Ciudad de México.- Con los pasivos o deudas de Pemex y Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 12 billones 947 mil 666 millones de pesos que serán absorbidas por el gobierno federal, cada mexicano incluso los que están por nacer, adeudarán cada uno 109 millones de pesos, acusó la bancada del PRD en la Cámara de Diputados a través de su vicecoordinador, Miguel Alonso Raya.
El legislador perredista aseveró que los supuestos beneficios de la reforma a leyes secundarias en materia energética para la mayoría de mexicanos son una mera ilusión.
Lo que se avizora con la reforma energética que ya fue aprobada por el Congreso de la Unión es descapitalización acelerada del país, aumento del endeudamiento público nacional, encarecimiento de energéticos, despojo de tierras a campesinos, pérdida de derechos para los trabajadores petroleros, depredación del medio ambiente y escasa participación de la industria nacional, en el nuevo esquema de exploración, explotación y comercialización.
Aseguró que estas leyes energéticas no garantizan la generación de empleos, el abasto y abaratamiento de combustibles y energía eléctrica, el fortalecimiento de la industria nacional, el combate a la corrupción ni la autonomía de los órganos
En cambio, sobrevendrán una serie de acontecimientos lesivos que ya han vivido diversas naciones de América, incluido Estados Unidos, por este tipo de privatizaciones que los legisladores del PRI, el PAN y sus aliados prefirieron ignorar.
El legislador perredista aseveró que los supuestos beneficios de la reforma a leyes secundarias en materia energética para la mayoría de mexicanos son una mera ilusión.
Lo que se avizora con la reforma energética que ya fue aprobada por el Congreso de la Unión es descapitalización acelerada del país, aumento del endeudamiento público nacional, encarecimiento de energéticos, despojo de tierras a campesinos, pérdida de derechos para los trabajadores petroleros, depredación del medio ambiente y escasa participación de la industria nacional, en el nuevo esquema de exploración, explotación y comercialización.
Aseguró que estas leyes energéticas no garantizan la generación de empleos, el abasto y abaratamiento de combustibles y energía eléctrica, el fortalecimiento de la industria nacional, el combate a la corrupción ni la autonomía de los órganos
En cambio, sobrevendrán una serie de acontecimientos lesivos que ya han vivido diversas naciones de América, incluido Estados Unidos, por este tipo de privatizaciones que los legisladores del PRI, el PAN y sus aliados prefirieron ignorar.
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