México, D.F.- Entre el 1 de julio y el 22 de septiembre de este año, el STC Metro registró fallas que generaron alguna demora en el servicio.
La revisión de casi tres meses arrojó más de 8 mil incidentes en los trenes del Metro que hicieron que el servicio se detuviera por algunos minutos o incluso por horas. A estos deben sumarse los percances que no afectaron el desplazamiento de los trenes, pero que por restricciones de tiempo no se pudieron contabilizar.
Las líneas más antiguas son las que registran más contratiempos. La Línea 1, que corre de Pantitlán a Observatorio, sumó mil 393 incidentes; la Línea 2, que va de Cuatro Caminos a Tasqueña, presentó 818, y la Línea 3, que corre de Indios Verdes a Universidad, registró mil 314.
La Línea 12, cuya operación se encuentra parcialmente suspendida desde marzo pasado, registró el menor número de eventualidades en el trimestre con 221. La Línea 4, la más pequeña del STC, sumó 277 percances.
El número de afectaciones llegó a su clímax el 3 de septiembre, cuando se presentaron 169 incidencias. El 16 de ese mes, día feriado, se registró el menor número de retardos: sólo 2.
La mayoría de las incidencias generaron retrasos que generalmente no excedieron los cinco minutos. Sin embargo, se encontraron otras que llegaron a provocar demoras de más de una hora. La lluvia es la principal causa de estos retardos, según consta en los informes del sistema de transporte.
Uno de los casos más extremos ocurrió el 5 de julio, cuando la lluvia retrasó los trenes de la Línea 2 por casi dos horas y media, según se lee en el informe de ese día.
En épocas de lluvia el Metro baja la velocidad de sus trenes por seguridad de los usuarios, lo que en los reportes se denomina “Marcha Tipo Lluvia”. Esto se hace, ya que los neumáticos se resbalan sobre la pista de rodamiento.
Pero las fuertes precipitaciones no son el único factor de retardos prolongados. También hay fallas en los trenes que generan problemas. Por ejemplo, el 4 de agosto se lee que en la Línea A “el tren 16M-0023/0024 FM-86 presenta apagado total del mismo, con avería en el equipo de radiotelefonía”, lo que derivó en un retraso de 55 minutos.
Desde el 13 de diciembre del año pasado, el precio del boleto del Metro subió de tres a cinco pesos. En su momento, el titular del STC, Joel Ortega, señaló que el aumento permitiría captar 3 mil millones de pesos adicionales por año que serían utilizados en mejoras del sistema.
Entre los proyectos estaban la compra de 45 trenes nuevos con aire acondicionado para las líneas 1 y 12, mantenimiento a los 45 trenes de la línea dorada, renovación integral de la Línea 1, renivelación de vías de la Línea A, mejora en los tiempos de recorrido de los trenes, la reparación de 105 trenes que hoy están fuera de servicio y la sustitución de 50 escaleras eléctricas en las líneas 1, 2 y 3, entre otros beneficios.
Sin embargo, el 23 de septiembre Ortega reconoció que los resultados no se verán de la noche a la mañana. El mismo día, anunció una política de reembolso de boletos por fallas que retrasen el servicio más de 25 minutos.
La revisión de casi tres meses arrojó más de 8 mil incidentes en los trenes del Metro que hicieron que el servicio se detuviera por algunos minutos o incluso por horas. A estos deben sumarse los percances que no afectaron el desplazamiento de los trenes, pero que por restricciones de tiempo no se pudieron contabilizar.
Las líneas más antiguas son las que registran más contratiempos. La Línea 1, que corre de Pantitlán a Observatorio, sumó mil 393 incidentes; la Línea 2, que va de Cuatro Caminos a Tasqueña, presentó 818, y la Línea 3, que corre de Indios Verdes a Universidad, registró mil 314.
La Línea 12, cuya operación se encuentra parcialmente suspendida desde marzo pasado, registró el menor número de eventualidades en el trimestre con 221. La Línea 4, la más pequeña del STC, sumó 277 percances.
El número de afectaciones llegó a su clímax el 3 de septiembre, cuando se presentaron 169 incidencias. El 16 de ese mes, día feriado, se registró el menor número de retardos: sólo 2.
La mayoría de las incidencias generaron retrasos que generalmente no excedieron los cinco minutos. Sin embargo, se encontraron otras que llegaron a provocar demoras de más de una hora. La lluvia es la principal causa de estos retardos, según consta en los informes del sistema de transporte.
Uno de los casos más extremos ocurrió el 5 de julio, cuando la lluvia retrasó los trenes de la Línea 2 por casi dos horas y media, según se lee en el informe de ese día.
En épocas de lluvia el Metro baja la velocidad de sus trenes por seguridad de los usuarios, lo que en los reportes se denomina “Marcha Tipo Lluvia”. Esto se hace, ya que los neumáticos se resbalan sobre la pista de rodamiento.
Pero las fuertes precipitaciones no son el único factor de retardos prolongados. También hay fallas en los trenes que generan problemas. Por ejemplo, el 4 de agosto se lee que en la Línea A “el tren 16M-0023/0024 FM-86 presenta apagado total del mismo, con avería en el equipo de radiotelefonía”, lo que derivó en un retraso de 55 minutos.
Desde el 13 de diciembre del año pasado, el precio del boleto del Metro subió de tres a cinco pesos. En su momento, el titular del STC, Joel Ortega, señaló que el aumento permitiría captar 3 mil millones de pesos adicionales por año que serían utilizados en mejoras del sistema.
Entre los proyectos estaban la compra de 45 trenes nuevos con aire acondicionado para las líneas 1 y 12, mantenimiento a los 45 trenes de la línea dorada, renovación integral de la Línea 1, renivelación de vías de la Línea A, mejora en los tiempos de recorrido de los trenes, la reparación de 105 trenes que hoy están fuera de servicio y la sustitución de 50 escaleras eléctricas en las líneas 1, 2 y 3, entre otros beneficios.
Sin embargo, el 23 de septiembre Ortega reconoció que los resultados no se verán de la noche a la mañana. El mismo día, anunció una política de reembolso de boletos por fallas que retrasen el servicio más de 25 minutos.
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