México, D.F.- El magistrado presidente del TEPJF, José Alejandro Luna Ramos, resaltó que el fenómeno electoral posee una dimensión ético-moral única y especial, que obliga a los representantes electos por los ciudadanos a velar por el bien común y no sólo por el de sus electores o sus partidos.
En el actual arreglo institucional, explicó, la voluntad política se forma según el principio de la mayoría y por qué el pueblo ejerce su voluntad a través de los representantes electos, los cuales representan, una vez elegidos, no sólo a quienes votaron por ellos, sino a todo el pueblo.
Por esta razón, agregó, los representantes populares están obligados en conciencia a velar por los intereses acordes con el bien común, más allá de lo que significan sus electores directos y los partidos que los postularon.
El magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) señaló que en el ámbito político electoral, esta es la única conducta que podría calificarse de ética, en un representante popular surgido del voto ciudadano.
Luna Ramos expuso lo anterior durante su participación en la Mesa de Análisis La ética judicial en los órganos electorales y la impartición de justicia.
Por su parte, el director de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, José Antonio Lozano Díez, dijo que si bien la ética y el derecho son cosas distintas, están estrechamente relacionadas entre sí.
La ética es un tema vigente y necesario para la vida democrática de cualquier Estado, como México, y debe formar parte de los procesos electorales y su calificación, añadió el especialista.
En este punto, Lozano Díez subrayó que las leyes que no tengan un sustrato ético, no pueden subsistir a largo plazo. "Difícilmente una sociedad podrá mantenerlas como algo razonable durante mucho tiempo porque no tendrán la suficiente razonabilidad", advirtió.
En el actual arreglo institucional, explicó, la voluntad política se forma según el principio de la mayoría y por qué el pueblo ejerce su voluntad a través de los representantes electos, los cuales representan, una vez elegidos, no sólo a quienes votaron por ellos, sino a todo el pueblo.
Por esta razón, agregó, los representantes populares están obligados en conciencia a velar por los intereses acordes con el bien común, más allá de lo que significan sus electores directos y los partidos que los postularon.
El magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) señaló que en el ámbito político electoral, esta es la única conducta que podría calificarse de ética, en un representante popular surgido del voto ciudadano.
Luna Ramos expuso lo anterior durante su participación en la Mesa de Análisis La ética judicial en los órganos electorales y la impartición de justicia.
Por su parte, el director de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, José Antonio Lozano Díez, dijo que si bien la ética y el derecho son cosas distintas, están estrechamente relacionadas entre sí.
La ética es un tema vigente y necesario para la vida democrática de cualquier Estado, como México, y debe formar parte de los procesos electorales y su calificación, añadió el especialista.
En este punto, Lozano Díez subrayó que las leyes que no tengan un sustrato ético, no pueden subsistir a largo plazo. "Difícilmente una sociedad podrá mantenerlas como algo razonable durante mucho tiempo porque no tendrán la suficiente razonabilidad", advirtió.
Notimex
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