Pablo Jair Ortega
PLEITO Y CHISMES DE RULETEROS EN XALAPA
Por la madrugada llegamos a la Central de Autobuses de Xalapa (CAXA) de un viaje por el sur. Por seguridad, siempre tomamos los taxis denominados “controlados”, que son un servicio concesionado donde uno paga una tarifa establecida por la ruta y con todas las previsiones se llega al destino requerido.
Anteriormente, uno podía bajar hasta la avenida 20 de Noviembre y tomar los “libres”, es decir, los que no están autorizados para subir pasaje dentro de CAXA, pero a riesgo de que éstos no son monitoreados, además de que todavía se tienen que negociar las tarifas que pueden ser incluso más caras (especialmente en distancias largas) que la de los “controlados”.
El asunto es que ese día, los llamados “libres” tomaron a las 5 de la mañana la entrada y salida de la terminal en protesta porque no los dejan trabajar adentro de CAXA, afectando a los pasajeros que llegaban a la terminal o salían de la misma.El asunto parece un simple pleito de ruleteros, pero no lo es. Por ejemplo, la terminal es considerada una zona federal y por lo tanto el servicio controlado de taxis es una concesión de ese nivel, a criterio de la administración local de CAXA.
Según los taxistas, el engomado cuesta 7 mil pesos (otros dicen que 5 mil) por un periodo de 3 años lo que permite trabajar dentro de la central camionera, pero con condiciones y reglamentos estrictos de servicio: limpieza de la unidad, uniforme, contar con todos los papeles en regla, etc. La última renovación se hizo apenas en enero.Pero el problema inició cuando policías de seguridad privada que vigilan el lugar comenzaron a hacer negocio con los taxistas “libres” que llegaban a dejar usuarios, y a cambio de una cantidad (de a 10 pesos por taxista) les permitían también ahí mismo abordar pasaje. Primero eran unos cuantos, pero al correrse la voz, de inmediato comenzaron a llegar las hordas de ruleteros que ya invadían el espacio donde los vehículos particulares llegan a dejar a sus familiares o amigos.
Otro factor que originó el conflicto, es que a los choferes de los “libres” ya no los dejan estacionarse sobre la avenida 20 de Noviembre, pues son removidos inmediatamente por elementos de Tránsito Estatal y Transporte Público.
El asunto llegó al grado de que los choferes de los “libres” se internaban al interior del domo de CAXA para ir a recibir a los viajeros, bajo una insistencia irritante. Obviamente los choferes de los “controlados” comenzaron a protestar y llegó a intervenir la Policía Estatal para desalojar a los “libres” (que ya causaban problemas y conflictos) aún cuando este asunto no es de su competencia.
Para esto, la gran ausente dentro de la terminal CAXA es la Policía Federal, que se supone son quienes deben vigilar que este tipo de desmanes no ocurran. Según comentarios de los propios taxistas de servicio controlado, es muy raro que dicha corporación se presente a meter orden en el lugar.
PLEITO Y CHISMES DE RULETEROS EN XALAPA
Por la madrugada llegamos a la Central de Autobuses de Xalapa (CAXA) de un viaje por el sur. Por seguridad, siempre tomamos los taxis denominados “controlados”, que son un servicio concesionado donde uno paga una tarifa establecida por la ruta y con todas las previsiones se llega al destino requerido.
Anteriormente, uno podía bajar hasta la avenida 20 de Noviembre y tomar los “libres”, es decir, los que no están autorizados para subir pasaje dentro de CAXA, pero a riesgo de que éstos no son monitoreados, además de que todavía se tienen que negociar las tarifas que pueden ser incluso más caras (especialmente en distancias largas) que la de los “controlados”.
El asunto es que ese día, los llamados “libres” tomaron a las 5 de la mañana la entrada y salida de la terminal en protesta porque no los dejan trabajar adentro de CAXA, afectando a los pasajeros que llegaban a la terminal o salían de la misma.El asunto parece un simple pleito de ruleteros, pero no lo es. Por ejemplo, la terminal es considerada una zona federal y por lo tanto el servicio controlado de taxis es una concesión de ese nivel, a criterio de la administración local de CAXA.
Según los taxistas, el engomado cuesta 7 mil pesos (otros dicen que 5 mil) por un periodo de 3 años lo que permite trabajar dentro de la central camionera, pero con condiciones y reglamentos estrictos de servicio: limpieza de la unidad, uniforme, contar con todos los papeles en regla, etc. La última renovación se hizo apenas en enero.Pero el problema inició cuando policías de seguridad privada que vigilan el lugar comenzaron a hacer negocio con los taxistas “libres” que llegaban a dejar usuarios, y a cambio de una cantidad (de a 10 pesos por taxista) les permitían también ahí mismo abordar pasaje. Primero eran unos cuantos, pero al correrse la voz, de inmediato comenzaron a llegar las hordas de ruleteros que ya invadían el espacio donde los vehículos particulares llegan a dejar a sus familiares o amigos.
Otro factor que originó el conflicto, es que a los choferes de los “libres” ya no los dejan estacionarse sobre la avenida 20 de Noviembre, pues son removidos inmediatamente por elementos de Tránsito Estatal y Transporte Público.
El asunto llegó al grado de que los choferes de los “libres” se internaban al interior del domo de CAXA para ir a recibir a los viajeros, bajo una insistencia irritante. Obviamente los choferes de los “controlados” comenzaron a protestar y llegó a intervenir la Policía Estatal para desalojar a los “libres” (que ya causaban problemas y conflictos) aún cuando este asunto no es de su competencia.
Para esto, la gran ausente dentro de la terminal CAXA es la Policía Federal, que se supone son quienes deben vigilar que este tipo de desmanes no ocurran. Según comentarios de los propios taxistas de servicio controlado, es muy raro que dicha corporación se presente a meter orden en el lugar.
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