México, D.F.- Durante meses, el gobierno federal señaló y acosó a José Manuel Mireles Valverde, líder de las autodefensas en la región de Tierra Caliente, Michoacán, hasta capturarlo el 27 de junio pasado, en un operativo que movilizó a más fuerzas federales que la misma captura de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, calificado en México y Estados Unidos como el narcotraficante más poderoso del mundo. La razón, según los argumentos del gobierno federal –externados tres días después de su arresto– fue por presuntas violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Aunque antes, el comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, también argumentó que al Dr. Mireles Valverde, uno de sus críticos más férreos, se le encontraron porciones de droga. José Manuel Mireles fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) número 11 en Hermosillo, Sonora, porque, según las versiones de las autoridades, en Michoacán no había un penal acorde para el nivel de peligrosidad de este preso. El médico recibió el auto de formal prisión el 6 de julio pasado. El CEFERESO de Hermosillo fue inaugurado por el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa el 2 de octubre de 2012. Ese día, el entonces Secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, explicó que ese penal de máxima seguridad, con siete círculos de seguridad y vigilancia para evitar fugas y motines, era el más grande del mundo. Concesionado a particulares por 20 años y tras una inversión de 4 mil 200 millones de pesos para su construcción, ese CEFERESO tiene capacidad para albergar hasta 4 mil internos.
Sinembargo
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