BURROS O TORTUGAS EN LA PGJEM
Sabemos que la impartición de justicia en el Estado de México se aplica al mejor postor porque para que una investigación tenga resultados rápido, la parte interesada tiene que entrarle con una lana, en caso contrario se aplica el llamado tortuguismo y los investigadores se dedican a cualquier cosa menos a investigar, total para eso está el programa de recompensas.
Pero sin duda es el colmo que escuchemos que ocho años han pasado y no se ha cumplimentado una orden de aprehensión por razones que solo los dos agentes comisionados saben, nos ponen a pensar que la justicia nunca ha sido pronta y mucho menos expedita.
La orden era muy simple, detener a una persona acusada de robo de vehículo que supongo estaba plenamente identificada, y si algo tan fácil como eso no lo han podido hacer en ocho años que esperamos en casos más difíciles, y luego nos presumen los cursos de capacitación que tienen en la procuraduría del Estado de México o la Secretaría de Seguridad Ciudadana donde también se cuecen habas.
Bajo esas circunstancias todavía se preguntan las autoridades por qué los ciudadanos ya no confían en presentar denuncias, o porqué cada vez son más los casos de linchamiento de probables delincuentes, pero es que esperar ocho años para ver justicia y todo sigue igual, por eso la población prefiere la ley del talión.
Y si lo vemos como negocio, pronto veremos caza recompensas como en Estados Unidos, ahí si vale la pena invertir nuestros impuestos.
Sabemos que la impartición de justicia en el Estado de México se aplica al mejor postor porque para que una investigación tenga resultados rápido, la parte interesada tiene que entrarle con una lana, en caso contrario se aplica el llamado tortuguismo y los investigadores se dedican a cualquier cosa menos a investigar, total para eso está el programa de recompensas.
Pero sin duda es el colmo que escuchemos que ocho años han pasado y no se ha cumplimentado una orden de aprehensión por razones que solo los dos agentes comisionados saben, nos ponen a pensar que la justicia nunca ha sido pronta y mucho menos expedita.
La orden era muy simple, detener a una persona acusada de robo de vehículo que supongo estaba plenamente identificada, y si algo tan fácil como eso no lo han podido hacer en ocho años que esperamos en casos más difíciles, y luego nos presumen los cursos de capacitación que tienen en la procuraduría del Estado de México o la Secretaría de Seguridad Ciudadana donde también se cuecen habas.
Bajo esas circunstancias todavía se preguntan las autoridades por qué los ciudadanos ya no confían en presentar denuncias, o porqué cada vez son más los casos de linchamiento de probables delincuentes, pero es que esperar ocho años para ver justicia y todo sigue igual, por eso la población prefiere la ley del talión.
Y si lo vemos como negocio, pronto veremos caza recompensas como en Estados Unidos, ahí si vale la pena invertir nuestros impuestos.
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