Ciudad de México.- Miguel Ángel Mancera Espinosa llegó a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal el 5 de diciembre de 2012 con más del 60 por ciento de los votos del electorado capitalino, lo que significaba un porcentaje muy por encima de del 38.2 por ciento obtenido por el ahora Presidente Enrique Peña Nieto, pero la luna de miel entre Mancera y los electores duró sólo 18 meses. Mancera inició su gestión con una aceptación de 63.5 por ciento, cifra jamás alcanzada por sus últimos tres predecesores: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón. Pero 18 meses han sido suficientes para que el ahora no tan carismático funcionario y la ciudadanía se hayan enfrascado en mal matrimonio que ha derivado en una caída estrepitosa del 60 por ciento en la aprobación a su gobierno , según una encuesta publicada el 28 de julio por el diario Reforma. Mientras que 75 por ciento de los líderes de distintos sectores también se manifestaron en desacuerdo. La tendencia negativa ya se veía venir desde hace más de un año.
Mancera atribuye la baja en su popularidad a los nuevos lineamientos del programa “Hoy No Circula”, que limita el uso de vehículos de más de 15 años de antigüedad. La impopularidad de Mancera lo ha enfrentado ya hasta con el mismo partido que lo postuló: el de la Revolución Democrática (PRD) que le ha pedido cuentas del citado programa y los criterios que utiliza. Lo cierto es que con o sin este programa, nadie detiene la caída de Mancera cuya única política pública visible hasta ahora ha sido la negación; la constante del Jefe de Gobierno ha sido, simplemente, negar todo lo que pasa en la capital: desde la presencia del crimen organizado hasta el secuestro de los 13 jóvenes de Tepito del Bar Heaven y los niveles de inseguridad. En distintas ocasiones, el funcionario ha salido a decir que en la Ciudad de México no operan los grandes cárteles del crimen organizado sino pequeñas bandas de narcomenudistas que en ocasiones tienen ajustes de cuentas entre ellos. Sin embargo, funcionarios y ex funcionarios tanto federales como de la administración capitalina han señalado que en el DF operan al menos ocho de los grandes cárteles, entre ellos, el de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva.
Mancera no está bien con sus gobernados ni con su partido, algo tendrá que hacer en los próximos días para enderezar la brújula.
Reforma
Mancera atribuye la baja en su popularidad a los nuevos lineamientos del programa “Hoy No Circula”, que limita el uso de vehículos de más de 15 años de antigüedad. La impopularidad de Mancera lo ha enfrentado ya hasta con el mismo partido que lo postuló: el de la Revolución Democrática (PRD) que le ha pedido cuentas del citado programa y los criterios que utiliza. Lo cierto es que con o sin este programa, nadie detiene la caída de Mancera cuya única política pública visible hasta ahora ha sido la negación; la constante del Jefe de Gobierno ha sido, simplemente, negar todo lo que pasa en la capital: desde la presencia del crimen organizado hasta el secuestro de los 13 jóvenes de Tepito del Bar Heaven y los niveles de inseguridad. En distintas ocasiones, el funcionario ha salido a decir que en la Ciudad de México no operan los grandes cárteles del crimen organizado sino pequeñas bandas de narcomenudistas que en ocasiones tienen ajustes de cuentas entre ellos. Sin embargo, funcionarios y ex funcionarios tanto federales como de la administración capitalina han señalado que en el DF operan al menos ocho de los grandes cárteles, entre ellos, el de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva.
Mancera no está bien con sus gobernados ni con su partido, algo tendrá que hacer en los próximos días para enderezar la brújula.
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