Ciudad de México.- Con la proyección del Ejecutivo de aumentar el déficit público para los próximos dos años, los requerimientos financieros del sector gubernamental aumentarán en 7 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), situación que se volverá “insostenible” al poner en riesgo la estabilidad macroeconómica en el mediano plazo, alertó el sector privado.
“Una de las mayores preocupaciones es el fuerte crecimiento del gasto público muy por encima del pronóstico de crecimiento económico, financiado a través de un incremento en el déficit, es decir, habrá que endeudarse para soportar un gasto corriente creciente, cuando lo que se debería impulsar es una mayor inversión”, criticó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su Análisis Económico semanal, el organismo privado aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) lamentó que la propuesta hacendaria del Presidente Enrique Peña no mencione medidas claras para eliminar programas de gasto regresivos ni para hacer más eficaz el propio ejercicio de los recursos.
“Creemos que el escenario macroeconómico de los criterios generales de política económica para el 2014 no promueve un mayor ritmo de crecimiento, estabilidad y disciplina fiscal. Plantea un mayor nivel de gasto e incremento del déficit público”, destacó.
Desde el punto de vista del sector privado, es aplaudible mejorar la calidad de vida de los mexicanos, sin embargo, se debe considerar que antes de incurrir en déficit para instalar nuevos conceptos de gasto se debió revisar la pertinencia de muchos rubros del actual gasto del gobierno, eliminar programas regresivos, mal uso de recursos, corrupción, excesiva burocracia y otros aspectos que harían disminuir la necesidad de incurrir en déficit permanentes.
El organismo que dirige Luis Foncerrada explicó que al plantear la necesidad de un déficit público tradicional del orden de 2.4% para el 2013 y de 3.5% para 2014, significa que la deuda aumentaría en esa proporción. Aunque, agregó, a esto debe agregarse el valor de los compromisos contingentes, lo que implica que el desequilibrio total representado por los requerimientos financieros del sector público sería equivalente a 2.9% y 4.1% del producto, respectivamente.
“Esto significa que los compromisos totales del país en estos dos años aumentarán en 7 puntos del PIB, lo que no sucede desde los años 80´s”, que pondría en riesgo la estabilidad macroeconómica que tanto trabajo le costó lograr a México en años posteriores.
Otro de los factores que inquieta, aseveró el CEESP, es el incremento en los impuestos sobre los causantes cautivos a los que, además de aumentarles la tasa de impuestos se les quita la recuperación de gastos que ya no serán deducibles.
“Este efecto disminuirá el ingreso disponible de las familias y con ello sus posibilidades de consumo y ahorro, mermando la posibilidad de estimular el mercado interno. Por ello, en lugar de contribuir a la formalización de la economía, estas medidas fomentan lo contrario puesto que el mecanismo de deducción de algunos gastos favorecía la recaudación al tener en los causantes los incentivos para exigir comprobantes de sus gastos acreditables”, aseguró.
“Una de las mayores preocupaciones es el fuerte crecimiento del gasto público muy por encima del pronóstico de crecimiento económico, financiado a través de un incremento en el déficit, es decir, habrá que endeudarse para soportar un gasto corriente creciente, cuando lo que se debería impulsar es una mayor inversión”, criticó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su Análisis Económico semanal, el organismo privado aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) lamentó que la propuesta hacendaria del Presidente Enrique Peña no mencione medidas claras para eliminar programas de gasto regresivos ni para hacer más eficaz el propio ejercicio de los recursos.
“Creemos que el escenario macroeconómico de los criterios generales de política económica para el 2014 no promueve un mayor ritmo de crecimiento, estabilidad y disciplina fiscal. Plantea un mayor nivel de gasto e incremento del déficit público”, destacó.
Desde el punto de vista del sector privado, es aplaudible mejorar la calidad de vida de los mexicanos, sin embargo, se debe considerar que antes de incurrir en déficit para instalar nuevos conceptos de gasto se debió revisar la pertinencia de muchos rubros del actual gasto del gobierno, eliminar programas regresivos, mal uso de recursos, corrupción, excesiva burocracia y otros aspectos que harían disminuir la necesidad de incurrir en déficit permanentes.
El organismo que dirige Luis Foncerrada explicó que al plantear la necesidad de un déficit público tradicional del orden de 2.4% para el 2013 y de 3.5% para 2014, significa que la deuda aumentaría en esa proporción. Aunque, agregó, a esto debe agregarse el valor de los compromisos contingentes, lo que implica que el desequilibrio total representado por los requerimientos financieros del sector público sería equivalente a 2.9% y 4.1% del producto, respectivamente.
“Esto significa que los compromisos totales del país en estos dos años aumentarán en 7 puntos del PIB, lo que no sucede desde los años 80´s”, que pondría en riesgo la estabilidad macroeconómica que tanto trabajo le costó lograr a México en años posteriores.
Otro de los factores que inquieta, aseveró el CEESP, es el incremento en los impuestos sobre los causantes cautivos a los que, además de aumentarles la tasa de impuestos se les quita la recuperación de gastos que ya no serán deducibles.
“Este efecto disminuirá el ingreso disponible de las familias y con ello sus posibilidades de consumo y ahorro, mermando la posibilidad de estimular el mercado interno. Por ello, en lugar de contribuir a la formalización de la economía, estas medidas fomentan lo contrario puesto que el mecanismo de deducción de algunos gastos favorecía la recaudación al tener en los causantes los incentivos para exigir comprobantes de sus gastos acreditables”, aseguró.
El Economista
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