Chilapa, Guerrero.- La reacción de vecinos de dicho municipio se produjo a pesar de que este domingo al menos 300 miembros del Ejército y de la Policía Federal llegaron a la cabecera municipal para tratar de controlar la situación.
Tras la entrada el sábado de presuntos comunitarios que despojaron de sus armas a los policías municipales, ayer por la tarde grupos de vecinos iniciaron repiques de campanas para convocar a la población.
Luego los vecinos realizaron una reunión frente a la catedral y una marcha para exigir el retiro de los civiles armados.
Aseguraron que se organizan para defenderse de la incursión de quienes, provenientes de comunidades del sur, hasta ayer aún mantenían tomada la ciudad.
Los pobladores –según dijeron— temen que la presencia de los civiles armados genere más violencia en la zona, debido a las acciones de grupos delictivos que ahí operan.
En volantes que repartieron se lee“¡Urgente! Pueblo de Chilapa ya basta de atropeyos (sic), levanta la voz, nosotros sí somos Chilapa. Únete rescatemos nuestro pueblo atento al repique de campanas…”.
A las 14:00 horas el repique de las campanas continuaba y la convocatoria también había sido lanzada por la red social Facebook, utilizando cuentas anónimas.
Los civiles que irrumpieron el sábado devolvieron ayer sus armas a la policía municipal.
Los 300 elementos de las fuerzas federales que llegaron a Chilapa —municipio de la zona norte de Guerrero—emprendieron acciones de vigilancia con la finalidad de localizar a los grupos delictivos que se disputan la región. Sin embargo, los civiles armados realizaron por su cuenta esquemas de seguridad.
El gobernador Rogelio Ortega Martínez, consultado en su cuenta de mensajería, señaló que la policía estatal tomaría el control de la seguridad de Chilapa.
Añadió que quedaba a cargo de las fuerzas del orden el comandante Juan Suastegui Epifanio, con colaboración del orden federal.
El grupo de civiles armados llegó a Chilapa supuestamente para detener a integrantes del cártel Los Rojos. Los retenes instalados el sábado se mantenían aún ayer lunes y proseguían los rondines por parte del grupo referido.
El jefe de policía de Chilapa, Jorge Encarnación Cuevas, dijo que las autoridades locales han sido rebasadas y lamentó la falta de capacitación de su personal, el cual se dejó desarmar por los presuntos comunitarios.
De hecho, comentó a medios de comunicación, ‘“no tenemos armamento, contamos con 24 fusiles, de los cuales seis no sirven y faltan refacciones”.
Y añadió: ‘“Hemos sido rebasados, yo no puedo mandar a la horca a 16 elementos, contra 40 delincuentes armados”.
Entre los episodios de violencia en Chilapa destaca el hallazgo, en noviembre pasado, de 11 cuerpos decapitados, y el reciente asesinato de Ulises Fabián Quiroz, quien era candidato del PRI a la presidencia municipal.
Tras la entrada el sábado de presuntos comunitarios que despojaron de sus armas a los policías municipales, ayer por la tarde grupos de vecinos iniciaron repiques de campanas para convocar a la población.
Luego los vecinos realizaron una reunión frente a la catedral y una marcha para exigir el retiro de los civiles armados.
Aseguraron que se organizan para defenderse de la incursión de quienes, provenientes de comunidades del sur, hasta ayer aún mantenían tomada la ciudad.
Los pobladores –según dijeron— temen que la presencia de los civiles armados genere más violencia en la zona, debido a las acciones de grupos delictivos que ahí operan.
En volantes que repartieron se lee“¡Urgente! Pueblo de Chilapa ya basta de atropeyos (sic), levanta la voz, nosotros sí somos Chilapa. Únete rescatemos nuestro pueblo atento al repique de campanas…”.
A las 14:00 horas el repique de las campanas continuaba y la convocatoria también había sido lanzada por la red social Facebook, utilizando cuentas anónimas.
Los civiles que irrumpieron el sábado devolvieron ayer sus armas a la policía municipal.
Los 300 elementos de las fuerzas federales que llegaron a Chilapa —municipio de la zona norte de Guerrero—emprendieron acciones de vigilancia con la finalidad de localizar a los grupos delictivos que se disputan la región. Sin embargo, los civiles armados realizaron por su cuenta esquemas de seguridad.
El gobernador Rogelio Ortega Martínez, consultado en su cuenta de mensajería, señaló que la policía estatal tomaría el control de la seguridad de Chilapa.
Añadió que quedaba a cargo de las fuerzas del orden el comandante Juan Suastegui Epifanio, con colaboración del orden federal.
El grupo de civiles armados llegó a Chilapa supuestamente para detener a integrantes del cártel Los Rojos. Los retenes instalados el sábado se mantenían aún ayer lunes y proseguían los rondines por parte del grupo referido.
El jefe de policía de Chilapa, Jorge Encarnación Cuevas, dijo que las autoridades locales han sido rebasadas y lamentó la falta de capacitación de su personal, el cual se dejó desarmar por los presuntos comunitarios.
De hecho, comentó a medios de comunicación, ‘“no tenemos armamento, contamos con 24 fusiles, de los cuales seis no sirven y faltan refacciones”.
Y añadió: ‘“Hemos sido rebasados, yo no puedo mandar a la horca a 16 elementos, contra 40 delincuentes armados”.
Entre los episodios de violencia en Chilapa destaca el hallazgo, en noviembre pasado, de 11 cuerpos decapitados, y el reciente asesinato de Ulises Fabián Quiroz, quien era candidato del PRI a la presidencia municipal.
.- Un centenar de habitantes de Chilapa, Guerrero, realizaron ayer reuniones y comenzaron a organizarse con la finalidad de expulsar al grupo de unos 300 civiles armados que el sábado pasado irrumpió en la ciudad, desarmó a la policía municipal y asumió el control de la seguridad pública.
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