fue autoría de la ‘‘ambición desmedida’’ de Anaya quien, abundó, ahora ‘‘ya no puede evadir la explicación de su riqueza’’.
Horas antes, el PAN pedía una ‘‘garantía’’ adicional de que Cervantes no será ‘‘el guarura’’ del priísmo, pero la respuesta fue que con la iniciativa era suficiente y no habría ningún otro compromiso.
Rumbo a su oficina, César Camacho negó la especie difundida por su contraparte del PAN, quien había asegurado que el priísta acordó con el presidente Enrique Peña Nieto la iniciativa tricolor. ‘‘Rotundamente falso. Si lo hubiera hecho, nunca se lo diría. ¿Por quién me toma?’’
Para la Cámara de Diputados terminó la semana de trabajo y el coordinador blanquiazul ordenó a sus huestes irse a descansar. Sin embargo, era jueves, la tarde prometía y para los diputados de ese partido existen prioridades, de modo que ‘‘¡vámonos a pistear!’’, acordaron.
La Jornada
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