Por Iván Calderón
Aunque se asegure que la base del sistema mexicano sea el municipio, en la práctica es todo lo contrario, ya que a pesar de que se haya deliberado que la unidad municipal de acuerdo al federalismo debería de ser una entidad económicamente consolidada y que a su vez ésta misma debería de contribuir al desarrollo del país, resulta una ficción.
De todo esto este dogma muy incomprensible, la práctica es muy diferente, puesto que de todos los municipios mexicanos, solo unos cuantos tienen un claro crecimiento económico sustentable, y tristemente la mayoría de ellos no logran ni su desarrollo, ni su evolución.
Se pensó que las diversas poblaciones mexicanas deberían de ser el motor del desarrollo nacional, pero bajo una clara “recurso-dependencia”, los municipios y sus administraciones se han acostumbrado a estar en manos de la federación y de sus estados.
En Veracruz, ocurre el mismo fenómeno, de sus 212 municipios, sólo existen algunos que cuentan con amplias posibilidades de progresión económica significativa y trágicamente los demás, por no decir la mayoría, cuentan con oportunidades muy limitadas.
Desafortunadamente las entidades municipales y sus alcaldes padecen de la “recurso-dependencia”, y sólo esperan con ansias la llegada de los dineros de la Federación y lo que logren obtener del Gobierno de Prosperidad de rebote, y asombrosamente aunque los presidentes municipales veracruzanos saben que el Gobierno de Javier Duarte está en quiebra, acuden a la capital en búsqueda de más recursos.
Pero todo no pinta tan mal para los municipios que tienen oportunidades de crecimiento, sólo sí, sus autoridades se encuentran plenamente comprometidas con la gente, busquen con esto verdaderos beneficios colectivos, y no sólo se encuentren esperanzados en recibir recursos gubernamentales y esperar a que corra el tiempo en su gestión municipal.
Tal es el caso del municipio de San Andrés Tuxtla, el cual gracias a su privilegiada ubicación geográfica y a sus prodigiosas extensiones de selvas, bosques, mar y ríos este lugar se encuentra catalogado como uno de los 10 municipios más importantes del estado y aún a pesar de toda esta riqueza natural, turística y agropecuaria, todavía existe hambre y marginación en los cinturones de pobreza.
San Andrés Tuxtla, la principal población de la famosa Suiza Veracruzana, es un lugar que lo ha tenido todo y debido al desinterés de los diferentes sectores de la sociedad y sobre todo de las instancias gubernamentales, no ha podido desarrollar todo su potencial.
Debido a la inexperiencia ó simplemente por apatía de ayuntamientos, se han desaprovechado todos los canales de desarrollo que ofrece esta privilegiada tierra, y gracias a esto se han ido perdiendo fuentes generadoras de empleo y estabilidad social.
Esta población perteneciente a la paradisíaca región de los Tuxtlas, desastrosamente ha venido de más a menos, perdiendo poco a poco servicios y empresas que le daban vida monetaria a todo el sureste veracruzano.
Aquí en San Andrés, se contó con el servicio de ferrocarril que comunicaba a esta ciudad con diferentes partes del estado, existieron varias empresas empacadoras de ropa que generaban ingresos a las familias.
Existió una embaladora de frutas tropicales ubicada en el ejido de Sihuapan, y aquí, en esta misma comunidad estaba situada la tabacalera “Tabamex”, agrupación que generó hace más de dos décadas miles de empleos y riquezas en toda la población, pero todo esto se perdió.
Los sanandrescanos han tenido tanto y por la apatía de algunos, el avance se ha detenido.
Pero al parecer la época de infortunio sanandresano quedará en el pasado, ya que bajo las atinadas intenciones del alcalde Manuel Rosendo Pelayo, entre los habitantes de este municipio se revive la esperanza de que por fin llegue el progreso y la prosperidad.
Y es que sin sentarse a esperar a que sólo lleguen los beneficios gubernamentales, inquieto como siempre Manuel Rosendo Pelayo intenta hacer que el municipio de San Andrés Tuxtla sea una entidad fortalecida en materia financiera y turística, acercando a la iniciativa privada para que inviertan en su municipio, generando con esto beneficio económico en varios municipios del sur de Veracruz.
Ante todo esto, con la presentación del aeródromo en San Andrés Tuxtla y con el proyecto de un teleférico que comunicará a la zona de la montaña con la costa del municipio, Manuel Rosendo Pelayo está haciendo historia, como un político visionario, el cual logrará por fin un impulso turístico y comercial para San Andrés y la región, sentando las bases para un mejor futuro y logrando así que en esencia el municipio genere riqueza y estabilidad.
Es cierto, falta mucho por hacer, pero la sociedad tienen la plena confianza en que esta vez no saldrán defraudados, ya que aquel niño humilde que jugaba entre las aguas del río Puchuapan y que también padeció hambre como muchos sanandrescanos y que luego aprendió con el ejemplo de sus padres a ganarse el sustento diario, ha demostrado un claro crecimiento personal.
Se sabe hoy en día, que Manuel Rosendo Pelayo cuenta con toda la inteligencia y las ganas para lograr que San Andrés Tuxtla deje pasar en lo que pudo ser, a lo que es, un municipio con verdadera prosperidad y pleno desarrollo…
A sus órdenes.
E-mail: calderon131@hotmail.com
@IvanKalderon
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