Ciudad de México.- Los integrantes del viacrucis migrante arribaron este sábado a la Basílica de Guadalupe, luego de varios intentos fallidos de salir de Ixtepec hacia el Distrito Federal para visibilizar los abusos de los que son víctimas al pasar por territorio nacional.
Cargando cruces de madera y portando mantas y pancartas en rechazo al Plan Frontera Sur, los trabajadores internacionales sin documentos realizaron un mitin en las inmediaciones de las estaciones La Villa-Basílica, del Metro.
Encabezando a alrededor de 200 migrantes, el padre Alejandro Solalinde denunció los abusos de los que fueron víctimas durante su trayecto a manos de agentes del Instituto Nacional de Migración y la Policía Federal, quienes los agredieron con sus escudos para impedirles el paso.
"Lo que pasó el jueves (de la semana pasada), cuando se hizo el operativo fue la culminación de un acoso, de una tortura sicológica, porque el diálogo fue desechado. No hay diálogo con un programa de seguridad aplicado por policías", indicó el religioso.
Por los abusos sufridos, el director del albergue Hermanos en el camino anunció que van a interponer más de 130 denuncias ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y 30 más ante el ministerio público en contra de los servidores públicos que los agredieron.
Una decena de migrantes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Cuba dieron su testimonio sobre los ataques de la Policía Federal y subrayaron que su único propósito es buscar una vida más digna, la cual no pueden encontrar en sus países de origen.
En medio de consignas como "somos migrantes, no delincuentes", los indocumentados caminaron hacia la Basílica de Guadalupe, donde participaron en la misa y oraron para agradecer por su llegada a la capital del país.
Los participantes en el viacrucis enfatizaron que en su oración van a pedirle a la Virgen que cambie la política migratoria del país, y a recordar a los migrantes fallecidos y desaparecidos.
Durante la homilía, el vicerrector de la Basílica, Carlos Ruiz y Alvarado, mencionó la presencia en el lugar de Solalinde y el viacrucis migrante, con quienes se pidió solidaridad y apoyo, como lo ordenó el papa Francisco.
El religioso subrayó que los creyentes no pueden ser insensibles ante el fenómeno de la migración y le pidió a los feligreses que observen con "más solidaridad y con un corazón más cordial" a quienes se ven forzados a dejar sus países en busca de una vida mejor.
Los indocumentados agradecieron con aplausos y se incorporaron a escuchar la misa. Se espera que en la tarde se reúnan con la presidenta de la comisión de migración de la Cámara de Diputados, Amalia García.
Cargando cruces de madera y portando mantas y pancartas en rechazo al Plan Frontera Sur, los trabajadores internacionales sin documentos realizaron un mitin en las inmediaciones de las estaciones La Villa-Basílica, del Metro.
Encabezando a alrededor de 200 migrantes, el padre Alejandro Solalinde denunció los abusos de los que fueron víctimas durante su trayecto a manos de agentes del Instituto Nacional de Migración y la Policía Federal, quienes los agredieron con sus escudos para impedirles el paso.
"Lo que pasó el jueves (de la semana pasada), cuando se hizo el operativo fue la culminación de un acoso, de una tortura sicológica, porque el diálogo fue desechado. No hay diálogo con un programa de seguridad aplicado por policías", indicó el religioso.
Por los abusos sufridos, el director del albergue Hermanos en el camino anunció que van a interponer más de 130 denuncias ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y 30 más ante el ministerio público en contra de los servidores públicos que los agredieron.
Una decena de migrantes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Cuba dieron su testimonio sobre los ataques de la Policía Federal y subrayaron que su único propósito es buscar una vida más digna, la cual no pueden encontrar en sus países de origen.
En medio de consignas como "somos migrantes, no delincuentes", los indocumentados caminaron hacia la Basílica de Guadalupe, donde participaron en la misa y oraron para agradecer por su llegada a la capital del país.
Los participantes en el viacrucis enfatizaron que en su oración van a pedirle a la Virgen que cambie la política migratoria del país, y a recordar a los migrantes fallecidos y desaparecidos.
Durante la homilía, el vicerrector de la Basílica, Carlos Ruiz y Alvarado, mencionó la presencia en el lugar de Solalinde y el viacrucis migrante, con quienes se pidió solidaridad y apoyo, como lo ordenó el papa Francisco.
El religioso subrayó que los creyentes no pueden ser insensibles ante el fenómeno de la migración y le pidió a los feligreses que observen con "más solidaridad y con un corazón más cordial" a quienes se ven forzados a dejar sus países en busca de una vida mejor.
Los indocumentados agradecieron con aplausos y se incorporaron a escuchar la misa. Se espera que en la tarde se reúnan con la presidenta de la comisión de migración de la Cámara de Diputados, Amalia García.
La Jornada
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