Pablo Jair Ortega
MORENOVALLENADAS Y VICENTEBENITAZOS
A poco más de una semana para que terminen las campañas electorales, en Veracruz las cosas parecen irse ya definiendo: será una decisión que quedará entre los dos partidos más fuertes de la entidad: el PAN y el PRI; para el PRD (o para lo que queda de ese partido) no se avizora realmente un triunfo contundente, sino más bien la expectativa de fallas de los candidatos panistas o priistas que los puedan llevar al primer lugar o el voto de castigo para las dos principales fuerzas políticas.
En este caso creemos que están Papantla y Xalapa; en el primer distrito, la candidata del PRI es Heidi Salazar Espinoza, hija de Rómulo Salazar, el empresario citricultor predominante en la región, quien se disputaría con la también citricultora Erika Romero (PRD) y el ex diputado federal Juan Manuel del Río Virgen (Movimiento Ciudadano) el primer lugar; éste último está ligado también al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien estuvo en Veracruz apoyando a los panistas: según fuentes, Del Río Virgen fue director de Bachilleres en el vecino estado en los primeros meses de “Rafa Gobernador”.
Xalapa, tanto urbano como rural, está también en la disputa, pues si bien hay un descontento a nivel general con los políticos, la capital de Veracruz tiene un voto sorpresivo y se puede decir que hasta inesperado. Vea usted cómo históricamente ha habido reveses contra el PRI, así como triunfos contundentes. La frase “En Xalapa gana hasta una vaca” es lapidaria y pertenece al diputado Uriel Flores Aguayo, quien también venció casi sin hacer campaña a quien se supone era el favorito para ser el diputado federal abanderado por el PRI, Reynaldo Escobar Pérez.
En general, el PRI lleva la mayoría de los distritos. Eso es un secreto a voces, y serán pocos los distritos que quedarán en manos de la oposición.
MORENO VALLE
Es claro que existe una campaña inédita, de poca promoción mediática y, afortunadamente, con pocos espacios para verle la jeta todo el día a los candidatos. Debemos decir que si bien estas campañas intermedias han sido muy de hueva, definirán muchas cosas en la cúpula política.
La visita del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pasó sin pena ni gloria; se destacó más la protesta de una decena de supuestos colonos apartidistas que le fueron a recordar al niño José Luis Tlehuatlie Tamayo, de 13 años, muerto en julio de 2014 por una bala de goma disparada durante una manifestación. Pesadilla que le perseguirá al poblano hasta sus aspiraciones presidenciales.Por cierto que a Moreno Valle ya lo han detectado en al menos 4 estados operando, entre ellos Veracruz; de hecho se sabe que un grupo de veracruzanos estuvo trabajando recientemente con él, operando áreas sensibles de su gobierno, pero su egolatría y el celo de su personal más cercano hizo que algunos renunciaran.
De hecho las visitas de personalidades panistas han pasado desapercibidas y no es porque dejen de ser relevantes, sino porque el ritmo de las campañas ha sido así: flojo, sin interés ciudadano; una elección más enfocada en los reacomodos internos de los grupos de poder de cada partido.
Por los panistas vinieron Madero, Anaya y ahora Moreno Valle, pero la realidad es que como si no hubieran venido. Su promoción fue más interna.
En el caso del priismo ha habido una difusión más amplia, aunque no con las dimensiones que esperaríamos con campañas locales o presidenciales que regularmente hacen más ruido.
Sus personajes principales: César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega Pacheco, han venido a la entidad en giras rápidas, pero que generan mucha información: la visita de Camacho hizo presente a Fidel Herrera Beltrán en el espectro político veracruzano, volviéndolo a poner en el mapa público de las elecciones; Ivonne, por su parte, en su papel de madre soltera y discurso de superación personal que sabe vender en los foros donde se presente, conmovió con su apoyo a Lilian Zepahua, candidata del PRI en Zongolica, también como mujer embarazada sin que se sepa quién es el padre.
OTRO TOLUCAZO, COMO EL DE VICENTE BENÍTEZ
Algún chismoso debe vivir de planta en el Aeropuerto Internacional de Toluca, porque ya van dos escándalos a nivel nacional de gente que llega de Veracruz a esa terminal aérea mexiquense cargando los fajos de billetes sin poderlos comprobar.
La primera vez fue cuando el tesorero de la secretaría de Finanzas, Vicente Benítez, fue interceptado en enero de 2012 con sendas maletotas cargadas con 25 millones de pesos, que se suponen era para cubrir fiestas patronales de Tlacotalpan, Carnaval de Veracruz y hasta los tamales para La Candelaria, quesque porque los proveedores sólo aceptaban efectivo. Según no pasó nada, pero el escándalo le costó la salida a Benítez de SEFIPLAN, aunque como pago a su lealtad fue reinstalado primero en la Secretaría de Desarrollo Social como subsecretario (donde se peleó con el entonces titular Alberto Silva Ramos por defender a quienes les estaban pidiendo sus renuncias); y luego en la Secretaría de Educación, donde despacha como oficial mayor.
Esta vez, según los datos del diario El Universal, un tal “Mariano” no supo explicar para qué eran y de dónde venían los 5 millones de pesos en efectivo que traía desde Xalapa, y sólo atinó a decir que era ejecutivo de la industria azucarera.
Y eso que según está en crisis el sector.
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