Ciudad de México.- México tiene una política social sólida, basada en un modelo sostenible, con metas claras, en la cual la participación ciudadana es fundamental para avanzar en la superación de la pobreza con una visión que deja atrás el asistencialismo y las dádivas.
El subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Sedesol, Ernesto Nemer Álvarez, destacó que las reformas estructurales impulsadas por el gobierno federal y aprobadas en el Congreso “sientan las bases para lograr el crecimiento económico, con inclusión social, productiva, laboral y financiera”.
Sostuvo que de esta manera, por primera vez la política social se vincula con la económica, “porque estamos convencidos de que no hay mejor política social que el empleo, con trabajos dignos y bien remunerados, para que las oportunidades de desarrollo lleguen a quienes menos tienen para alcanzar una vida digna”.
El funcionario participó en el XI Congreso de la Unión Iberoamericana de Municipalistas, en Buenos Aires, Argentina, donde, de acuerdo con un comunicado, subrayó que México vive un cambio sociocultural y la gente busca salir de la pobreza a través del desarrollo de sus capacidades productivas y la generación de sus propios ingresos.
Nemer Álvarez dijo que la prioridad del presidente Enrique Peña Nieto es avanzar en combatir el hambre y la pobreza extrema, por lo que impulsa una política social de nueva generación cuyo rasgo distintivo es la participación ciudadana y el ejercicio pleno de los derechos constitucionales.
En su ponencia “La vertiente social y el desarrollo sostenible: políticas sociales e inclusión”, señaló que la Cruzada Nacional contra el Hambre atiende a una población objetivo de siete millones de mexicanos, de los que tres millones ya comen mejor, tienen acceso a educación, a seguridad social, inclusión financiera y productividad.
“Con la cruzada se trabaja en las zonas rurales, pero también se pone especial énfasis en los polígonos urbanos, porque de los 53 millones de personas en pobreza, 70 por ciento radica en las ciudades, donde más se ha deteriorado el tejido social”, aseguró.
El funcionario explicó que la política social de nueva generación se hace en y desde el territorio y está perfectamente focalizada para saber quiénes requieren los apoyos; para eso se realiza una coordinación entre los gobiernos municipales, estatales y federal, comités comunitarios y promotores voluntarios.
Se refirió también al Programa de Inclusión Social Prospera, a través del cual las familias pueden acceder a más educación, más salud y más alimentación, además de incorporar la vertiente productiva, a fin de que los beneficiarios puedan acceder a créditos y proyectos productivos para mejorar sus ingresos.
El subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Sedesol, Ernesto Nemer Álvarez, destacó que las reformas estructurales impulsadas por el gobierno federal y aprobadas en el Congreso “sientan las bases para lograr el crecimiento económico, con inclusión social, productiva, laboral y financiera”.
Sostuvo que de esta manera, por primera vez la política social se vincula con la económica, “porque estamos convencidos de que no hay mejor política social que el empleo, con trabajos dignos y bien remunerados, para que las oportunidades de desarrollo lleguen a quienes menos tienen para alcanzar una vida digna”.
El funcionario participó en el XI Congreso de la Unión Iberoamericana de Municipalistas, en Buenos Aires, Argentina, donde, de acuerdo con un comunicado, subrayó que México vive un cambio sociocultural y la gente busca salir de la pobreza a través del desarrollo de sus capacidades productivas y la generación de sus propios ingresos.
Nemer Álvarez dijo que la prioridad del presidente Enrique Peña Nieto es avanzar en combatir el hambre y la pobreza extrema, por lo que impulsa una política social de nueva generación cuyo rasgo distintivo es la participación ciudadana y el ejercicio pleno de los derechos constitucionales.
En su ponencia “La vertiente social y el desarrollo sostenible: políticas sociales e inclusión”, señaló que la Cruzada Nacional contra el Hambre atiende a una población objetivo de siete millones de mexicanos, de los que tres millones ya comen mejor, tienen acceso a educación, a seguridad social, inclusión financiera y productividad.
“Con la cruzada se trabaja en las zonas rurales, pero también se pone especial énfasis en los polígonos urbanos, porque de los 53 millones de personas en pobreza, 70 por ciento radica en las ciudades, donde más se ha deteriorado el tejido social”, aseguró.
El funcionario explicó que la política social de nueva generación se hace en y desde el territorio y está perfectamente focalizada para saber quiénes requieren los apoyos; para eso se realiza una coordinación entre los gobiernos municipales, estatales y federal, comités comunitarios y promotores voluntarios.
Se refirió también al Programa de Inclusión Social Prospera, a través del cual las familias pueden acceder a más educación, más salud y más alimentación, además de incorporar la vertiente productiva, a fin de que los beneficiarios puedan acceder a créditos y proyectos productivos para mejorar sus ingresos.
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