Ciudad de México.- Con una presencia reciente más notoria en los medios por los cambios de ministros y las resoluciones sobre temas controvertidos como el matrimonio homosexual y el consumo de mariguana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es una institución que genera opiniones entre positivas y regulares sobre su desempeño y que todavía no termina de afianzar una imagen de independencia respecto del Presidente de la República. Las decisiones de la Corte más conocidas son las que más polémica han generado sobre su actuar, según se concluye de la más reciente encuesta en viviendas BGC-Excélsior.
La SCJN es una institución de la que ha oído hablar 70% de los mexicanos. 30% no sabe de ella. Las impresiones sobre este organismo se dividen principalmente entre positivas (37%) y regulares (37%) (gráfica 1). Muy pocos la juzgan desfavorablemente (mal/ muy mal, 16%). Se tiende a opinar que emite sus resoluciones con honestidad, justicia e imparcialidad, aunque estas percepciones están matizadas con frecuencia (un tercio dice que estas cualidades sólo las presenta en parte).
Existen puntos de vista encontrados sobre el grado de autonomía que tiene frente al Presidente de la República. 24% cree que sigue siendo tan dependiente del Ejecutivo como lo fue en el pasado, 25% piensa que ya se ha ido separando de su influencia y 21% afirma que ya es independiente.
Espontáneamente la mayoría de la población no logra recordar resoluciones recientes de la Corte; 7 de cada 10 no alcanzan a mencionar alguna. Las pocas que se señalan son las referidas al amparo otorgado a cuatro ciudadanos para producir y consumir mariguana, los amparos para matrimonios entre personas del mismo sexo, el aborto legal en el DF y la liberación de la francesa Florence Cassez.
Precisamente, estas determinaciones que sirven como referencia para la opinión pública han sido bastante polémicas. La más cuestionada ha sido la liberación de Florence Cassez por haberse violado el debido proceso, resolución considerada como mala por 62%. Asimismo, el amparo a ciudadanos para el uso de mariguana, el amparo a los matrimonios homosexuales y la aprobación al derecho de aborto en el DF también generan desaprobación de la mitad. En contraste, la disposición para que los casos de militares acusados de delitos que afectan a civiles sean tratados en tribunales civiles tiende a ser más aceptada (buena, 38%).
Comparativamente con otros actores que intervienen en la impartición de justicia, la SCJN es la que genera un mayor respaldo a su labor. En efecto, 51% está de acuerdo con la manera como realiza su trabajo este máximo tribunal y sólo 29% externa desacuerdo. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recibe una aprobación casi igual de extendida (58%). En cambio, la población muestra principalmente inconformidad con los jueces (desacuerdo, 45%) y en especial con los ministerios públicos (desacuerdo, 53%).
No domina una percepción sobre la doctrina de valores que prevalece en la Corte al resolver sus casos, es decir, si es principalmente liberal o conservadora. Para 36% el máximo tribunal se ubica en un término medio entre estas corrientes, en tanto que 24% cree que es conservadora y 20% la percibe liberal. Como contraste, según encuesta del Pew Center en julio pasado, en Estados Unidos la población en promedio ve más inclinación liberal en su Suprema Corte, que también ha tomado decisiones que avalan el matrimonio homosexual y el aborto.
Vinculado a lo anterior, la mayoría cree que la SCJN debería tomar en cuenta lo que la mayoría de la población piensa (65%). Sólo 24% considera que no debería dejarse influir de esa manera. Esta pregunta es una réplica de la realizada en Estados Unidos en la ya referida encuesta del Pew Center a mediados de año y comparativamente en ambos países predomina la opinión de que la Corte debe considerar los puntos de vista prevalecientes entre la gente.
La SCJN es una institución de la que ha oído hablar 70% de los mexicanos. 30% no sabe de ella. Las impresiones sobre este organismo se dividen principalmente entre positivas (37%) y regulares (37%) (gráfica 1). Muy pocos la juzgan desfavorablemente (mal/ muy mal, 16%). Se tiende a opinar que emite sus resoluciones con honestidad, justicia e imparcialidad, aunque estas percepciones están matizadas con frecuencia (un tercio dice que estas cualidades sólo las presenta en parte).
Existen puntos de vista encontrados sobre el grado de autonomía que tiene frente al Presidente de la República. 24% cree que sigue siendo tan dependiente del Ejecutivo como lo fue en el pasado, 25% piensa que ya se ha ido separando de su influencia y 21% afirma que ya es independiente.
Espontáneamente la mayoría de la población no logra recordar resoluciones recientes de la Corte; 7 de cada 10 no alcanzan a mencionar alguna. Las pocas que se señalan son las referidas al amparo otorgado a cuatro ciudadanos para producir y consumir mariguana, los amparos para matrimonios entre personas del mismo sexo, el aborto legal en el DF y la liberación de la francesa Florence Cassez.
Precisamente, estas determinaciones que sirven como referencia para la opinión pública han sido bastante polémicas. La más cuestionada ha sido la liberación de Florence Cassez por haberse violado el debido proceso, resolución considerada como mala por 62%. Asimismo, el amparo a ciudadanos para el uso de mariguana, el amparo a los matrimonios homosexuales y la aprobación al derecho de aborto en el DF también generan desaprobación de la mitad. En contraste, la disposición para que los casos de militares acusados de delitos que afectan a civiles sean tratados en tribunales civiles tiende a ser más aceptada (buena, 38%).
Comparativamente con otros actores que intervienen en la impartición de justicia, la SCJN es la que genera un mayor respaldo a su labor. En efecto, 51% está de acuerdo con la manera como realiza su trabajo este máximo tribunal y sólo 29% externa desacuerdo. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recibe una aprobación casi igual de extendida (58%). En cambio, la población muestra principalmente inconformidad con los jueces (desacuerdo, 45%) y en especial con los ministerios públicos (desacuerdo, 53%).
No domina una percepción sobre la doctrina de valores que prevalece en la Corte al resolver sus casos, es decir, si es principalmente liberal o conservadora. Para 36% el máximo tribunal se ubica en un término medio entre estas corrientes, en tanto que 24% cree que es conservadora y 20% la percibe liberal. Como contraste, según encuesta del Pew Center en julio pasado, en Estados Unidos la población en promedio ve más inclinación liberal en su Suprema Corte, que también ha tomado decisiones que avalan el matrimonio homosexual y el aborto.
Vinculado a lo anterior, la mayoría cree que la SCJN debería tomar en cuenta lo que la mayoría de la población piensa (65%). Sólo 24% considera que no debería dejarse influir de esa manera. Esta pregunta es una réplica de la realizada en Estados Unidos en la ya referida encuesta del Pew Center a mediados de año y comparativamente en ambos países predomina la opinión de que la Corte debe considerar los puntos de vista prevalecientes entre la gente.
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